En el juego de las sillas que son las delegaciones federales, nuestros subagentes notaron un interesante contraste entre Coahuila y Durango en la designación de los representantes de la Secretaría de Desarrollo Social que comanda Rosario Robles. En Coahuila, doña Chayo recurrió a un funcionario foráneo al nombrar al exdiputado tabasqueño Nicolás Bellizia, lo que fue interpretado como un mensaje para que los grillos locales no fueran a meter las manos en los programas sociales en época de elecciones. Sin embargo, en Durango la jefa de la Sedesol fue más benévola con el gober Jorge Herrera Caldera pues le dio el hueso a quien era su titular de Desarrollo Social en el Estado, Francisco Javier Hernández, de modo que el gober tendrá a un funcionario de confianza para operar en este año electoral.
En el caso de Coahuila, el gober Rubén Moreira va a tener que sacarle jugo a su relación con don Nicolás, de quien fue colega en la Cámara de Diputados, aunque al menos logró meter de cuña como delegado del programa Oportunidades a Shamir Fernández, quien juega en el equipo del suspirante a la alcaldía, Miguel Ángel Riquelme. En los demás casos, ambos gobernadores tuvieron juego ancho para meter como delegados a miembros de sus equipos, con excepción de la Secretaría de Agricultura, donde el nuevo jefazo Enrique Martínez metió su propia mano. Otra cosa que llama la atención es que en algunos casos la experiencia de los nuevos funcionarios no fue muy relevante a la tarea que se les encomendó. Así sucede con el nuevo delegado de Conagua en Coahuila, Hugo Martínez, quien fue alcalde de Múzquiz y secretario de Obras Públicas y de Desarrollo Social en la administración del exgober Humberto Moreira. Es decir, le sabe a todo menos al agua. Este nombramiento resalta también porque don Hugo es el único cuadro cercano a don Humberto que agarró hueso federal, pues en los demás casos el actual gober Moreira echó mano de gente que no formó parte del primer círculo en el sexenio pasado. El caso de la Conagua también contrasta con Durango, donde fue nombrado Luis Fernando Uc, que apenas llevaba dos meses al frente de la Comisión de Aguas del Estado y desbancó a su antecesor, Miguel Calderón, quien andaba impulsando proyectos para La Laguna sin tener idea. En Durango también se rescató a un “emisario del pasado” pues Pedro Silerio, hijo del exgober Maximiliano Silerio, tomó las riendas de la Procuraduría Agraria en la entidad, lo que permitirá continuar el control que desde hace décadas ejerce don Max en el sector campesino. Esta danza de delegados permite concluir que el nuevo régimen priista se está portando igual que el antiguo régimen panista al usar las delegaciones como recompensas políticas y dejaron pasar la oportunidad de convertirlas en un servicio profesional.
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La balconeada que le dio el diario The New York Times al nuevo jefazo de la XI Región Militar, General Moisés García Ochoa, revivió las dudas sobre la razón por la que el divisionario fue enviado a encargarse de los operativos de seguridad en Coahuila, Chihuahua y La Laguna de Durango. Como se sabe, el diario publicó que el gobierno gringo vetó a don Moisés a raíz de sospechas por supuestos vínculos con el narcotráfico y por el escándalo de la compra de equipo cuando era director de Administración de la Secretaría de la Defensa, que habría incluido adquisiciones con dinero de la Iniciativa Mérida. Cuando don Moisés apareció en Torreón como nuevo mando militar se comentó si el nuevo titular de la Defensa, Salvador Cienfuegos, no lo había mandado como “castigo” por sus aspiraciones a portar las cuatro estrellas del secretario. Ahora se especula que poner a García Ochoa a cargo de esta región fue una maniobra para “invitarlo” a un retiro temprano. Esto llama la atención porque la situación de seguridad en La Laguna y el resto de la XI Región no está como para poner a un mando que ya esté pensando en el retiro. Eso sucedió cuando el año pasado enviaron al general Roberto de la Vega y el recién lanzado operativo Laguna Segura se convirtió en un fracaso. Hasta ahora, don Moisés ha dado señales de que le quiere entrar a la bronca que le dieron, como lo comprueba el hecho de que quiere jalar a Durango a la órbita de la región militar para hacer un operativo integral en La Laguna. Nuestros subagentes apuntan que también existe la posibilidad de que al general lo mandaron para redimirse, de modo que si las revelaciones del diario neoyorquino servirán para que los gabachos le pongan la lupa a la labor que realiza por estos lares, es un incentivo para quedar bien.
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El director de Radio Torreón, Armando Cobián, ha resultado muy visionario a la hora de buscar acomodo para trascender la administración municipal, aunque tenga que descuidar el changarro. Nuestros subagentes cuentan que don Armando no tuvo empacho de acudir a la rueda de prensa donde Miguel Riquelme anunció que buscaría la candidatura del PRI a la alcaldía. Seguramente don Armando no estaba ahí para “cubrir la nota”, pues en todo caso también habría asistido a las conferencias que han dado los panistas Jesús de León y Jorge Zermeño. Días después, don Armando apareció en un desayuno-conferencia de prensa que tuvo el gober Rubén Moreira en el cual recordó sus tiempos de reportero lanzando varias preguntas, pero aunque éstas fueron a modo, se dice que algunos funcionarios estatales hicieron muecas reprobatorias por el protagonismo del funcionario. Pero el chiste es hacerse notar para que lo sigan invitando a ser maestro de ceremonias en los eventos del PRI, aunque sean en horarios de trabajo.
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El gremio de constructores en Torreón vive días turbulentos luego de un misterioso robo en las oficinas de la Cámara de la Industria de la Construcción. Nuestros subagentes disfrazados de peritos comentan que los ladrones que entraron a robar se llevaron solamente tres computadoras pertenecientes al gerente, al contador y a una empleada administrativa. Lo sospechoso es que esas máquinas ya estaban viejitas y los amantes de lo ajeno ignoraron una docena de computadoras más nuevas y más potentes y otros objetos de valor. A los constructores les llamó la atención que las computadoras robadas eran las que tenían información contable sobre las empresas agremiadas y ya se manejan varias hipótesis. Una es que el robo está ligado con el conflicto de la Cámara con el gobierno de Coahuila por el tema de los adeudos por obras de la anterior administración que ascienden a más de 100 millones de pesillos. Otra teoría es que el robo habría sido perpetrado por un constructor foráneo de los grandes que buscaba obtener información confidencial sobre el gremio local porque busca entrar a La Laguna a competir en algunos proyectos. ¿Cuál será?
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Las teorías de conspiración abundaron tras la explosión en el edificio anexo a la Torre de Pemex, pues brincaron sospechosistas para acusar que el estallido que causó 37 muertes fue una maniobra para quemar los expedientes de una travesura que hizo la paraestatal con la transnacional Siemens que se reveló días antes. El episodio recuerda lo ocurrido en Gómez Palacio en diciembre cuando las malas lenguas comentaron que el desalojo del Cereso en realidad fue para quemar expedientes de malandros que habrían contenido información comprometedora sobre la colusión de policías de Durango con el crimen organizado. El surgimiento de estas teorías es una muestra más de la desconfianza en las autoridades que no pueden informar bien por temor a quedar mal. Dicen que desde un lugar de Estados Unidos el exzar financiero de Coahuila, Javier Villarreal se está dando de topes en la cabeza porque no se le había ocurrido hacer eso con los papeles de la deuda y a lo más que llegó fue al “liquid paper”.