De regreso de sus vacaciones post-electorales, el flamante alcalde electo, Miguel Ángel Riquelme, tiene que encontrarse algo de quehacer en los cinco meses que dura la transición municipal. Uno de los primeros pendientes es juntar al equipo de suertudos que van a asegurarse un lugar en la nómina de su administración, pero nuestros subagentes comentan que don Miguel va a tener que hacer dos listas. Una será de los que recibirán “hueso” a partir de enero, aunque esa lista aún está en blanco pues no se tiene ningún puesto definido. Otra es para los que se van a quedar sin chamba al mismo tiempo. Si el próximo alcalde fue serio respecto a su advertencia de que los quienes ya bailaron ahora les toca sentarse, varios miembros de su grupo político que ahora cobran en la administración de Eduardo Olmos.
Pero claro que los actuales funcionarios no quedarían desprotegidos, pues ya se sabe que don Miguel sabe ser amigo de los amigos, de modo que ya se exploran algunos espacios en la nómina federal, pues al estar de nuevo en manos del PRI resulta un colchón muy conveniente para los futuros desamparados del presupuesto. Entre los que podrían estar cobrando un hueso federal a partir del próximo año están el contralor Lauro Villarreal y los directores de Desarrollo Social, Mario Cepeda; de Servicios Públicos, David Fernández, y de Urbanismo, Arturo Lozano, así como el contralor del Simas, Xavier Herrera, pues su permanencia en la administración municipal está en duda. Otro que también quedaría bailando sería el tercer regidor, José Ganem, quien nadó de muertito durante cuatro años y ahora don Miguel tendrá que encontrarle una nueva chamba, junto con los otros regidores del tricolor que se van a quedar desempleados. Pero no hay de qué preocuparse, pues la nómina es muy generosa con los servicios prestados.
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Terminaron las elecciones municipales, pero en el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Coahuila no salieron inmediatamente de vacaciones, sino que se fueron “a lo oscurito” a darle trámite a un pendiente. El Consejo del IEPCC se aventó la semana pasada una sesión relámpago sin previo aviso para aprobar la propuesta de reelegir a su presidente, Leopoldo Lara, y al consejero Carlos Arredondo, quien finalmente se salvó de la propuesta que había para recortar de siete a cinco el número de consejeros. Como relámpago, los “Iepecos” aprobaron la moción y la enviaron al Congreso local, donde el pastor del rebaño, Eliseo Mendoza Berrueto, le dio trámite sin mayor discusión, lo que aseguró a don Polo y don Carlos siete años más en la nómina. Lo que llama la atención es que el Instituto se haya ocupado de este asunto sin resolver otro de más fondo, que es el reemplazo del fallecido consejero Jacinto Faya, cuyo asiento está vacío desde enero. Y resulta curioso porque si el IEPCC pudo organizar la elección con seis consejeros, seguro la puede organizar con cinco, o con cuatro o hasta con tres y ahorrarse toda la burocracia.
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En la recta final de la administración municipal de Torreón, nuestros subagentes cuentan que el tesorero Pablo Chávez Rossique despertó de su prolongado letargo para ordenar a todas las dependencias un recorte de hasta 40 por ciento en el gasto. La instrucción de don Pablo dejó a muchos directores rascándose la cabeza por la magnitud del tijeretazo que se pretende, sobre todo porque una buena parte del gasto ya está comprometido. Pero lo que más desconcertó a los funcionarios es que no es la primera vez, sino que en anteriores ocasiones recortes similares han sido ordenados por la Tesorería sin que se hayan rendido cuentas sobre el destino de los ahorros. Los subagentes dicen que esta es una maniobra un tanto desesperada por parte de don Pablo para cuadrar las cuentas municipales y arreglar en menos de seis meses un desorden de casi cuatro años. ¿Será?
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De la Urbe de Adobe salió la primera señal de que la renovación del panismo coahuilense trasladará hacia allá su epicentro y La Laguna, donde se han concentrado los principales cuadros azules en la última década y media, comenzará a perder peso. Nuestros subagentes en la peronera capital comentan que el alcalde electo Isidro López Villarreal ya “palomeó” el nombre del jefazo estatal del PAN, Carlos Orta, como próximo director municipal de Desarrollo Social. Esta movida significaría que don Carlos estará encargado de armar las redes clientelares del blanquiazul con miras a la elección de diputados locales en 2014 y luego de diputados federales el año siguiente. A partir de enero, don Isidro se convertirá en el panista con la nómina más importante en todo el Estado y se dice que buscará apalancarse para regresar el control del partido a los saltilleros, debidamente asesorado por su tío, el exalcalde de la capital y exfuncionario de Pemex, Rosendo Villarreal. Esto resulta anecdótico porque don Rosendo fue el último panista no originario de La Laguna que fue candidato a gobernador, allá por el lejano 1993, y probablemente sienten que ya les toca de nuevo, por lo que ven la oportunidad de arrebatar el mando del partido al grupo del curuleco Guillermo Anaya, que está bastante golpeado por la derrota en Torreón. Si la llegada de don Carlos a cobrar al Municipio de Saltillo se confirma, en los próximos meses veremos una batalla por la presidencia del comité estatal del PAN que dará muchas señales sobre dónde están los nuevos jefes.
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Nuestros subagentes en San Pedro comentan un grave deterioro de la situación de seguridad en el Municipio en las últimas dos semanas, con varios asesinatos notorios. Entre los casos que han llamado la atención están el de un familiar de un importante empresario local y del hermano del director del sistema municipal de Aguas, José Gilberto Ferniza. En otro caso, una persona resultó herida, pero al parecer era de tal importancia que sus asesinos se dejaron venir hasta Torreón para matarlo en la clínica 16 del IMSS sin que nadie los detuviera. La descomposición en San Pedro es acelerada y se comenta que agarró desprevenidos a los altos mandos del Ejército y de la Policía Estatal, donde la principal hipótesis es la de un ajuste de cuentas. Mientras tanto, el alcalde Jorge Abdala aplica la política del avestruz mientras cuenta los días para que se acabe su administración.
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Durante años, gobernadores de Coahuila se jactaban de comparar al Estado, y particularmente a la peronera capital, con Detroit, por su pujante industria automotriz, pero ahora resulta que la comparación se cumplió en más de un sentido. Detroit es ahora noticia por una razón que Coahuila conoce muy bien, el peso de su agobiante deuda que provocó una declaración de quiebra financiera. Años de acumular préstamos y travesuras contables ya le cobraron la factura a la Meca del automóvil de la misma forma como ocurrió aquí hace un par de años. Ahora sí que el mote del “Detroit de México”, nunca le ha venido mejor a Coahuila.
