La revelación de la auditoría “perdidiza” a la anterior administración del Simas causó conmoción adentro de la empresa de aguas pues los que conocían el documento que detallaba todo tipo de travesuras en los tiempos del alcalde José Ángel Pérez y el gerente Alberto Díaz de León pensaban que esa información estaba enterrada en lo más profundo del drenaje. Como el ahora exgerente de la empresa, Jesús Campos, era el único que había firmado de recibido cuando la Auditoría Superior del Estado entregó el estudio a finales de 2010, ahora le tocará cargar con la bronca de no haber avisado lo que tenía entre manos y provocar sospechas de que hubo arreglos en lo oscurito entre la pasada y la actual administración. Nuestros subagentes apuntan a un personaje clave en esta historia, el único funcionario de primer nivel en el Simas que brincó de la anterior administración a ésta.
Se trata del actual coordinador de proyectos especiales, José Ángel Meléndez, quien había sido gerente de planeación y desarrollo en tiempos de su tocayo exalcalde y quien es uno de los señalados por la auditoría como responsable de las manipulaciones en obras, contratos, pagos, cobranzas y demás, por las que también se señala al excontralor Petar Petrov y al exgerente técnico, Luis Horacio Salmón. Don Jesús salió con el cuento de que recibió el documento, pero nunca lo leyó, aunque nuestros subagentes dicen que lo entregó a Meléndez para que le echara un ojo y éste le respondió que no había nada interesante, lo cual resulta obvio porque su misma gestión era señalada. Pero aún si la auditoría estaba escondida, lo curioso es que nadie se preocupó por sacarla cuando don Petar y don Horacio se pusieron a las patadas con el Simas, el primero con una demanda porque no le pagaron liquidación y el segundo con críticas a la actual gerencia cuando se reveló el fracaso de los megatanques. Parece que al contralor y vicealcalde Lauro Villarreal le dio un repentino ataque de amnesia pues ya no se acordó que él mismo encargó la revisión en 2010 y nunca se le ocurrió preguntar por ella, sobre todo cuando el documento era un “tesoro” para argumentar que el desastre financiero y técnico del Simas viene desde hace rato. La única salida ahora para el alcalde Eduardo Olmos es insistir en las denuncias penales que según esto ya se presentaron, para sacudirse la percepción de un encubrimiento. Y a todo esto, la coyuntura podría favorecer al alcalde electo, Miguel Ángel Riquelme, que ahora podrá empezar a meterle la mano al Simas, tal y como lo había pedido, para empezar a desazolvar todo el drenaje.
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Apenas llevaba medio año como jefazo de la Décima Zona Militar en Durango y el general André Georges Foullon Van Lissum ya fue relevado de su cargo y probablemente enviado a comandar una división de “pánzers” en el ejército prusiano. Nuestros subagentes comentan que es inusual en la Secretaría de la Defensa Nacional hacer un cambio de comandantes en tan poco tiempo, por lo que el general Salvador Cienfuegos debió tener una muy buena razón para sacar de Durango a don André, quien había llegado en marzo pasado cuando la violencia se había agudizado en la Comarca Lagunera y las señales apuntaban a grupos criminales en Gómez Palacio y Lerdo. Se dice que el relevo se dio porque el modelo de policía militarizada que se pretendió aplicar en La Laguna de Durango, en el cual la vigilancia la asumieron los soldados, no rindió los frutos esperados y comenzaron a surgir indicios de que los balandros andaban igual de sueltos, como lo evidencia la quemadera de camiones suburbanos sin que hasta ahora se hayan encontrado, y mucho menos detenido, a los responsables. Para hacerse cargo del changarro, de la Ciudad de México mandaron al general Sergio Martínez Castuera, quien hasta hace unos días gozaba de la vida académica como director del Colegio Militar. Antes de tener ese cargo, don Sergio había comandado el centro de adiestramiento de fuerzas especiales de la Sedena, por lo que trae experiencia en el manejo de operaciones contra el crimen organizado. Ojalá le sirva.
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La contingencia por la avenida del río Aguanaval puso a prueba por primera vez a la gestión de José Armando García Triana como mandamás local de la Comisión Nacional del Agua y al parecer don Pepe salió bien librado, aunque se tuvo que enlodar los zapatos. La respuesta del Gobierno estatal también se dio sin complicaciones debido a que se tomaron muchas medidas preventivas antes de que el río aislara a varias comunidades de Matamoros y Viesca, por lo que las huestes del gober Rubén Moreira salieron bien libradas, no como hace cinco años cuando el entonces “gobierno de la gente” fue severamente cuestionado por la respuesta tardía y las precarias condiciones de los albergues. Un detalle curioso fue la actuación de los alcaldes en funciones y electos. En Matamoros, el todavía presidente municipal Guillermo del Real quiso agarrar los reflectores, haciendo como que por fin trabajaba luego de más de tres años de no hacer nada, y mandó a un segundo plano a su inminente sucesor, Raúl Onofre, por aquello de que no se quieren ni tantito. Pero en Viesca fue al revés, pues el alcalde Javier Escobedo ni se apareció en las poblaciones incomunicadas o en las reuniones de coordinación y su lugar fue ocupado por el alcalde electo, Marcelo Quirino, a quien le aventaron el paquete desde antes de empezar a cobrar.
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Otro que andaba con el lodo en las rodillas, pero allá en Guerrero, fue Javier Ídem, que ahora cobra como subsecretario de Desarrollo Social con la paisana Rosario Robles. Nuestros subagentes reportan que don Javier recibió el paquete de garantizar que las despensas a los damnificados se repartan de manera directa y equitativa y evitar que empiecen las prácticas clientelares entre los operadores del gober Ángel Aguirre, que no olvida su pasado priista. Los subagentes dicen que don Javier se salvó de un regaño pues lo habían enviado a Chilpancingo con la representación presidencial a una ceremonia del Congreso de Guerrero justo cuando la tormenta “Manuel” se enfilaba a la costa del Pacífico. Después de ese evento, don Ángel dio una cena para 300 gorrones de alto nivel que departieron alegremente mientras la lluvia comenzaba a inundar Acapulco y decenas de comunidades. Al parecer don Javier decidió no asistir a la cena y se salvó de un regaño cuando salió la inevitable balconeada del gober Aguirre por preferir el festejo al trabajo.
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Los encargados de migración y aduanas en el aeropuerto internacional de Torreón parece que manejan la terminal como si fuera una parada de autobuses, que abre y cierra a su antojo. Nuestros subagentes que son viajeros de mundo comentan que la semana pasada el vuelo procedente de Houston no pudo llegar a Torreón porque su salida se retrasó varias horas debido al mal tiempo y los funcionarios de migración y aduanas se negaron a recibirlo con el pretexto de que venía muy tarde. Obviamente esto causó una fuerte molestia en los pasajeros, que se quedaron varados en el aeropuerto de Houston, y en la propia aerolínea, pues sus demás vuelos a otros destinos en México llegaron sin problemas, porque los otros aeropuertos no funcionan a capricho de los funcionarios. Y luego así quieren promover inversiones.
