Aunque Javier Lechuga ya tiene su “hueso” en la corte del feudo coahuilense como director del Registro Público de la Propiedad de Torreón, suena cada vez más fuerte para ocupar el cargo de contralor municipal en la administración de don Miguel, próximo capataz -perdón, alcalde- en la llamada Perla de La Laguna. Con el favor de Lauro Villarreal, actual contralor municipal, don Javier se asume ya como el ungido para relevar a su “padrino” en el cargo de fiscalizador de la administración de la ciudad (es un decir).
Y se asume como tal ya que según nuestros subagentes disfrazados de bastones y pelotas, el propio Lechuga, quien también ha sido uno de los auditores preferidos del caótico Sistema Municipal de Aguas y Saneamiento, no pierde oportunidad de propalar la especie en cualquier partida de golf o reunión de café a las que frecuentemente asiste. El problema con don Javier es que su pasión por el “deporte de los negocios” lo hace que muy frecuentemente deje abandonados cientos de documentos que sólo necesitan su firma en el Registro Público de la Propiedad, porque él prefiere pasársela muy bien en los campos de conocido club campestre empeñado en conseguir el sueño de todo golfista: un “hole in one”, a ver si lo consigue.
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Y ya en los terrenos de don Lauro Villarreal, mientras se acerca el -para muchos- ansiado final de la administración, no cesan los rumores de que el contralor y vicealcalde sigue moviéndose sigilosamente para “colar” a su gente entre los sindicalizados que “aparecerán”, como por generación espontánea, a partir de enero de 2014 en la sagrada nómina. Estas movidas que don Lauro quiere dejar de herencia a la siguiente administración municipal, ha despertado inconformidad entre algunos empleados del ayuntamiento. Dicen los inconformes, que algunos ya han soltado “apoyos” ante los dos sindicatos municipales en busca de hacerse de plazas y que circula una pequeña lista de los recomendados de don Lauro y que dicha lista la encabeza nada más y nada menos que su asistente Loreto García. ¿Será?
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Algo raro ocurre en las instituciones culturales de la Comarca Lagunera de los estados de Coahuila y Durango, encargadas de organizar las actividades de los festivales artísticos en ambos lados del Nazas. Nuestros subagentes que deambulan detrás de bambalinas, nos reportan que en varias actividades las horas establecidas en los programas oficiales no se respetan y que, incluso, son cambiadas hasta dos veces en un mismo día, causando confusión entre los interesados a asistir. Por ejemplo, la presentación de la banda alemana Budzillus fue anunciada originalmente a las siete de la tarde del domingo pasado. El mismo día se informó que no sería a las siete sino a las ocho de la noche. A unas cuantas horas del inicio del concierto los organizadores volvieron a cambiar la hora, la cual quedó a las nueve. Los confundidos subagentes comentan que no es el único caso, también ocurrió algo similar con Celso Piña, a quien incluso anunciaron frente al público y no salió sino hasta varios, pero varios, minutos después. Eugenia León y el Instituto Mexicano del Sonido, son otros ejemplos. Con tanto cambio, no vaya a pasar que los artistas deleiten tan sólo a los integrantes de su staff, a los ingenieros de sonido y a las desorganizadas autoridades.
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Y ya que hablamos de show, quienes ofrecieron un tremendo espectáculo tuitero fueron los regidores del ayuntamiento de Torreón, José Elías Gánem y Rodolfo Walss. Pues resulta que el miércoles pasado el panista Walss parece haber despertado de mal humor ya que comenzó a mandar mensajes al priista Gánem en la red social del pajarito azul criticándolo por llegar hasta las 11 de la mañana a su oficina, porque se la pasa en el gimnasio. Pero esto fue apenas el principio, porque el combativo político albiazul arremetió fuertemente contra su colega acusándolo de toda clase de lindezas. Como era de esperarse, el edil tricolor no se quedó callado y respondió con la misma sutileza que su adversario. Así se trenzaron en un toma y daca para beneplácito de quienes gustan de la lucha libre en donde se avientan hasta las sillas. Lo que se preguntan los navegantes del ciberespacio es ¿en qué contribuye el sesudo “debatuit” a mejorar las condiciones de vida de los torreonenses, quienes llevan años pidiendo seriedad y responsabilidad a sus autoridades? Lo peor del caso es que, con todo y el cobre enseñado, nuestros honorables regidores seguirán percibiendo sus nada despreciables sueldos hasta el último día de administración y hasta es probable que el año que entra veamos a los dos tirándose hasta por debajo de la lengua, pero ahora en el ring del Congreso del Estado. En fin, cosas de nuestra “política”.
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Dicen nuestros subagentes disfrazados de empleados de limpieza, que un fuerte problema económico trae la Procuraduría General de Justicia del Estado de Coahuila con el pago de habitaciones en donde arraigan a presuntos delincuentes por ordenamientos judiciales, mientras se inician los procesos legales. Las autoridades aseguran que el hotel oficial de las medidas precautorias, ubicado por el rumbo de Águila Nacional y Abastos, está saturado por tanto detenido, pero los maledicentes opinan que más bien el hotel ya no recibe arraigados a la Procuraduría por “exceso” de pago. Así las cosas, las autoridades ministeriales han tenido que hacer entregas de personas en otros establecimientos, algunos muy céntricos, precisamente porque había el riesgo de que los jueces levantaran el arraigo por no encontrarles hospedaje a los presuntos delincuentes, sin importarles las investigaciones. Por lo visto, los problemas económicos de la entidad alcanzan a todas las áreas de la administración, incluyendo el tema tan sensible de la seguridad. Y si de por sí ya es complicado para los hoteles ser alojamiento oficial de personas sujetas a investigación, lo es más cuando los encargados de pagar la estancia muestran los bolsillos del pantalón vacíos.
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Y ya en los pasillos de la Procuraduría, el departamento de Homicidios de la delegación Laguna I, que es el único que medio funciona, fue desmantelado por “intereses” de los jefazos de Saltillo y reconstruido con elementos de quienes se dice, no tienen la experiencia para ocupar sus puestos. Los subagentes vestidos de arcaicas impresoras de puntos, comentan que la coordinadora, María del Carmen García, quien llevaba más de cuatro años en el departamento, será enviada a la coordinación de Ministerios Públicos en Matamoros, donde no puede decirse que abunde el trabajo. En su lugar, quedará Alberto del Río, quien era coordinador de Detenidos en el Tribunal de Justicia Municipal y quien no tiene experiencia en Homicidios. Fernando Vela, quien ha hecho su carrera como agente del Ministerio Público de Homicidios, será enviado al departamento de Robos. En su lugar quedará un agente con experiencia de un año, Germán García. Herman Mier, quien también ha pertenecido al área de Homicidios por casi siete años, será enviado a Coyote y en su lugar quedará Leonor López que estaba en aquel poblado y en los diez meses que van del año tan sólo ha consignado una averiguación, según se dice. Por último, Carlos Barbosa, también agente de Homicidios, será enviado a la fría Mesa Receptora de Denuncias, pero aún no se ha dicho quién lo sustituirá. Llama la atención estos cambios dictados desde la Urbe de Adobe, sobre todo porque se desconoce cuáles son los afanes de quienes los ordenan.
