Mientras que el exgober y secretario de Agricultura, Enrique Martínez, averigua cómo le va a hacer para cumplir la encomienda presidencial de alimentar al país, ya se empezó a mover para que, al menos, algunos de sus cuates no pasen hambre. Don Enrique ya tiene en la nómina a algunos que fueron cercanos colaboradores pero se comenta que ahora prepara una estrategia para recuperar algo de control político en Coahuila, algo así como un “asalto al tren de los huesos”. Nuestros subagentes en la Urbe de Adobe comentan que el exgober anduvo por allá hace unos días y entre algunos eventos públicos aprovechó para reunirse con su círculo cercano pero no para veladas nostálgicas por los buenos tiempos sino para sacar partido del golpe electoral que sufrió el gober Rubén Moreira al perder posiciones clave como las alcaldías de Saltillo y Monclova.
Entre los “conspiradores” estarían Abraham Cepeda, quien ahora cobra como director de la Comisión Nacional de Zonas Áridas, Mario Eulalio Gutiérrez, que la gira de delegado de Agricultura en Coahuila y Daniel Garza, quien acaba de recibir hueso como gerente estatal de FIRCO, que a nivel nacional dirige Ignacio Diego, otro “enriquista” . Los rumores desde la peronera capital apuntan a que el exgober quiere empezar a tomar posiciones en el PRI y luego colocar piezas en la lista de candidatos a diputados locales el próximo año y de federales en 2015. La grilla local se complementa con otra en la Ciudad de México para deplorar el resultado del 7 de julio. También llamó la atención que la visita de don Enrique a Saltillo ocurrió mientras don Rubén andaba de viaje y que en los eventos públicos que tuvo el exgober fue notoria la ausencia del secretario de Fomento Agropecuario, Noé Garza Flores, que a lo mejor andaba ocupado en otras cosas, lo que sugiere que la división entre ambos grupos es profunda y que ahora se van a grillar a morir.
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Ahora que el gober Rubén Moreira trae “atravesada” a la peronera capital por andar votando por el PAN, busca en Torreón calorcito político. Por eso nuestros subagentes comentan que se dejó venir el jueves por la noche a una cena que el alcalde electo, Miguel Ángel Riquelme, organizó con el Jurásico tricolor (perdón, los exalcaldes priistas). La reunión iba a ser “petit-comité”, pero de última hora el gober se coló al convivio en el que nomás faltó el hadrosaurio que acaban de descubrir en General Cepeda para acompañar a Braulio Fernández Aguirre (único exalcalde con hueso), Manlio Fabio Gómez Uranga, Heriberto Ramos, el bien peinado Carlos Román Cepeda y Salvador Jalife, así como el alcalde Eduardo Olmos, el percherón y jefazo del PRI Paco Dávila, el representante del gober, Gabriel Calvillo, y el secretario de Gobierno, Armando Luna. La intensa plática duró hasta la madrugada y se dice que el tema principal fue sobre paleontología aplicada a la rehabilitación de fósiles.
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Luego de que funcionarios municipales reclamaran airadamente al tesorero Pablo Chávez Rossique los recortes al gasto que les asestaron este año, nuestros subagentes comentan que a los directores rijosos ya les aplicaron “ley mordaza”. El conflicto amenazaba con meterle ruido al cierre de administración del alcalde Eduardo Olmos, pues mientras los directores acusaban a don Pablo de retener el dinero para programas, éste respondía tachándolos de incompetentes porque no han trabajado con lo que tienen. Un caso notable fue el de los centros de verificación vehicular, cuando el director de Medio Ambiente acusó al tesorero de no soltar billetes para ampliar las revisiones y éste respondió que los que manejan el “verificentro” son unos ineptos. La carnicería al interior de la Presidencia Municipal habría provocado que don Lalo ordenara a sus subordinados que le bajen al pleito y dejen en paz al tesorero, que todavía no resuelve cómo va a entregar finanzas ordenadas. Nuestros subagentes también cuentan que para dar una muestra de unidad, todos los funcionarios municipales de primer nivel recibieron la instrucción de presentarse anoche en el Museo Arocena para la inauguración de la muestra de Fernando Botero, no sólo para hacer “montón”, sino también para mostrar que todos son cuates.
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Las cifras que dio el Consejo de Evaluación de la Política Social sobre la pobreza en Coahuila levantaron de nuevo dudas sobre el destino de miles de millones de pesos de la megadeuda estatal. A pesar de que los exgobernadores Humberto Moreira y Jorge Torres defendieron la contratación de créditos con el argumento de que era para elevar el bienestar de los coahuilenses, el Coneval reveló que en los dos años desde que se reveló el escándalo de la deuda, el Estado sumó más población pobre. El número a observar es 13 mil millones, la cantidad de dinero que don Humberto destinó de presupuesto a la Secretaría de Desarrollo Social en 2010. La cifra es estratosférica considerando que en los dos años previos la misma dependencia gastó menos de 3 mil millones de pesos y unos 100 mil coahuilenses salieron de la pobreza. La lógica lleva a concluir que si en un solo año se destinó una cantidad casi cinco veces mayor, ahorita todos los coahuilenses tendrían, mínimo, vocho, tele y changarro. No sólo no sucedió eso, sino que 23 mil paisanos se regresaron debajo de la línea de bienestar. Los subagentes con mala leche comentan que, por otra parte, muchos habitantes de otros estados que votaron por el PRI en las elecciones de ese 2010 sí salieron de la pobreza con el dinero que hoy debe Coahuila. ¿Será?
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Al gober de Durango, Jorge Herrera Caldera, le gusta pararse el cuello hablando del nuevo modelo de Policía Militar en el que soldados asumieron la vigilancia en Gómez Palacio y Lerdo, como una forma de demostrar que hay resultados en el combate a la delincuencia. El problema es que a veces la necia realidad se entromete en los discursos y el mes pasado resultó que La Laguna de Durango arrastra hacia números negativos la incidencia delictiva de toda la zona metropolitana, cuando hasta hace poco se atribuía a Torreón el alza de crímenes. La cifra de homicidios de julio es un indicador que revela esto, pues los 28 casos de Gómez Palacio y Lerdo rompieron un descenso en la violencia que se sostenía desde mayo y se dio justo en el primer mes completo desde que los soldados se encargan de la seguridad local. En contraste, los 16 homicidios de Torreón sí representan una baja sostenida para la ciudad. La diferencia entre las cifras señala que la efectividad de los operativos en ambos lados del Nazas es dispareja, lo cual también indica que la supuesta coordinación metropolitana para combatir grupos criminales todavía es un mito genial.
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Otro gober que se andaba parando el cuello en materia de seguridad es el de Chihuahua, César Duarte, quien estaba muy contento por el plan para mandar allá la sede de la XI Región Militar, que actualmente está en Torreón. Como se comentó aquí hace unas semanas, el alto mando de la Secretaría de la Defensa había dispuesto la mudanza, pero ahora los subagentes indican que, por el momento, el general Salvador Cienfuegos echó “pa’trás los filders”. Probablemente el jefazo de la Región, el general Moisés García Ochoa, ya andaba buscando buenos restaurantes de carnes en Chihuahua, pero se dice que algunos empresarios locales, apoyados en dirigentes de organismos a nivel nacional, se movieron en las altas esferas del Gobierno federal para que detuvieran el cambio porque se iba a ver bastante mal. Los subagentes comentan que el cabildeo se hizo hasta en Los Pinos, ayudado también por el gober Rubén Moreira, quien ahorita no necesita un trancazo de éstos.