Por más que en el gobierno de Coahuila y el PRI quisieran que el tema de la deuda estatal y las travesuras financieras del sexenio pasado fueran guardados en el cajón del olvido, de vez en cuando sale un recordatorio de los escándalos en tiempos del gober Humberto Moreira que termina persiguiendo a la administración del hoy gober Rubén Moreira. Así sucedió con la demanda del gobierno de Estados Unidos para decomisarle un fondo de inversión al exgober interino Jorge Torres pues se alega que los 2.7 millones de dólares en la cuenta venían del Gobierno estatal. Los documentos judiciales presentan a don Jorge como socio y cuatacho de Javier Villarreal, quien fue su sucesor en la Secretaría de Finanzas y luego jefazo del Satec en tiempos del exgober Moreira, y sugieren una conspiración para desviar fondos públicos de Coahuila.
La narrativa que fiscales federales hicieron ante un juez para pedir el decomiso de la cuenta habla de reuniones entre don Javier y don Jorge con banqueros de JP Morgan Chase para abrir varias cuentas, incluyendo algunas “offshore”. Queda claro que la investigación está construida sobre testimonios de los ejecutivos que soltaron toda la sopa sobre estos encuentros, incluyendo el detalle de que el exgober Torres habría preguntado si era posible borrar los registros electrónicos de las transferencias para que no quedara huella. Esto llevó a varios medios a señalar que el gobierno gringo acusa a don Jorge de lavado de dinero, algo que no ha sucedido (todavía), pero que deja claro cómo anda la reputación de estos personajes. Nuestros subagentes comentan que la demanda contra don Jorge es simplemente el primer paso de una investigación mayor cuyos detalles se conocerían en los próximos meses y que la práctica de pedir el decomiso de cuentas es una táctica de presión para sacar más datos, algo así como meter hilo para sacar hebra. Lo curioso de todo esto es el contraste entre las investigaciones por las irregularidades financieras de la anterior administración estatal, pues mientras los gringos son los que sacan toda la mugre, en México todo el escándalo acumula una capa de tierra. De modo que cada revelación sobre los escándalos en tiempos de Humberto Moreira termina por causar agruras entre jerarcas del PRI y los gobiernos federal y estatal, cuyo deseo de que todo el tema sea enterrado no es compartido al otro lado del Bravo, donde al parecer están ardidos porque los funcionarios estatales usaron el sistema bancario gringo como puente para sus travesuras.
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Y hablando de travesuras, la auditoría realzada a la anterior administración del Simas, que revela diversas irregularidades en tiempos del alcalde José Ángel Pérez terminó por morder a un prominente miembro del actual Ayuntamiento. Se trata del tercer regidor, José Ganem, cuya empresa familiar ha sido proveedora del Simas desde hace dos décadas, pero que ahora aparece señalada como beneficiaria de licitaciones que se hicieron con precios inflados. Los documentos mencionan, por ejemplo, trabajos de reparación de pozos asignados a la empresa La Victoria, propiedad del padre de don Pepe, en los cuales los costos fueron casi duplicados. Quizá por eso el regidor, tan aguerrido en varias ocasiones para lanzarse contra los panistas, ahora ha mantenido un discreto silencio sobre los hallazgos que hizo la Auditoría Superior del Estado a la pasada administración municipal del PAN. Y si la empresa de don Pepe hizo esos negocios cuando gobernaban los panistas y el hoy regidor era un operador del PRI, ¿qué habrá pasado en los últimos años con una administración priista de la que don Pepe forma parte?
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Un detalle curioso saltó en la reunión que tuvieron ayer en Torreón los alcaldes electos del PRI para darse una “capacitada” en temas de gobierno. El encuentro incluía no sólo a los futuros ediles sino también a sus prospectos para las secretarías del Ayuntamiento, pero como aquí Miguel Ángel Riquelme no ha dado color sobre el destinatario de ese hueso, se llevó a Jorge Luis Morán, el exsecretario de Seguridad Pública que sonaba para hacerse cargo de una nueva dirección de Prevención del Delito. Ahora nuestros subagentes comentan que ese nuevo departamento era puro cuento y que en realidad don Miguel estaba “placeando” a don Jorge para aventarlo a la secretaría, aunque se sospecha que su cartera será más amplia, e incluiría además temas de seguridad, gobernabilidad y protección civil. Esto le cuadraría bien al abogado lagunero, pues se sabe que tiene corazoncito de policía y es muy aficionado a los aparatos de grabación, de modo que nuestros subagentes sospechan que eso de la “gobernabilidad” también comprende labores de inteligencia política sobre todo con los grupos rivales. También es conocida su cercanía con el alcalde electo, quien ya lo agarró de acompañante en sus giras y hombre de confianza. Por cierto, la reunión de futuros alcaldes terminó en una cena en casa de don Miguel a la que asistió también el gober Rubén Moreira, para que les diera a todos la bendición.
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Ante la orden del alcalde Eduardo Olmos para recortar personal en las direcciones municipales ante el cierre de la administración, algunos se pusieron creativos para no afectar a los cuates que tienen cobrando en la nómina. Nuestros subagentes reportan que es el caso del jefazo de Urbanismo, Arturo Lozano, quien tenía trabajando a varios amigos, pero se vio obligado a recortarlos y salió con una alternativa ingeniosa para no dejarlos viviendo “en el error”. Se dice que don Arturo envió a varios cuates “comisionados” como inspectores de obra para verificar si tienen sus permisos en regla y, en caso negativo, clausurar las construcciones. De esta forma, los “inspectores” podrían compensar la pérdida del hueso con algunos “moches”. ¿Será?
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Mientras que en algunos sectores se impulsa una mayor integración de La Laguna, el Instituto Federal Electoral ahora quiere separar a Lerdo de la Comarca. El plan de redistritación del IFE para la elección de diputados federales de 2015 contempla sacar a la Ciudad Jardín del distrito 2, que tiene cabecera en Gómez Palacio, para pasarlo a un nuevo distrito, que tendría cabecera en Durango capital. Esto significa que el curuleco que represente a una porción de La Laguna ni siquiera sería lagunero, pues seguramente la tierra de los alacranes va a querer darle el jugoso hueso de una diputación federal a uno de sus hijos ilustres. Por otra parte, el nuevo mapa beneficiaría a los grillos gomezpalatinos, que se quitarían de encima a los vecinos lerdenses en la lucha por candidaturas. Pero no estaría de más que alguien avisara en el IFE que eso de partir a la Comarca Lagunera es de mala leche.