Coahuila recibió ayer la primera visita presidencial de Enrique Peña Nieto, que anduvo por ese anexo de la Urbe de Adobe que se llama Ramos Arizpe para celebrar el centenario del Plan de Guadalupe lanzado por Venustiano Carranza. Nuestros subagentes cuentan que el gober Rubén Moreira echó la casa por la ventana para recibir a don Enrique. Como fue la primera vez en más de una década que la celebración contó con la asistencia del presidente desde que Ernesto Zedillo vino a celebrarlo hace 15 años, pues los presidentes panistas le hicieron el feo, don Rubén se esmeró por darle un lustre especial. Tanto que sus estrategas de comunicación estaban muy preocupados en la víspera por que no fueran a pasar malas noticias y tenían varios días nerviosos ante la posibilidad de algún brote de violencia o de reportes negativos sobre el Estado en los medios. Al final, el impulso controlador se tuvo que rendir ante lo único que no podían controlar: el clima.
Una fuerte neblina impidió al avión presidencial bajar en Saltillo así que don Enrique tuvo que aterrizar en Monclova y tomar la carretera hasta la Hacienda de Guadalupe, retrasando casi dos horas el evento, aunque dando al “preciso” la oportunidad de apreciar el desierto coahuilense detrás de los vidrios blindados. En la Hacienda ya esperaba la clase política coahuilense en pleno, pues don Rubén convocó al pleno de la alta nómina estatal y federal: su gabinete, los alcaldes, curulecos, magistrados, delegados y grillos de todo tipo. A don Enrique lo acompañaron los secretarios de la Defensa, Salvador Cienfuegos, de Marina, Vidal Soberón, del Trabajo, Alfonso Navarrete, y el exgober Enrique Martínez, quien ahora cobra en Agricultura. En los discursos, el presidente escogió la brevedad para apuntar solamente que, a diferencia de Carranza, él va a liberar al país no de un usurpador sino de los obstáculos al desarrollo. En contraste, don Rubén se despachó un recuento de los próceres coahuilenses desde Miguel Ramos Arizpe hasta don Venustiano para transitar luego a cumplidos elogios de las reformas energética, de telecomunicaciones y educativa, sin olvidar el Pacto por México. Poco a poco el clima cedió y la ceremonia resultó muy lucida, por lo que don Rubén seguramente se apuntó una palomita en Los Pinos.
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El senador panista Luis Fernando Salazar anda muy activo en Twitter soltando puyas por todos lados. Don Luis lleva dos días deplorando la depuración del padrón de beneficiarios del programa Oportunidades al señalar que muchas familias han sido dadas de baja sin razón. Se recordará que el senador armó ese padrón cuando fue delegado de Desarrollo Social en la pasada administración federal, bajo sospecha de haberlo usado como herramienta de clientelismo electoral. Por lo mismo nuestros subagentes se preguntan si la nueva administración de Oportunidades, que ahora maneja el priista Shamir Fernández, operador electoral del suspirante a la alcaldía Miguel Riquelme, no estaría depurando el padrón para sacar a los que trabajaron a favor de los panistas durante las últimas elecciones. Para esto, don Shamir contaría con una buena ayuda pues el sucesor de don Luis en la delegación de Sedesol, Eduardo Ortuño, ahora cobra en el gobierno del Estado como director del Instituto de la Vivienda, pero sus conocimientos sobre el padrón de Oportunidades pueden resultar muy “oportunos”. Pero este no es el único tema que ha merecido furiosos “tuits” del joven senador, pues también anda trenzado en una polémica con el tercer regidor, José Ganem. Resulta que don Luis comentó que el alcalde Eduardo Olmos se había ido de vacaciones desde la semana pasada, lo que provocó una respuesta del joven Pepe, quien le reviró al legislador que el Senado se había dado un mega-puente de once días por la Semana Santa. Se nota que son vacaciones cuando los funcionarios no tienen nada que hacer.
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Una serie de hechos delictivos en Matamoros trae en jaque al alcalde Guillermo del Real que ya no sabe cómo zafarse de la bronca en que se metió cuando le desmantelaron la policía municipal. Don Memo ha sufrido varios robos en sus tiendas de abarrotes y el fin de semana un grupo le robó y le quemó un camión de su propiedad. Nuestros subagentes comentan que son los mismos expolicías los que le están jugando estas travesuras en colusión con malandros de la localidad que habían perdido su red de protección y ahora se la están cobrando. El alcalde ahora sufre los resultados de una negligencia de tres años en el avance de grupos criminales en Matamoros y la situación en el Municipio podría dar al traste con los avances que han tenido el Ejército y el gobierno del Estado contra delincuentes en La Laguna de Coahuila. En las últimas dos semanas se ha reportado un aumento notable en los robos de vehículos, particularmente a mano armada en las carreteras a Saltillo. De seguir así las cosas, Matamoros se puede convertir en el nuevo dolor de cabeza para las autoridades estatales y federales y una fuente de esas malas noticias que buscan evitar a toda costa.
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A dos meses de que inicien las campañas por las alcaldías, el PAN de Coahuila está sumido en una fuerte turbulencia. Cuando parecía que habían salvado el escollo de la pugna entre Jesús de León y Jorge Zermeño por la candidatura en Torreón, la dirigencia panista ahora trae broncas en la región sureste pues el Tribunal Electoral tumbó las postulaciones de Isidro López en Saltillo y de Ernesto Saro en Ramos Arizpe y ordenó al Comité Estatal celebrar elecciones abiertas. Nuestros subagentes en la peronera capital comentan que hay un intenso jaloneo entre el dirigente estatal, Carlos Orta, y militantes que acusan imposiciones por parte del grupo del curuleco Guillermo Anaya. Finalmente las impugnaciones no servirán de mucho pues lo más probable es que don Isidro y don Ernesto mantengan las candidaturas gracias al control que tienen sobre grupos locales, pero las pugnas podrían dejar divisiones que no serían resueltas a tiempo para presentar campañas bien armadas y amarradas. Se comenta que el Comité Nacional del PAN trae la mira puesta en el desorden que traen en Coahuila y que, pasadas las elecciones, los días de don Carlos al frente estarían contados.
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Aunque ya se dejó venir la ola de calor primaveral, nuestros subagentes en la Recaudación de Rentas dicen que la calefacción está prendida a todo lo que da. Es necesario elevar la temperatura para descongelar a la nueva recaudadora, Alicia López de la Torre, que llevaba 15 años fuera del juego político y prácticamente había sido olvidada por los tricolores. El gober Rubén Moreira decidió rescatarla para sustituir a José Armando García Triana, quien se fue a cobrar a Conagua, y sacó de la banca a una de las primeras mujeres que abrieron brecha en el PRI coahuilense y fue la primera diputada federal lagunera y la primera senadora que tuvo el Estado. Hace 25 años doña Licha fue postulada a la Cámara Baja en aquella elección de 1988 cuando se “cayó el sistema”. Tres años después le ganó la carrera a un alud de grillos tricolores que buscaban colarse como suplente en la candidatura al Senado de Rogelio Montemayor para quedarse con el escaño cuando el doctor fuera postulado a la gubernatura. De ese modo doña Licha pudo columpiarse en la nómina hasta 1997, pero después su carrera política se apagó y pasó a vivir “en el error”, pero ya le volvió a hacer justicia la revolución.
