Cuentan nuestros subagentes disfrazados de comensales asaltados que las declaraciones del diputado federal panista Guillermo Anaya acerca del bajo desempeño del gobernador de Durango, Jorge Herrera, alimentaron el enojo en ciertos sectores del ámbito empresarial lagunero, particularmente generadores de empleo en Gómez Palacio, y se preguntan por qué de manera sistemática el gobernador Herrera Caldera descalifica todas las mediciones de seguridad que le son desfavorables.
Primero descalificó las mediciones del Consejo Cívico de las Instituciones de La Laguna que hizo notar lo grave de la situación de inseguridad en Durango pese a que los índices se elaboraron con información entregada por el propio gobierno duranguense. Luego descalificó las mediciones del Inegi, sí, la instancia de medición más sofisticada del país y responsable de hacer los censos fue descalificada porque hizo notar la gravedad de la incidencia delictiva en Durango. Lo curioso es que las evaluaciones que le son positivas procura el gobernador gritarlas a los cuatro vientos, como la más reciente de la prueba ENLACE. Este grupo de empresarios se pregunta si el deseo que en campaña manifestó el gobernador de tener una casa en Gómez Palacio era real o sólo proselitismo electoral. Hay políticos que son felices sólo cuando Alejandro Sanz, a quien el Gober ofreció Durango como su casa, canta: “cuando nadie me ve puedo ser y no ser”.
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Gran extrañeza causó la ausencia del alcalde de Torreón, Eduardo Olmos Castro, en el banderazo de la jornada de limpieza de Laguna Yo Te Quiero, el sábado por la mañana. Al lugar se dieron cita los jefazos de los municipios de Gómez Palacio y Lerdo, Miguel Campillo y Luis de Villa, respectivamente, así como el presidente municipal electo de Torreón, Miguel Riquelme y representantes empresariales y de organizaciones de la sociedad civil. Se trata de una de las convocatorias más importantes que se han lanzado en la región para unir esfuerzos en una causa común. Llama poderosamente la atención que don Lalo no haya asistido, puesto que el ayuntamiento tiene gran parte de responsabilidad en el problema de la proliferación de tiraderos de basura y escombro en la ciudad. Nuestros subagentes disfrazados de camiones recolectores de escombro dicen que el hecho se presta para varias lecturas: o el alcalde ya cedió la batuta al próximo mandamás de Torreón, o anda demasiado ocupado tratando de quedar lo mejor parado en el proceso de entrega-recepción que inició la semana pasada, a la luz del desorden que se ha evidenciado en su administración. Y es que son muchos los pendientes que dejará a su sucesor, que a cualquier persona sensata le quitarían el sueño. Las múltiples broncas de la Tesorería, el deterioro de los servicios públicos, el aumento de los asaltos en restaurantes, por mencionar algunos de los problemillas que heredará. No estaría de más que alguien le avisara a don Lalo que todavía le quedan dos meses y medio de administración para que no se desaparezca tanto.
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Comentan nuestros subagentes disfrazados de ceniceros que el desorden revelado por la auditoría de excepción al Simas, cada vez preocupan más al exalcalde de Torreón, José Ángel Pérez. Por lo que para evitarse complicaciones legales anda buscando una especie de fuero político el cual se lo daría la dirigencia estatal del PAN. Por este motivo y para alcanzar la dirigencia del albiazul el exalcalde nuevamente anda operando con Manuel Villegas, quien fuera regidor durante su administración y especialista en abultar la nómina e inflar el padrón de Acción Nacional cuando fue presidente de ese partido. Pero además de volver a juntarse con Manuel Villegas, don José Ángel también solicitó la colaboración de los hermanos Javier y Jesús Pérez Valenzuela quienes en 2011 renunciaron a su militancia panista para afiliarse al PRI. Tanto Manuel Villegas como los hermanos Pérez Valenzuela fueron de los más beneficiados en la administración de José Ángel Pérez y se dieron vuelo metiendo en la sagrada nómina a familiares y amigos. Bueno pues tras un breve distanciamiento y de acercamientos con los priistas todos se han vuelto unir en torno a la figura del exalcalde que busca salir bien librado del escándalo del Simas. Por cierto, se rumora la existencia de un expediente de cómo se engordó la nómina del Simas en la administración de José Ángel Pérez con funcionarios importados de Monclova, Acuña y Saltillo que no sabían nada de agua, pero sí de grilla y eran los encargados de crear alianzas a favor de José Ángel cuando éste soñaba con ser gobernador de Coahuila.
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Y ya que hablamos de las travesuras en el Simas cuentan las lenguas viperinas que la famosa auditoría que va a realizar, en teoría Gossler, no tiene para cuando comenzar sobre todo porque el argumento de la licitación funciona muy bien para ganar tiempo y borrar ciertos datos “incómodos” de los expedientes que serán revisados. Por cierto, el que cada vez pierde más peso en la sociedad civil como vigilante del sistema de agua es Félix Pérez Murillo, quien desde 2010 se desempeña como secretario técnico del Consejo Directivo de la paramunicipal. Don Félix se “sacrifica” por la sociedad con un sueldo de alrededor de 65 mil pesos, desempeñando un cargo que históricamente había sido honorífico. Pero además como ya se había dicho en esta columna viola la Ley de Aguas para los Municipios del Estado de Coahuila de Zaragoza en su capitulo Tercero, artículo 24 en el que claramente dice: “Los miembros del Consejo Directivo designarán a un secretario quien tendrá una gestión anual y no podrá ser reelegido”. No hay acta o acuerdo de su reelección y tampoco de contratación permanente. Es decir que don Félix ha decidido sacrificarse tres años cobrando en la sagrada nómina, de ahí que sea endeble a las peticiones de las autoridades.
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Reportan nuestros subagentes disfrazados de boleros en la Plaza de Armas de Gómez Palacio que el regidor panista, Paco Ramírez, motivado por su añejo pleito con el extesorero, Miguel Chibli, está tratando de hacer ruido con la compra de una superficie de casi 11 hectáreas a razón de 84 pesos el metro cuadrado para la creación de un nuevo panteón municipal en Gómez Palacio a la altura del ejido Vergel y aledaño a un cementerio de particulares. La compra se realizó en la administración de Rocío Rebollo. El regidor argumenta que hay terrenos más baratos lo cual reportan los subagentes es cierto, pero carecen de servicios, de vialidades y por eso nadie los compra. El terreno que compró la anterior administración colindará con el segundo periférico, cerca de una tratadora de agua, se ubica en la parte norte de Gómez Palacio donde está también la zona de conectividad y para donde Gómez Palacio tendrá que crecer sin lugar a dudas y al menos por el momento, retirado de asentamientos humanos.