Los estrategas de la campaña del suspirante del PRI a la alcaldía, Miguel Ángel Riquelme, ya muestran preocupación por la planilla que presentarán a las elecciones del 7 de julio. Nuestros subagentes comentan que don Miguel enfrenta tres problemas cuya solución ha sido escurridiza. El primero es el nombre para encabezar el Cabildo, pues el PRI buscaba un perfil empresarial para la primera regiduría. Esta posición ha sido ofrecida a al menos tres “ipecos”, pero todos la rechazaron, pues aunque sus corazones laten con sangre tricolor prefieren guardar un bajo perfil, y también temen una eventual balconeada si se percibe que usan esta posición política para beneficiar sus negocios, algunos de los cuales tienen que ver con contratos o concesiones municipales. A estas alturas, lo único que le falta a don Miguel es poner un anuncio en el periódico buscando primer regidor, pues no han encontrado un buen candidato.
Este “impasse” podría abrir la puerta al secretario del Ayuntamiento, Miguel Mery, para colarse en esa posición y hacer la operación política en el Cabildo. La segunda bronca es la fila de líderes sectoriales priistas que se formaron para obtener un lugar en la planilla, pues no va a haber suficientes espacios para mantener a todos contentos y menos si don Miguel piensa dar algunas posiciones a personajes de la sociedad civil o, incluso, a panistas como sucedería con el exdelegado de la Reforma Agraria, Luis Gurza, quien ya está prácticamente amarrado. En este caso, los jefazos del PRI tendrían que aplicar una estrategia para apaciguar los ánimos de militantes que se sienten con derecho a entrar en la sagrada nómina. Y el tercer problema es la cuota de género impuesta por ley, porque al parecer no se han encontrado a suficientes mujeres calificadas para cubrir la mitad de la planilla y en este caso don Miguel tendría que ir más allá de la banca tricolor a ver si encuentra gente.
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Los panistas coahuilenses reactivaron el tema de la megadeuda que dejó el exgober Humberto Moreira para usarlo como bandera en las próximas elecciones municipales. Durante meses los legisladores locales y federales del blanquiazul se habían limitado a insistir, en la exigencia de que se aclare el destino de los 35 mil millones de pesillos y se castigue a los responsables de obtener créditos ilegales. Esta semana el senador Luis Fernando Salazar tomó otra ruta, al reclamar a una corte de Estados Unidos más de dos millones de dólares decomisados a una cuenta en las Bermudas del exzar financiero de Coahuila, Javier Villarreal. Seguramente la carcajada de los gringos todavía suena en el edificio de tribunales de Corpus Christi ante semejante ocurrencia, pero al menos don Luis Fernando logró colar el tema de la agenda otra vez. Sin embargo, nuestros subagentes comentan que la estrategia no es sólo para ganar puntos electorales en Coahuila, sino que tiene otro fondo. Se dice que los panistas retomarán el tema de la deuda para contrarrestar el golpe mediático que dio el presidente Enrique Peña Nieto al meter a la cárcel a la lideresa magisterial Elba Esther Gordillo. El llamado “Elbazo” pegó duro entre los panistas y los confundió de tal manera que no atinaron a encontrar una justificación de por qué Felipe Calderón no se aventó ese “tiro” en seis años. Como algunos personajes del PAN se hicieron bolas con sus respuestas, que fueron desde expresar “envidia” por lo que hizo don Enrique hasta afirmar que nunca se dieron cuenta de que la “Maestra” se estaba robando dinero del sindicato, se intentó un control de daños que consistió en apuntar los reflectores a casos de corrupción asociados con el PRI. Se dice que por eso el PAN buscará mantener el tema de la deuda encendido lo más que se pueda.
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Una pregunta que se hizo tras la reunión el lunes pasado del gabinete de seguridad nacional con los gobernadores de Coahuila, Rubén Moreira, y Durango, Jorge Herrera Caldera, fue por qué Eduardo Olmos fue el único alcalde invitado al “cafecito” que se echaron los secretarios de Gobernación, Miguel Osorio, Defensa, Salvador Cienfuegos, y Marina, Vidal Soberón, así como el procurador Jesús Murillo y el comisionado de seguridad, Manuel Mondragón. La presencia de don Lalo hizo aún más conspicua la ausencia de la gomezpalatina Rocío Rebollo y del lerdense Roberto Carmona. Nuestros subagentes cuentan que el torreonense no estuvo presente en la reunión dedicada a tratar el tema de seguridad en La Laguna, pues sólo entraron los gobernadores y los funcionarios federales, pero al final fue invitado a seguir la plática en la cafetería de un hotel. Sin embargo, sus colegas del otro lado del Nazas ni siquiera se habrían enterado. Según los subagentes, los encargados del gabinete de seguridad no dieron ninguna indicación sobre los acompañantes que podrían llevar los gobernadores a la estación militar del aeropuerto, pues a final de cuentas no iban a entrar a la reunión, de modo que fueron don Rubén y don Jorge los que decidieron a quiénes llevar. El gober de Durango sólo fue acompañado por la Fiscal Sonia de la Garza, quien se retiró del aeropuerto cuando ni siquiera había concluido la reunión. Los subagentes se preguntan si don Jorge no invitó a los alcaldes laguneros porque, al no tener policías en sus municipios, no tenían vela en el entierro, o si fue por motivos políticos que lo tendrían distanciado de doña Rocío y don Roberto.
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Otra visita de “alto nivel” que recibió el gober Rubén Moreira esta semana fue la de su antecesor y secretario de Agricultura, Enrique Martínez, quien vino a inaugurar el encuentro de ganaderos lecheros. Nuestros subagentes comentan que el encuentro fue amable, cordial y civilizado a pesar de que aún hay tensiones evidentes entre los grupos políticos de ambos. Estas tensiones se reflejan en varios hechos recientes, como la designación de funcionarios afines a don Enrique en puestos de la Sagarpa en Coahuila que reactivó a varios grillos congelados por don Rubén, o el nombramiento del hijo del exgober, Enrique Martínez Morales, como delegado de Economía en Nuevo León porque de plano no encontró “hueso” en Saltillo, o puede ser porque no se han disipado los rumores de que don Enrique apoya al candidato del PAN a alcaldía de la Urbe De Adobe, Isidro López Villarreal, en la contienda contra el priista Fernando “El Diablito” de las Fuentes. También se dice que el exgober Martínez ha sido muy crítico del gober Moreira en algunos círculos del Gobierno Federal. Aún cuando todo esto sea producto de la industria del rumor, lo cierto es que hay varios grillos que quieren amarrar navajas.
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Nuestros subagentes en el circo de San Lázaro reportan una intensa actividad del curuleco Marcelo Torres en la promoción de la seguridad aeroportuaria en la Ciudad de México. Don Marcelo se dejó ir duro al criticar las medidas de seguridad en el aeropuerto capitalino y la alta incidencia de robo de equipaje y hasta se puso a investigar las estadísticas de la terminal a tal grado que el curuleco ya es prácticamente un experto en el tráfico aéreo. Qué hace un lagunero metido en estos temas es algo que llamó la atención de los subagentes hasta que se pusieron a sospechar si el equipaje del curuleco no había sido “bolseado” durante un viaje a la capirucha del esmog. Todo parece indicar que así fue y que por lo mismo don Marcelo hizo lo que todo diputado hace cuando es víctima de algo: meter un punto de acuerdo contra las autoridades responsables. Pero como los puntos de acuerdo son como las llamadas a misa, los subagentes recomiendan al diputado que, en lugar de esperar a que mejore la seguridad en el aeropuerto, mejor le ponga candado a las maletas.
