Más de un funcionario y jefe militar se sorprendió con la llegada del gober de Durango, Jorge Herrera Caldera, a la reunión para revisar el operativo Laguna con su colega de Coahuila, Rubén Moreira y los mandos del Ejército en estos lares. La sorpresa fue porque don Jorge normalmente se ausenta de las evaluaciones de rutina y sólo asiste cuando se hacen anuncios importantes. No fue el caso del jueves pasado, cuando sólo se acordaron nuevas medidas de vigilancia y se revisaron detalles del Programa de Prevención del Delito, pero nuestros subagentes comentan que en los altos círculos del gabinete de seguridad nacional le echaron el ojo a la coordinación entre Coahuila y Durango desde que se dieron cuenta de que don Rubén era el único gobernador que tenía contactos regulares con los mandos militares en la Comarca.
Ante las presiones para tener más coordinación, junto con el gober Herrera, a la reunión se dejó venir desde Mazatlán el jefe de la III Región Militar, general Moisés Melo, y de Durango hizo el general André Georges Van Lissum, que no anda peleando la guerra Franco-Prusiana sino que es el comandante de la Décima Zona Militar. El interés en el Gobierno Federal por La Laguna ha crecido desde que allá en la Ciudad de México empezaron a presumir el operativo de seguridad como un caso de éxito que ha logrado reducir la violencia de manera sustancial con golpes importantes a los grupos delictivos locales, mientras las cosas se descomponen en otros lugares como Jalisco, Michoacán o Tamaulipas. En La Laguna, a reserva de una situación extraordinaria en estos días, marzo cerrará con menos homicidios que febrero, por lo que se hilarían tres meses consecutivos con una baja en los asesinatos, algo que no ocurre desde hace cuatro años. El problema es que esta racha positiva se puede revertir en cualquier momento si es que los malandros se reponen de los golpes y lanzan una nueva embestida, la cual desmentiría las cuentas que están haciendo en la capirucha del esmog. Los subagentes comentan que Durango es considerado el talón de Aquiles de la estrategia por ser la fuente de gran parte de la violencia que se ha desatado en la zona en los últimos meses y por lo mismo hay la instrucción de que todos deben ponerse las pilas. A ver cuánto les dura.
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Por cierto, uno de los temas de la reunión de seguridad fue la revisión de los seis “polígonos” considerados de prioridad “muy alta” en el Programa de Prevención del Delito que los gobiernos de Coahuila y Durango firmaron la semana pasada. Estas áreas, tres en Torreón y una por cabeza en Gómez Palacio, Lerdo y Matamoros, serán las primeras en recibir la intervención del programa federal para reducir conductas delictivas. Por una coincidencia que le cayó como anillo al dedo al alcalde Eduardo Olmos, uno de estos polígonos se encuentra junto al Bosque Urbano que construye actualmente el Municipio y que se trata de la principal obra de recuperación de espacios públicos de esta administración. La zona aledaña al aeropuerto es el segundo mayor polígono de alta incidencia criminal, con 24 mil habitantes y recibiría un fuerte impulso con el nuevo parque. El detalle está en que por más que le meten el acelerador, la obra del Bosque no avanza al ritmo deseado por el gobierno municipal. Ya desde hace rato tenía una razón poderosa para terminar la obra lo más pronto posible, pues la tirada era inaugurarlo antes de las elecciones. Ahora el hecho de que la zona aledaña fue seleccionada para comenzar los programas contra el crimen es otra razón para apresurar el paso. Sin embargo, nuestros subagentes comentan que en el círculo de don Lalo dudan que el Bosque estará terminado para mediados de año y se dice que esto trae muy nervioso al director de Urbanismo, Arturo Lozano, quien es el funcionario encargado de la obra y quien deberá rendir cuentas muy pronto sobre los avances.
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Hablando de las elecciones, el PRI ya prácticamente amarró la coalición con el partido Nueva Alianza, el membrete fundado hace ocho años por la maestra Elba Esther Gordillo para aplicar el músculo electoral del sindicato de maestros pero que ahora busca desesperadamente distanciarse de la lideresa encarcelada. Por lo mismo, la dirigencia del Panal hizo como que no le dolió el golpe que el presidente Enrique Peña Nieto le asestó a la maestra Gordillo y rápidamente corrieron a aclarar que eso no afectaría las coaliciones con el PRI en varios estados. En Durango los “panales” ya firmaron la alianza en todos los municipio y en Coahuila se espera que el convenio quede amarrado el mes que entra. No fue casualidad que los dirigentes de las tres secciones del sindicato magisterial en Coahuila asistieron hace unas semanas al evento en el que tomaron posesión los candidatos del PRI a la alcaldía, lo que fue interpretado como una manera de ponerse a las ordenes del tricolor. La alianza quedará completa con el Partido Verde, que desde hace rato se ha convertido en un apéndice del PRI. De esta forma, las dos rémoras se aseguran espacios en las planillas y votación suficiente para mantener el registro y seguir colgados del presupuesto.
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Otra tradicional rémora del PRI, pero que en esta ocasión se distanció es el Partido Primero Coahuila que comanda el cacique matamorense Jesús Contreras Pacheco. El rompimiento se dio porque el tricolor se empeñó en postular a otro cacique local, Raúl Onofre, como candidato en Matamoros bajo el argumento de que el también exalcalde tiene garantizado el triunfo. Pero el PRI no pudo contener el enojo de don Jesús, que quería la candidatura para su hijo Jesús en una alianza con el PPC, de modo que rompió con sus antiguos patrones y se fue por su cuenta. Nuestros subagentes dicen que algunos tricolores ya se preguntan si fue una sabia decisión hacerle el feo al profe Contreras pues el PPC le ha estado dando varios dolores de cabeza volteando a huestes priistas contra don Raúl en varias partes del municipio. La última muestra del músculo del PPC fue en la elección del comisario ejidal en El Coyote, donde el candidato de don Jesús le ganó al de don Raúl, quien supuestamente tiene su base electoral en ese ejido, una de las zonas más pobladas de Matamoros. Con este antecedente la cosa promete ponerse buena en el vecino municipio, aunque los que de todas formas saldrían perdiendo son los matamorenses, pues ambos caciques ya fueron alcaldes en varias ocasiones y así los dejaron.
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Y mientras los partidos afinan sus estrategias rumbo al 7 de julio, en el Instituto Electora y de Participación Ciudadana de Coahuila traen una intensa grilla con la integración completa del Consejo. Casi tres meses después de la muerte del consejero Jacinto Faya, el IEPCC no ha podido llenar la vacante. El problema está en que el PAN y la UDC bloquean a Alberto Campos Olivo, a quien le corresponde la chamba por prelación en la lista de suplentes aprobada hace cinco años por el Congreso cuando se formó el actual Consejo. Los opositores se quejan de que por las venas de don Alberto corre sangre tricolor y que sería una pieza del PRI en el manejo electoral. De dientes para afuera, el presidente del Instituto, Leopoldo Lara, deplora el retraso en el nombramiento pero se dice que no quiere mover mucho las aguas para no alebrestar a los de oposición. Lo que nuestros subagentes se preguntan es, si a dos meses de que inicien las campañas el Consejo de IEPCC funciona incompleto, ¿de qué sirven los consejeros?
