A tres semanas de que arranquen las campañas para a alcaldía de Torreón, llama la atención que la estructura del PRI alrededor del suspirante Miguel Ángel Riquelme es una réplica de la que desplegaron el año pasado, cuando les fue como en feria. Nuestros subagentes comentan que el delegado del comité estatal tricolor, Salvador Hernández Vélez, ha acaparado todos los aspectos de la operación electoral y financiera del PRI local con las mismas tácticas que usó cuando fue jefazo estatal del partido en la pasada elección federal y salió con tres diputaciones y las senadurías perdidas. A nivel territorial, la operación depende de los mismos que hace un año bajaron la votación priista, como el flamante director de Desarrollo Social, Mario Cepeda Villarreal, y su padre el profe Mario Cepeda, así como el contralor municipal Lauro Villarreal.
A este equipo se suman nuevas adquisiciones como el ahora exsecretario del Ayuntamiento, Miguel Mery, el director de Atención Ciudadana, José Ignacio Máynez, quien ya se despojó de su pasado panista, y el director de Radio Torreón, pero en realidad ajonjolí de todos los moles, Armando Cobián. También se dice que Cristina de Dávila, esposa del dirigente municipal Francisco Dávila, está armando una “red ciudadana” para promover el voto, igualita a la que supuestamente manejó en la elección de 2012. Los subagentes comentan que doña Cristina le prometió al candidato más de 50 mil votos, cifra que parece exorbitante si se toma en cuenta que es una tercera parte del total de sufragios al que aspira el tricolor. La misma oferta fue hecha el año pasado y así les fue, pero el rumor adentro del PRI es que don Miguel está muy contento con esa red y premiaría a su autora con un lugar en la planilla. El problema para el candidato es que tiene que mantener a esta estructura contenta para que no le hagan una revuelta a la hora de repartir chambas. Se dice que en el PRI no ven con buenos ojos la futura llegada del ya expanista Luis Gurza Jáidar, quien habría amarrado una plaza de regidor. Don Miguel calculó esta deserción como una táctica psicológica contra el PAN, donde dolió mucho la salida de un apellido de tanta prosapia blanquiazul. Pero la maniobra tiene su costo al interior del tricolor, pues el candidato va a tener que pagar varias facturas que luego, si es que gana, se verán reflejadas en su administración.
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Aunque el gober Rubén Moreira asegura que los “Compas” que lanzó para manejar programas sociales empezarían a operar después de la elección, nuestros subagentes comentan que su propósito principal tenía que cumplirse antes de las campañas. El ya famoso acto del Coliseo Centenario, balconeado por el presidente del PAN, Gustavo Madero, tenía el objetivo de aplacar a diversos sectores de la estructura priista que andaban grillando duro por la libre. De ahí que la aparición del gober Moreira al frente de todo el entramado era una forma de imponer la disciplina en sus huestes. El problema fue que don Gustavo se colgó del evento para balconearlo con el presidente Enrique Peña Nieto y darle un “descontón” a la buena vibra del Pacto por México. No está claro si hubo un jalón de orejas de Los Pinos al Palacio Rosa, pero los subagentes dicen que el secretario de Desarrollo Social y “Compa mayor”, Rodrigo Fuentes, tenía programado hacer en la Urbe de Adobe un evento similar al que hubo en Torreón, pero al final fue cancelado. Por ahora el objetivo que buscaba el gober Moreira ya se cumplió, pues sus operadores ya se disciplinaron, y él se guardó una para cobrársela luego a don Gustavo. Pero de ahora en adelante, por si las moscas, la instrucción es que calladitos se ven más bonitos.
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La llegada del presidente de Tribunal de Justicia Municipal, Gerardo Márquez, a la secretaría del Ayuntamiento en lugar de Miguel Mery prácticamente garantiza que el alcalde Eduardo Olmos no tiene interés en sacar los pendientes que se acumularon durante tres años y medio en esa oficina. Como se sabe, don Miguel había sido el encargado de recibir todas las broncas que le dejaban otros funcionarios municipales, en especial la mancuerna del tesorero Pablo Chávez Rossique y el contralor Lauro Villarreal, pero sin desahogar nada, mientras que el Cabildo se tomaba largos sabáticos porque sus sesiones se programaban en cada venida de obispo. Pero el ascenso de don Gerardo a la nueva chamba llama la atención porque él tenía encargado uno de los principales conflictos que trae el Municipio, el de los litigios con las asociaciones de colonos que están levantando bardas y cerrando calles. Se suponía que don Lalo iba a esperar a los fallos del Tribunal Municipal antes de definir una política de cierre de calles, pero hasta ahora sigue esperando. El flamante secretario del Ayuntamiento va a tener varios paquetes similares, por lo que ya se anticipa que todos se van a quedar en el limbo. Para tapar un poco esta designación, en la Presidencia Municipal soltaron el rumor de que la secretaría iba a ser para el tercer regidor, José Ganem, famoso porque le pone sabor al Cabildo con sus broncas, pero sólo por eso. Al final fue una distracción, pero de todas formas hubiera dado lo mismo, porque el joven Pepe también era garantía de que, en Palacio, las cosas seguirían despacio.
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Por cierto, hablando del regidor José Ganem, nuestros subagentes se lo encontraron el otro día junto a otros grillos de la generación Timbiriche en el concierto que dieron Sasha, Benny y Erick. Don Pepe andaba muy entretenido con Miguel Mery, a lo mejor discutiendo el relevo en la Secretaría del Ayuntamiento mientras cantaban “soy un desastre”. Con ellos andaba el director de Atención Ciudadana, José Ignacio Máynez, muy atento al “baile del sapo” por aquello de la facilidad para brincar de partidos. Otro que también cantaba esta rola fue el curuleco panista Guillermo Anaya, diestro para brincar de puesto. También andaban por ahí panistas como el diputado local Fernando Gutiérrez y Juan Antonio García, quizá cantando “si no es ahora será mañana”, porque no les han dado chamba en la campaña del suspirante Jesús de León. Los grillos traían muy buen ambiente, lubricado con buenos whiskies, pero esperando que nadie cantara “con todos menos conmigo”.
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El gober de Durango Jorge Herrera Caldera se ha vuelto muy asiduo a las reuniones del operativo Laguna con mandos militares y de la Policía Federal y su colega de Coahuila Rubén Moreira. Lo que llama la atención es que don Jorge lleva varias asistencias al hilo, cuando desde el año pasado brillaba por su ausencia. Nuestros subagentes comentan que esta súbita presencia no se debe tanto a un repentino interés en la seguridad de la Comarca Lagunera, sino al hecho de que en el Gobierno Federal hubo un manotazo contra los gobernadores que estaban aflojando la coordinación. Se dice que hace unos días el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, advirtió a los mandatarios estatales que no podían zafarse de las reuniones. La advertencia fue reforzada por el secretario de la Defensa, el general Salvador Cienfuegos, quien habría dicho a los gobernadores que los comandantes militares y de la Policía Federal tenían la instrucción de levantarse de la mesa si es que a los encuentros no llegaba uno de los mandatarios y que debían pasar el reporte de faltas a la Ciudad de México. Los subagentes dicen que el gober Moreira no se puso el saco pues lleva buen récord de asistencia, pero el que sí entendió el mensaje fue el gober Herrera. ¿Será?
