Cuentan nuestros subagentes que el flamante director de Urbanismo, Arturo Lozano, ya no sabe donde esconderse después de que todo el día le zumban las orejas por las fallas que presenta el Bosque Urbano. Un día sí y otro también, aparecen desperfectos en la obra que busca presumir el alcalde de Torreón, Eduardo Olmos, en su último informe, incluso piensa dar su mensaje en este lugar. Pero no sólo los paseantes del bosque recuerdan todos los días al flamante director, sino que también es recordado por los automovilistas debido a la falta de sincronización que hay en todos los semáforos de la ciudad.
A cuatro meses de que termine la administración, Arturo Lozano podrá "presumir" haber salvado la chamba durante cuatro años a pesar de que nunca dio resultados en las obras que le encargaron, como prueba ahí está la Plaza de Armas cuya fastuosa remodelación fue flor de un día, sin embargo puede irse despidiendo de su ambición de dar el brinco a la siguiente administración.
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Mario Cepeda Villarreal ha tenido la virtud de homogeneizar el Simas de Torreón con el Simas Rural, ambas dependencias son igual de ineficientes. A pesar de que desde enero despacha como director de Desarrollo Social del Municipio, Mayito tejió redes por su paso en ambos sistemas de aguas de tal modo que nada se mueve sin su autorización ya que ahí dejó a toda su "gente". Hasta hace unos cuantos meses despachó como contralor de Simas de Torreón, mientras que años atrás fue gerente del Simas Rural. La constante en ambas dependencias por donde ha pasado, es que no hay capacidad de respuesta y los ciudadanos padecen por la falta de agua, fugas sin arreglar y cortes a pesar de que el recibo esté pagado. Lo mismo fraccionamientos residenciales que colonias populares y ejidos sufren por la falta de agua, prueba de ello fue el bloqueo que se registró hace unos cuantos días en la carretera a Mieleras. Sin embargo, a pesar de sus deficiencias y su mala administración don Mario ya sueña con ser diputado local.
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La protesta de los agentes de Tránsito y Vialidad de Torreón, por el descuento de un día de su sueldo esta quincena, pone al descubierto una lucha soterrada entre el director de Tránsito y Vialidad, Carlos Garza y el titular de Seguridad Pública, Adelaido Flores, ya que el primero asegura que Tránsito y Vialidad ya no depende de la Policía, pero los agentes de Vialidad siguen reportando ante el jefe Adelaido. El descuento, según dijo Carlos Garza, fue por no pasar lista de asistencia en la dependencia a la cual están adscritos y que incluso está en otro lugar, en el antiguo edificio de perecederos de Soriana. La lucha está latente y los que salen bailando, por lo pronto, son los agentes en el lado que más duele, que es el bolsillo. Ojalá se pongan de acuerdo los jefes antes que comiencen los paros de los agentes de Vialidad u otras medidas que afecten a la ciudadanía… es decir pedir la clásica mordida para recuperar el dinero descontado.
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Los que andan arrastrando el lápiz y quemándose las pestañas son José Miguel Campillo y Luis de Villa, alcaldes electos de Gómez Palacio y Lerdo, respectivamente, quienes están encerrados en Durango capital con el resto de ediles y diputados electos tomando cursos de políticas públicas y cómo bajar recursos. Tan metidos en el estudio se encuentran que ninguno de los dos alcaldes de la región ha terminado de armar su equipo de trabajo, lo que trae a varios "grillos" con la zozobra de que tal vez queden fuera de la nómina municipal y por ende pasen a vivir en el error.
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Con bombo y platillo el gobernador de Durango, Jorge Herrera Caldera, presentó en el Distrito Federal el programa del Festival Internacional Revueltas. Donde con motivo de los 450 años de la ciudad de Durango don Jorge está echando la casa por la ventana. En la capirucha del smog y bajo el pretexto de atraer turismo el gober anunció que el Festival se realizará del 4 al 20 de octubre y contará con las actuaciones estelares de Alejandro Sanz, Carlos Vives, Celso Piña, Jarabe de Palo, Eugenia León, Karen Souza y los Creedence, entre otros, y por supuesto todos los espectáculos van a ser gratuitos. El único detalle es que para variar nada llegará a La Laguna, a pesar de que esta región también paga impuestos, que es el dinero con lo que se organizan estos eventos. Por lo que nuestros subagentes comentan que una vez pasadas las elecciones donde el PRI se llevó el carro completo, don Jorge se volvió a olvidar de esta región como ha ocurrido desde que se sentó en la silla de gobernador.
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Cuentan nuestros subagentes que Matamoros puede presumir tener el edificio del Centro de Control (C2) más caro de todo Coahuila, pues costó nada menos que 5 mil pesillos el metro cuadrado de su superficie. Con ese costo uno pensaría que los pisos son chapeados en oro y los muros de mármol, pero ¡oh decepción! el edificio tiene una calidad equiparable a la de una casa económica de interés social. En nada menos que en 200 metrillos cuadrados de este pequeño edificio la Dirección de Obras Públicas del Ayuntamiento a cargo de Rogelio Ayup Arguijo (sí, el mismo que tuvo que desviar 4 millones de pesillos en 2009 cuando estaba al frente del Simas para pagar la luz) se gastó un millón de pesos, que al cabo no son del Municipio, dicen, sino de la Federación que los mandó como parte de los recursos del Subsemun de 2012. Cuentan los subagentes que el edificio presenta áreas reducidas, pisos de baja calidad y puertas de madera sencillas. Sin embargo, el millón de pesos que se gastó el Ayuntamiento en esta obra no alcanzó para comprar una tina de pintura blanca y terminar las paredes y techos. Tampoco alcanzó para comprar alguna lamparita de esas de 200 pesillos. Nada, su foco de 10 pesos y se acabó. El tema es que si en una obra supuestamente revisada por la Federación las autoridades municipales se atreven a inflar al 500 por ciento los costos, ¿qué no harán con las obras municipales que se pagan a libre albedrío? Por ahí dicen que el presidente municipal electo, Raúl Onofre Contreras, tiene varios contratos de obra asignados de los cuales se beneficia con algunas constructoras que son de su propiedad, pero vivillo desde chiquillo no están a su nombre, situación de la cual el alcalde saliente, Guillermo del Real, se hace de la vista gorda.
