- El curuleco duranguense Jorge Herrera Delgado fue el elegido para que el PRI aparentara algo de pantalones en la Cámara de Diputados al cuestionar al secretario de Hacienda, Luis Videgaray, cómo está eso del IVA en colegiaturas.
- Los moyotes inicialmente pensaron que don Jorge había tenido un desplante de independencia y sensibilidad social al cuestionar al jefazo de Hacienda.
- Pero tampoco es que el diputado tenga tendencias suicidas. Se dice que el pastor del rebaño tricolor en la Cámara, Manlio Fabio Beltrones, arregló todo para que un diputado del PRI hiciera el cuestionamiento y el secretario Videgaray se luciera con la respuesta de que el gobierno está abierto a revisar el tema del IVA en la reforma fiscal.
- Y para eso escogieron a don Jorge, en su papel de secretario de la Comisión de Hacienda, y al parecer ya sumó puntos en el tablero priista y, lo más importante, el de Los Pinos.
- Por eso los moyotes ya especulan si el diputado, que además de ser tocayo es cuate del gober Jorge Herrera Caldera, pinta como la carta fuerte para la sucesión en la gubernatura, que arranca en menos de tres años.
- El flamante secretario del Ayuntamiento de Gómez, Régulo Gámez, todavía no cumple una semana en la chamba y se nota, porque ya empezó a dar muestras de novato.
- Cuentan los moyotes que en la primera sesión de trabajo del nuevo Cabildo se le olvidó el pequeño detalle de programar y avisar los puntos que se tratarían en la agenda.
- Y a la hora de integrar el orden del día parece que empezó a sacar asuntos de la manga, como el de una moción para dar “seguimiento” al proyecto de un parque deportivo en el Cerro de la Pila.
- Este tema terminó por confundir a los regidores, que no sabían de qué se trataba la votación, se les estaban pidiendo aprobar una cesión de terrenos o algún permiso.
- En realidad no era nada, pues el proyecto ya está en curso como uno de los autorizados por el gobierno federal dentro del programa de prevención del delito.
- O sea que el tema nomás fue para hacerle montón a la agenda y que los regidores hicieran como que trabajan dándole “seguimiento”.
- Ojalá don Régulo empiece a meter asuntos de más sustancia, pues éstos sobran en Gómez.
- Y hablando de los regidores, a lo que no le pudieron dar “seguimiento” fue a la pantalla donde les proyectaron la integración de las comisiones.
- Los moyotes en la sesión dicen que la lista de miembros de las 25 comisiones pasaron tan rápido como créditos de una película y los regidores ni oportunidad tuvieron de fijarse bien dónde los habían metido.
- Pero además, ni antes ni después de la sesión alguien en la oficina del alcalde José Miguel Campillo se tomó la molestia de pasarles una lista con la conformación de las comisiones, así que los regidores tuvieron que ir a la Secretaría del Ayuntamiento para preguntar qué van a hacer los próximos tres años.
- Algunas cosas nunca cambian…
- Al regidor del PRD en Lerdo, Sotero Jáquez, le dio un repentino ataque de amnesia cuando en la sesión de Cabildo del sábado votó a favor de conceder una prórroga por 30 días a la empresa concesionaria de los parquímetros para la renovación del contrato.
- Los moyotes se quedaron sorprendidos porque apenas 24 horas antes el regidor y varios camaradas del PRD tronaron contra la empresa Jajomar y el gerente Alberto Navarrete, quien aparte es exfuncionario municipal, a los que acusaron de aprovecharse de la concesión.
- También argumentaron el mal servicio y que hay una recaudación muy baja para el Municipio.
- Por eso todo apuntaba a que don Sotero iba a votar en contra, y aunque la prórroga ya estaba planchada por el alcalde Luis de Villa, dejaría constancia de su inconformidad.
- Y luego resultó que el “defensor del pueblo” terminó por levantar la mano a la hora de la votación, por razones que hasta ahora se desconocen.
- Lo divertido fue que en la sesión andaba Jorge Valenzuela, dirigente de una cosa que se llama Redes Ciudadanas y que ahora es simpatizante del PRD luego de haber sido del PAN, pues en plena votación le gritó al regidor “baja la mano, Sotero, baja la mano”.
- Pero esas fueron palabras necias para los oídos sordos del edil.