Con el registro oficial de los candidatos en las oficinas del comité municipal del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Coahuila (IEPC), inició la contienda por la alcaldía de Torreón.
Aunque las campañas arrancan formalmente el próximo cuatro de junio, podemos decir que ya se dio el banderazo de salida y por espacio de 30 días, los ciudada escucharemos las propuestas de los candidatos y seguramente, por desgracia, veremos manifestaciones de guerra sucia.
Miguel Riquelme por el PRI, Chuy de León por el PAN, Isabel Vesuña por el PRD, Raúl Sifuentes por Movimiento Ciudadano y Penélope Rivera por el PT son los políticos que buscarán gobernar Torreón los próximos cuatro años.
En política existe la premisa de que percepción es realidad, atendiendo a ésta el PRI aprovechó el registro de Miguel Riquelme para mostrar su músculo político. Al evento llegaron más de un centenar de personas para apoyar a su candidato. Ahí estaban ex alcaldes, empresarios, clérigos, líderes de colonias populares y diputados locales. Todos con la intención de mandar un mensaje de fortaleza y de unión partidista.
Tal vez sabedor de esta premisa y recordando su origen priista, Raúl Sifuentes también se hizo acompañar de varias personas. Incluso su comitiva fue mayor a la de Chuy de León quien prácticamente sólo fue acompañado por panistas cercanos a él como Luis Fernando Salazar, Fernando Gutiérrez y Marcelo Torres, senador, diputado local y federal, respectivamente.
Los asesores políticos insisten en señalar que todo comunica. Cómo viste el candidato, quién lo acompaña, el uso de banderas o símbolos. Partiendo de la teoría podemos decir que el primer round de esta contienda lo ganó Riquelme al aprovechar el registro para mandar un mensaje de músculo político donde todo el PRI se volcó para apoyarlo, así como representantes de la sociedad civil.
Los contendientes llegan a este periodo después de un proceso de precampañas e incluso de algunas indecisiones por participar o no en la contienda, como es el caso de Isabel Vesuña, quien hasta hace unas cuantas semanas había dicho que ella no sería la abanderada del PRD a pesar de la sorprendente campaña realizada como candidata a diputada por el distrito 6 donde obtuvo más de 38 mil votos, la gran mayoría de ellos, hay que decirlo, gracias al efecto López Obrador.
Sin embargo, el hecho de que tanto Raúl Sifuentes como Isabel Vesuña sean candidatos, vuelve a evidenciar la división que hay en la izquierda, donde su poder de convocatoria en Torreón es aún muy pobre y sus posibilidades se reducen aún más cuando obligan al militante de izquierda a votar por una de dos opciones.
En este arranque Raúl Sifuentes le lleva ventaja a la candidata del PRD, sobre todo por el trabajo realizado en redes sociales, donde el ex secretario de gobierno ha sabido aprovechar las ventajas que dan las nuevas tecnologías. Además que en los días de precampaña salió a los medios a dar entrevistas. Sin embargo para el grueso de los ciudadanos la batalla por la alcaldía se limita a dos opciones electorales: PRI y PAN.
Chuy de León llega a esta contienda por segunda vez, después de haber perdido hace cuatro años contra Eduardo Olmos. El ex delegado de la SCT obtuvo la candidatura de su partido al vencer en el proceso interno a Jorge Zermeño. Proceso que dejó muchas heridas abiertas en el PAN de Torreón. No hace mucho tiempo Astrid Cassele, esposa del ex embajador de España, hizo un llamado en Facebook para que la gente no votara por Chuy de León e incluso recomendaba escribir el nombre de Zermeño en el espacio en blanco de la boleta.
A esta división local se suma la crisis que vive el PAN a nivel nacional con la destitución de Ernesto Cordero como líder de la bancada albiazul en el Senado. Incluso muchos panistas locales como Luis Fernando Salazar cuestionaron la decisión de su dirigente nacional Gustavo Madero, sobre todo porque se dio a pocos días de que iniciarán las campañas electorales en 14 estados de la República.
La destitución de Cordero pega directamente en el ánimo al grupo que apoya a Chuy de León (Guillermo Anaya, Luis Fernando Salazar, Marcelo Torres, todos ellos cercanos al ex presidente Felipe Calderón). No debemos olvidar que el grupo de Guillermo Anaya manifestó su apoyo a Ernesto Cordero lo que obliga a preguntarse ¿qué tanto el CEN del PAN apoyará a Chuy de León?
En medio de esta división del PAN, también Chuy de León deberá luchar contra la percepción de que Jorge Zermeño era el único que podía vencer a la estructura del PRI.
El otro contendiente a la Presidencia Municipal es Miguel Riquelme, el priista llega con manifestaciones de unidad al interior de su partido. Entre las principales fortalezas de Riquelme se encuentra su papel como diputado federal, así como secretario de desarrollo social que le permitió adquirir experiencia tanto para bajar recursos de la zona metro como para estar en constante contacto con diferentes sectores de la sociedad.
Sus debilidades se encuentran en la mala percepción que hay en un sector de la población sobre la administración de Eduardo Olmos, además del tema de la deuda de Coahuila que seguramente saldrá a relucir en las campañas. Sin embargo en contraparte se encuentra el hecho de que los índices de homicidios y los eventos de violencia de alto impacto van a la baja, aunado a la buena percepción que se ha generado en estos primeros meses de gobierno de Enrique Peña Nieto.
En un entorno de violencia los ciudadanos lo que más demandamos son propuestas para solucionar los problemas que enfrenta la ciudad, de ahí que resulte reprobable que los partidos apuesten por la descalificación y no por el debate.
Se dice que la política debe dignificar a las personas que la ejercen, por lo que esperemos que las campañas que se avecinan se den en el marco de un debate de altura. Porque finalmente las campañas duran un mes y lo que importa es Torreón, la ciudad donde todos vivimos.
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