Mientras “palomea” la lista de los futuros afortunados que entrarán a la nómina municipal, el alcalde electo Miguel Ángel Riquelme también deberá tomar providencias para dejar protegidos a varios funcionarios actuales que no tendrán el placer de repetir el hueso, pero en una cruel paradoja se topó con que el resultado de las elecciones le va a complicar los planes. Y es que el saldo del 7 de julio pudo haber sido muy dulce para don Miguel pero amargo para otros “grillos” del Estado, particularmente los que trabajan con el alcalde de la Urbe de Adobe, Jericó Abramo. El problema para el flamante alcalde electo es que su plan era poner a damnificados de la transición en delegaciones federales o el Gobierno estatal, pero esas posiciones serán codiciadas también en Saltillo.
Ahora que los funcionarios de primer nivel en la peronera capital se van a quedar desprotegidos, es probable que vayan a llevar “mano” en el reparto de huesos de otros niveles de gobierno. De hecho el gober Rubén Moreira sugirió algo al respecto el otro día cuando dijo que algunos funcionarios saltilleros tendrían acomodo en su administración. El peor escenario para don Miguel es que lo dejen a rascarse con sus propias uñas y termine poniendo a funcionarios polémicos de la actual administración en cargos municipales. En un descuido, si el gober Moreira necesita abrir más espacios, hasta le mandan de regreso a algunos que hoy gozan de las nóminas federal o estatal. Otro problema que don Miguel podría tener en el primer año de su administración es con respecto a la intención de recuperar Saltillo y Monclova para el PRI. Cumplir el objetivo significa que el Gobierno estatal deberá aplicar programas sociales y de infraestructura con recursos propios pues no podrá hacerlo a través de los municipios, cuyos alcaldes panistas traerán su propia agenda. Pero en el caso de Torreón, el Palacio Rosa simplemente puede disponer que don Miguel pague aquí con recursos municipales lo que el Estado pagaría de su presupuesto en otras partes. Al cabo esa ya la aplicaron con el alcalde Eduardo Olmos cuando lo dejaron embarcado con el costo de la (Gran) Plaza Mayor que según esto iba a pagar el Estado.
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Nuestros subagentes en Durango comentan que la Fiscalía General que comanda Sonia de la Garza se metió en menudo lío con mandos de la Marina por la balacera en la que murió Rubén Sifuentes, presunto homicida del hijo del exgober Humberto Moreira. La primera versión aportada por fuentes de la Fiscalía en La Laguna apuntó a que fueron elementos de la Marina los que abatieron al sujeto al ubicarlo en una fiesta en Gómez Palacio, pero al día siguiente la oficina de doña Sonia mandó decir que todo fue una balacera entre malandros. Los subagentes comentan que la Fiscalía tuvo que dar esta versión para quitarle a la Marina la carga de una mujer y un niño de dos años que resultaron muertos, aunque al mismo tiempo también le quitaron el mérito por ubicar al presunto homicida. Lo interesante del asunto es que, al parecer, Sifuentes ya llevaba rato escondiéndose en Gómez aún cuando era uno de los criminales más buscados al otro lado del Nazas. Por cierto, los subagentes comentan que este sujeto llevaba meses moviéndose con libertad entre los límites de Coahuila y Durango sin que ninguna autoridad se hubiera dado cuenta.
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La presentación del proyecto de modernización del transporte en Gómez Palacio y Lerdo fue todo un ejercicio de esquizofrenia para autoridades de Coahuila y Durango. La Dirección de Transporte duranguense presentó un plan totalmente ajeno al Metrobús que quiere Coahuila, pero el autor del proyecto, Guillermo Arce, apareció sonriente y tomándose fotos con el subsecretario de Transporte de Coahuila, Rodolfo Navarro, quien se enojó con los insidiosos que querían amarrar navajas entre las dos propuestas. Ambos funcionarios pretendieron que se llevan de maravilla y trataron de evitar la impresión de que cada quien jala por su lado afirmando que sus planes son complementarios. En realidad, apenas son estudios que no han arribado a nada concreto, pero como lo importante para los gobiernos estatales es “aparecer” más que “hacer”, todos quedaron contentos. Sin embargo, nuestros subagentes comentan que los gobiernos de Coahuila y Durango traen visiones completamente distintas y ya acordaron que cada uno se enfocará en su lado del Nazas y sin hacerse daño. A final de cuentas, no es la primera vez que autoridades de ambos estados se dan el avión con iniciativas metropolitanas para La Laguna. Ya lo hicieron con la Policía Metropolitana, cuando en Durango se hicieron “locos” para entrarle a los operativos de Coahuila mientras mantenían la farsa de que se estaban coordinando. Nada nuevo, pues.
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Nuestros subagentes en la Presidencia Municipal comentan que en su denodado esfuerzo para pelearse con medio mundo, el tesorero Pablo Chávez Rossique está tirando “fuego amigo” contra los funcionarios que le reclamaron recortes en el gasto. Las malas lenguas comentan que fue don Pablo el que estuvo detrás de la filtración de facturas que mostraban un presunto desvío de recursos en el DIF municipal, luego de que la directora Dulce Pereda se le fue encima a don Pablo por dejarla sin dinero. Se dice que don Pablo hizo alianza con la síndico panista Luz Natalia Virgil, pues aunque ambos se la pasan agarrados de la greña, en el fondo se tienen aprecio y pueden dejar de lado sus diferencias cuando se trata de avanzar una agenda política. La también panista Margarita del Río sirvió como conducto para balconear a doña Dulce y al parecer tanto la directora del DIF como los demás funcionarios de primer nivel entendieron el mensaje porque de repente se acabaron las críticas contra el tesorero. Pero don Pablo no contaba con que iba a pasar de verdugo a víctima cuando le brincó el regidor priista José Ganem que lo acusó de violar la ley con la presentación de las cuentas públicas y hasta lo amenazó con una suspensión. El problema para el tesorero es que a don Pepe no le puede aplicar la misma dosis que a otros funcionarios porque es consentido del alcalde Eduardo Olmos, de modo que las críticas que ahora recibe serían una advertencia para que se sosiegue.
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El sospechosismo que detecta la mano del exgober Humberto Moreira detrás de las iniciativas para crear el Estado de La Laguna recibió un fuerte impulso ahora que se anunció la creación de un partido para promover este proyecto. El “partido” es la tercera agrupación que quiere el nuevo estado, pero la sombra de don Humberto se hizo presente porque su promotor, Cristóbal Franco, se ostenta como un antiguo operador del exgober que luego fue recompensado con un modesto hueso en el “Gobierno de la Gente”, pero ahora cayó de la gracia priista y quiere ver dónde hace olas. Por cierto, se comenta que desde Barcelona se envió un mensaje a la peronera capital negando lo que se comentó aquí sobre la supuesta participación del profe Moreira en estas iniciativas. Sin embargo, el vínculo que don Cristóbal ostenta con el exgober fue suficiente para desatar de nuevo los rumores.