Las pugnas por el poder en la primera estructura del gobierno de Coahuila están a todo lo que da y la tregua no llega ni por la cercanía del segundo informe de actividades del mandamás coahuilense, Rubén Moreira. Dicen los que saben que uno de los funcionarios más inquietos es el secretario de Desarrollo Rural, Noé Garza Flores. Don Noé suspira profundamente por la titularidad de la Secretaría de Gobierno una vez que en febrero deje el cargo Armando Luna Canales, quien soltaría las riendas de la política interna del estado para convertirse en candidato a diputado local con la intención de asumir el liderazgo en el Congreso y así salvaguardar los intereses de su jefazo en el Poder Legislativo.Las principales cartas de presentación de don Noé son su amistad con el gobernador y el conocimiento territorial de los 38 municipios. Pero la aspiración no para ahí.
Nuestros subagentes disfrazados de mezquites aseguran que, utilizando grupos de campesinos, el secretario ha orquestado manifestaciones de protesta en varios municipios, en las que después interviene para “solucionarlas” y así presumir a su patrón sus supuestas dotes de negociación y control político y, de pasadita, darle un “llegue” a don Armando. El caso es que mientras la concentración de los funcionarios estatales debería estar en el informe que el gober presentará el sábado, por debajo de la mesa los pisotones y puntapiés están a la orden del día.
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Lo que originalmente se planeó como el último informe de gobierno del alcalde de Torreón, Eduardo Olmos, terminó convertido en un homenaje al mejor jugador de la selección mexicana, el delantero santista Oribe Peralta. Y es que al alcalde se le ocurrió invitar al futbolista a su acto político y cuando lo saludó en su mensaje de bienvenida, el oriundo de La Partida recibió más vítores y aplausos que don Lalo, el gober Rubén Moreira y cualquier otro funcionario mencionado. Y mientras el alcalde se esforzaba por convencer al auditorio de que su gestión no fue tan mala como dicen las lenguas venenosas que “solo hablan de lo negativo”, los asistentes, incluidos funcionarios, no dudaron en sacarse fotografías con el ídolo santista. Hubo quienes -entre ellos el alcalde electo de Madero, David Flores Lavenant- hasta presumieron sus imágenes en las redes sociales, donde, por cierto, Oribe tuvo más menciones que el propio Olmos durante su informe. Y la otra cara de la moneda fue el siempre polémico tesorero Pablo Chávez Rossique, quien al ingresar al teatro del Bosque Urbano, donde fue el informe, recibió la rechifla del respetable y todo tipo de reclamos por su “estilo” de jinetear -perdón manejar- las finanzas municipales. Es evidente que don Pablo es impopular hasta en las huestes más priistas.
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Quien ha de andar muy preocupado es el exdirector de Comunicación Social del ayuntamiento de Torreón, Luis Rayas, por la metidota de pata que provocó que el recinto donde dio su informe el alcalde Eduardo Olmos casi se vaciara cuando todavía faltaba el mensaje del gober Rubén Moreira. Nos informan nuestros subagentes disfrazados de camiones de acarreo que a don Luis, tal vez distraído en cómo acomodarse en la próxima administración, se le olvidó anunciar oportunamente la intervención del mandamás coahuilense, luego de que Olmos bajó del estrado. Ya en la parte final, con eso de los aplausos, las vivas, los agradecimientos y demás, muchos de los invitados pensaron que ya el acto se había terminado y empezaron a salir, raudos y veloces pues el frío les calaba. Para cuando don Luis se acordó que tenía que anunciar al gober, muchos ya no regresaron y otros siguieron saliendo del lugar mientras hablaba don Rubén, quien no pudo ocultar su disgusto.
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Y en más sobre el informe, tremendo autogol se aventaron los encargados de armar el catálogo de las principales acciones de la administración de Eduardo Olmos. Parece que en el apartado de deportes se quedaron sin fotografías para ilustrar los supuestos avances que se tuvieron en este rubro, ya que dos de las fotografías muestran a un joven practicando defensa personal con una playera amarilla que tiene el lema “Torreón vive el cambio” de la administración panista de Guillermo Anaya. Sin duda que para el equipo editorial de don Lalo debió ser una labor titánica armar el “álbum fotográfico” por la dificultad para conseguir material del departamento del Deporte, cuya directora, Silvia Garza, se la pasó más en la grilla partidista y cuidando a la “fuerza aérea” de su dependencia que planeando programas de impacto para la comunidad.
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Todo indica que al PAN de Coahuila llegó por adelantado el espíritu Navidad y ya decidieron perdonar, aunque sea momentáneamente, a los militantes que hicieron campaña a favor del no-candidato Jorge Zermeño cuando Chuy de León contendía por la alcaldía de Torreón contra Miguel Riquelme. Cuentan los subagentes disfrazados de expedientes traspapelados que el presidente de la Comisión de Orden del PAN en Coahuila, el senador Luis Fernando Salazar, prefiere no asumir el desgaste político que significaría la expulsión de estos militantes, por lo que mejor dejará la chamba a los próximos integrantes de la comisión que serán elegidos por el nuevo consejo estatal el próximo mes de diciembre. Así que, por lo pronto, todavía no rodarán cabezas en el PAN y los zermeñistas podrán pasar tranquilos Nochebuena, Navidad y Año Nuevo. Habrá que ver hasta cuándo se extiende el perdón.
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Los que nomás se la pasan tirándose la pelota son el gobierno de Durango y el ayuntamiento de Gómez Palacio en el tema del nuevo Hospital General para este municipio. Y es que aunque fue una promesa de campaña en 2010, el gober Jorge Herrera Caldera todavía no ha podido cumplir con ella. Pero en vez de sentarse a resolver los puntos en los que está atorado el proyecto, las autoridades estatales y municipales se contradicen entre sí y dan informes falsos. Primero la Secretaría de Obras Públicas del Estado aseguró que ya estaba todo listo para arrancar la obra. Luego la Secretaría de Salud dijo que aún faltaba el terreno, que debe ser donado por el Ayuntamiento. El Ayuntamiento, por su parte, no quiere mover un dedo hasta tener luz verde del gober, quien sobre este tema, como en tantos otros, ha optado por hacer mutis. Según se dijo allá por 2010 que la construcción del hospital se llevaría tres años, es decir, los mismos que han transcurrido desde el anuncio y los mismos que le quedan al actual gobierno estatal. Mientras se deciden las autoridades, los pacientes allá que le hagan como puedan, sin espacios, sin camas, sin camillas y sin suficientes médicos.
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Cuentan nuestros subagentes de verde olivo que se avecinan cambios en la XI Región Militar con sede en Torreón. Todo parece indicar que el general Moisés García Ochoa será removido de su cargo para enviarlo a otros rincones de la República. Cabe recordar que fue en enero de este año cuando el general llegó a Torreón para relevar al general Roberto de la Vega y hacerse cargo del operativo Laguna Segura, al cual se le rebautizó como Operación Laguna. El posible cambio llama la atención porque ha sido hasta este año que se ha logrado frenar la espiral ascendente de violencia en la que se encontraba la región desde 2007. Y tanto el gober Rubén Moreira como el alcalde Eduardo Olmos han destacado, cada vez que han podido, la labor que ha desempeñado don Moisés al frente de la comandancia de la XI Región Militar. Hasta ahora se ignoran las causas de este posible cambio y quién vendría a suceder al general García Ochoa.