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Verdades y Rumores

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EL AGENTE 007

Luego de salir de su breve periodo de hibernación y tras recuperarse del estado de pasmo causado por los malabares y artificios vistos en los fundos moreiristas, la supercomputadora Pony se dispone a sacudirse el frío intentando procesar el desempeño de quienes viven de la sagrada nómina en las tierras del alacrán y el Pasito Duranguense, ese exquisito producto cultural de exportación. Afilados sus transistores, se declara lista para arrojar sus juicios y calificaciones como punzantes dardos cargados de ponzoña. El primer cortocircuito de la Pony en el Palacio de Zambrano es provocado por un hecho asombroso: el gobernador Jorge Herrera Caldera ha llegado a la mitad de su sexenio. Pero no sólo eso.

El gober mantiene la sonrisa característica que dibuja en su rostro cada vez que responde a algún cuestionamiento, por más grave que sea la pregunta.

El segundo cortocircuito viene a cuenta de registrar que en este 2013 don Jorge se ha esforzado sobremanera por tratar de congraciarse con el "preciso", Enrique Peña Nieto. Y es que el mandatario estatal parece publirrelacionista del patrón de Los Pinos, ya que un día sí y otro también se la pasa mandándole aromáticas flores verbales. Esta "estrategia" le ha ayudado en parte a mantener una buena relación con don Enrique y le ha valido para ser considerado en asuntos de la agenda nacional y colgarse de obras federales (como la autopista Durango-Mazatlán), cosa muy distinta a la que ocurría con el anterior preciso, Felipe Calderón, a quien criticaba un día sí -cuando no estaba frente a él- y otro no -cuando lo tenía cara a cara, claro está.

En el asunto de la sequía parece haber sorteado el desafío, aunque aún no puede cantar victoria, y además cumplió aceptablemente la encomienda de celebrar a lo grande los 450 años de Durango capital, ciudad para la cual ha sido como un alcalde más que un gobernador del estado. Y es que parece que ninguno de sus asesores le ha informado que la entidad tiene 123,317 kilómetros cuadrados y que también abarca una región que se conoce como La Laguna que, aunque ya esté seca, cobija a medio millón de duranguenses.

Don Jorge ha intentado recientemente acercarse a la Comarca, realizando más visitas, sin embargo, lo que sus asesores tampoco le han dicho es que la visita por la visita misma poco aporta, y que cada vez que venga debe traer algún proyectito bajo el brazo, más allá de las promesas que luego tardan en concretarse o de plano nunca se cumplen. Ahí está el anuncio, con matraca y corneta, de la sucursal de los Estudios Churubusco. O el ya célebre "hospital fantasma", que nomás existe en la mente del gobernador y uno que otro funcionario. O el tan llevado y traído nuevo sistema de justicia penal, que nomás no arranca en La Laguna. O el proyecto de transporte metropolitano. Y así.

A lo anterior hay que sumar la escasa inversión y el tema de la seguridad que, aunque ya no quieran hablar de ello, sigue siendo un dolor de cabeza en la región. Por lo anterior, la Pony, partida por los recuerdos de la bonita fiesta de Durango capital y lo maltrecho de la región le propina a don Jorge un soso SIETE, con la grave advertencia de que si Gómez Palacio y Lerdo no mejoran, ahora que ya no están los alcaldes que no quería, podría convertirse en seis en 2014 y hasta en cinco si, a pesar de todo, sigue sonriendo muy quitado de la pena.

Al dicharachero Jaime Fernández Saracho, secretario de Gobierno, la Pony le reconoce, además de su buen humor (parece que en Durango esto es epidemia) su excelente operación política… pero sólo cuando hay elecciones. Porque en otros asuntos, como en el de la seguridad y la relación con los municipios, su operación es lo más parecido a la nada de Sartre. Incluso fue relegado para hablar del espinoso tema de la violencia por varios tropiezos que tuvo a la hora de contestar cuestionamientos de la prensa. Por lo tanto, la Pony no duda en darle un feo CINCO.

Y ya en los terrenos de la seguridad, al secretario del área, Roberto Flores Mier, no le ha ido nada bien con su cacaraqueada Policía Estatal, la cual, según sus sueños, iba a ser una corporación de élite, lo cual está muy lejos de ser real. Hay quienes creen que los agentes investigadores de la oscura, o algunos municipales de la capital (porque en La Laguna no hay) son menos peores que los muchachos de don Roberto, lo cual ya es mucho decir. Además, el robo de autos ha ido en aumento. En resumen, el secretario Flores se ha colgado de ciertos golpes dados por el Gobierno federal, por lo que no ha logrado brillar con luz propia. No obstante, sigue siendo gente de toda la confianza del gobernador (¿por qué será?). Así que, la Pony, resentida aún por el robo de su mouse sufrido en su recorrido por el estado, le arroja un triste CINCO.

Más entrona se ha visto la fiscal general de Justicia, Sonia Yadira de la Garza, quien ha logrado -y presumido hasta el cansancio- la captura de varias bandillas de malandrines y traviesos que operaban en las sacrosantas tierras de este estado. Además, no le saca a los temas complicados y siempre ofrece respuestas, aunque muchas de ellas sean como sofismas. Sin embargo, la investigación (¡ja… cof, cof!) se ha estancado, sobre todo en lo que concierne a los delitos del fuero común. También tiene en su haber el enorme pendiente de aplicar las sanciones correspondientes a los agentes de la Fiscalía que han sido sorprendidos haciendo travesuras. La Pony, arrancando clemencia de su solidaridad de género, le otorga un casi decente SIETE.

Otra mujer en la corte del virrey Herrera Caldera es María Cristina Díaz Herrera, secretaria de Finanzas, quien se ha vuelto una celosa guardiana del tesoro de todos los duranguenses (está bien, ríase, pero no tanto). Y es que, dicen, a pesar de que Durango no recibe recursos federales en abundancia, comparados con los de otros estados, doña María ha sabido administrarlos y evitar seguir los malos pasos de su vecino Coahuila en el camino de las deudas. La Pony, benevolente, le concede un nada despreciable OCHO.

Sobre el responsable de construir el legado físico del sexenio herrerista, César Guillermo Rodríguez, se puede decir que hace varias obras en la capital y algunas cuantas en La Laguna, pero la mayoría de ellas planeadas desde hace años, por lo que mucha inventiva no se le nota. El secretario de Obras Públicas gusta de ese fino arte de saludar con sombrero ajeno, ya que casi todos los recursos con que se desarrollan los proyectos en Durango son federales. En su descargo, don César es muy cuate de los empresarios constructores de la entidad. Así que, ni fu ni fa, la Pony le cuelga un engañoso SEIS Y MEDIO.

Uno de los más activos de la corte es Arturo Yáñez Cuéllar, secretario de redes clientelares o, como ellos le llaman, Desarrollo Social. Ha sido un operador eficiente y ha sabido mantener los programas vigentes y, por ende, a las bases priistas contentas. Como no es del grupo cercano del gober, hace méritos apareciendo lo más que puede en escena, ya que sus sueños y suspiros son grandes. No obstante, le ha faltado colmillo y un mejor contacto con la prensa, así que la Pony le asigna un afilado SIETE.

Para cerrar el gabinete, Ricardo Navarrete Gómez, secretario de Fomento Económico, ha sido en 2013 el gran compañero de viaje de su patrón en las giras para atraer inversiones a las olvidadas tierras duranguenses. Seguro se la han pasado bien, pero, lamentablemente, de todo lo anunciado como resultado de los viajes hasta ahora sólo hay espejismos. La Pony registra en su disco duro que don Ricardo no tiene mucho en el cargo, así que con beneficio de la duda incluido, le otorga un SEIS que puede mejorar si empiezan a llegar las inversiones en 2014.

***

Así es como la Pony concluye su repasadita a los moradores del Palacio de Zambrano, para enfilarse ahora a revisar con su cinescopio lo que pasa con quienes gozaron durante la mayor parte del año de las mieles de estar cerquita del erario en Gómez Palacio y Lerdo.

La exalcaldesa Rocío Rebollo tuvo un año bastante movido en materia de seguridad. La policía municipal fue desaparecida porque casi todos sus integrantes andaban bailando con el Diablo bajo la luz de la luna. La fachada de la presidencia municipal recibió advertencias en forma de plomo al igual que la casa de la presidenta. Al final, el Ejército tuvo que entrar al quite y hacerse cargo de la seguridad en el municipio. A pesar de tanto susto, doña Rocío se fajó las faldas y no renunció al cargo, aunque ciertamente bajó mucho su perfil y el "año de Hidalgo", ése que se pasa como si nada, se convirtió de hidalguísimo.

Como pudo, haciendo malabares y suertes arriesgadas, Rebollo entregó el municipio en septiembre no sin problemas en servicios e imagen de la ciudad, no sólo por la falta de policías, sino también por el severo problema de grafiti que "embellece" las calles. La crisis de seguridad y la difícil relación con el gober Jorge Herrera, impidió a doña Rocío cerrar su administración decorosamente, por lo que la Pony, con todo el dolor de su CPU, le concedió un incómodo SIETE Y MEDIO, que sirve como advertencia para José Miguel Campillo, quien apenas arranca su administración con el poderoso beneficio de la duda… que no le durará mucho. Porque en Gómez, hay que decirlo, el horno no está para bollos.

Después de la alcaldesa, el funcionario que más ruido hizo en toda la administración fue el tesorero Miguel Chibli. Aunque mantuvo sus roces con integrantes del Cabildo gomezpalatino durante 2013, se notó que quería irse en paz porque le bajó mucho al tono del reclamo y encanijamiento. No obstante que las finanzas de la ciudad se mantuvieron alejadas de los señalamientos escandalosos, los ediles de oposición nunca quitaron el dedo del reglón respecto al manejo opaco de los dineros públicos. Lo cierto es que salvó la chamba con cierta decencia y logró entregar una deuda menor a la recibida. Así que para don Miguel la Pony le tenía preparado un nada despreciable siete y medio, hasta que se entera que el nuevo guardián de las arcas, Jesús Loza Flores, ya solicitó que se adelanten participaciones federales a manera de préstamo para hacer frente a algunos compromisos. Por lo que, con gráfica de tendencia incluida, la calificación se resbala hasta el SEIS.

Sobre la Secretaría del Ayuntamiento, nuestra esforzada supercomputadora se sigue cuestionando si alguna vez fue ocupada por alguien. Luego de varios sobrecalentamientos, la Pony encuentra en sus archivos el nombre de Ignacio Aguado Esquivel, quien, ante la posición predominante de mando ejercido por la alcaldesa, pasó a ser como una especie de "funcionario florero", es decir, nomás de adorno. Así pues, no hay posibilidad de que se emita calificación alguna de un trabajo que se ignora, lo cual es lo más cercano a un redondo CERO. A ver si Régulo Gámez Dávila, secretario de don Pepe Campillo, toma nota de esto y marca la diferencia con su antecesor.

De la Secretaría de Protección y Vialidad basta decir que tuvo que ser desaparecida porque estaba llena de pingos. Como las funciones de seguridad las asumió una corporación sui géneris conocida como Policía Militarizada -que no es ni militar ni es policía, sino todo lo contrario-, pues entonces Protección y Vialidad se queda con un CERO regordete.

Con más aspavientos que resultados, el tándem de directores de Obras Públicas y Servicios Públicos, José Betancourt y Miguel Pérez, terminaron la administración sin mucha pena ni gloria, con un trabajo que más bien fue gris. Pero en el primer caso, cabe mencionar que a don Pepe le falló la coordinación con el gobierno estatal para el tiempo y la forma del cierre del paso a desnivel del 11-40, que durante semanas fue un infierno para los conductores. Sólo por este hecho, la Pony le asesta un CINCO.

En cuanto a los servicios, limpieza y alumbrado, principalmente, se mantuvieron en el rango del más o menos con el comentario de que, luego del conflicto con Proterra, el ayuntamiento se hizo cargo de la recolección de basura y, aunque usted no lo crea, no generó quejas endemoniadas. Con lo anterior, la Pony le da a don Miguel un SEIS Y MEDIO, que le vale para repetir en la actual administración, pero ahora en un cargo menor. Esperemos que los nuevos jefazos de ambas dependencias, Antonio Chincoya, de Servicios, y Fernando Uribe, de Obras, se pongan las pilas para superar la insana medianía que tiende a confundirse con la mediocridad.

Otros dos sobrevivientes de la sagrada nómina son Guillermo Morales, al frente del Sideapa, y Alonso Gómez Vizcarra, a quien ya le apodan el "Fidel Velázquez" de la Protección Civil, porque nadie lo mueve de ahí. En el primer caso, la Pony considera que si bien don Memo sacó el trabajo sin mucho sobresalto, le pesa aún la falta de firmeza frente al capricho, perdón, decisión del gober Herrera para evitar la aplicación de un método ineficiente, el intradomiciliario, de filtración de arsénico. La cuestión es que hasta este año parecen haberse dado cuenta del error y ahora ya se van a licitar filtros a pie de noria, como lo sugerían los expertos. Por este detalle, Morales se queda con un forzado SEIS Y MEDIO.

De Gómez Vizcarra sólo queda decir que algo ven en él todos los alcaldes desde los tiempos de Carlos Herrera, que su nombre se ha convertido ya en sinónimo de la dependencia por todos los años que lleva ahí. Debido al callo que ya tiene en los menesteres de la Protección Civil, la Pony le concede un OCHO Y MEDIO, esperando que no se la vaya a creer mucho y luego empiece a flojear como suele ocurrir.

***

Ahora la Pony toma el parchado bulevar Miguel Alemán para entrar al otrora apacible pueblo de Lerdo en donde Roberto Carmona Jáuregui -dicen- gobernó hasta el primero de septiembre de 2013 y ahora gobierna -también dicen- Luis de Villa.

La administración del primero se caracterizó por un bajo perfil, bajo casi a ras de suelo, con escasa obra pública, de la cual sólo resulta rescatable el Museo Francisco Sarabia, y con serios problemas de seguridad. Respecto a esto último, le pasó lo mismo que a su colega de Gómez Palacio, que la Policía Municipal fue tragada por el agujero negro y desapareció. No obstante, don Roberto logró sacar -más a fuerza que de ganas- al municipio de los compromisos que tenía con varias dependencias federales, los cuales se generaron en la administración de su "entrañable" amiga panista Rosario Castro. Con ello se pudo lograr la construcción del Teatro Centauro y liquidar el adeudo del Mercado Donato Guerra, el cual por cierto está olvidado. Ya de suyo considerada, la Pony le marca un pavoroso SEIS.

El secretario del Ayuntamiento, Ángel Francisco Rey Guevara, se lleva un SEIS, igualito que el de su patrón, porque durante su gestión se mantuvo en la gama de los tonos grisáceos, sobresaliendo sólo cuando hacía gala de sus dotes retóricas en las sesiones de Cabildo.

Arnulfo Urbina Sustaita, director de Obras Públicas, se va con un feo CUATRO por su constante falta de información sobre las obras, permisos y licitaciones de las diferentes obras que se realizaron en el municipio. Parecía ser un frecuente visitante de la luna. Pero su proyecto de realizar un par vial Chihuahua - Galeana con la finalidad de ofrecer una vía rápida de acceso y salida de Lerdo parecía bueno, hasta que fue rechazado por los vecinos de la segunda calle argumentando que la vía se volvería peligrosa.

A quien no le cuadraban las cuentas ni en lo oscurito, de donde casi nunca salió, fue al extesorero Juan Francisco Morales Luna. La Pony no duda en colgarle un CINCOTE por su falta de transparencia en la rendición de cuentas, concepto que parece haber descubierto hasta después de abandonar su cargo.

Por último, Gerardo de la Torre Monárrez, al frente del SAPAL, logra de la ya cansada y humeante Pony un SIETE, porque aunque no pudo reducir la cartera vencida ni aumentar el número de usuarios cumplidos, sí logró sacar adelante el proyecto de la línea de conducción de la CFE, pese a las trabas que puso el ayuntamiento de Gómez Palacio.

Con esto la Pony se despide de su ardua y noble labor de ponerle números al desempeño de quienes han tomado la decisión inteligente de no vivir en el error, es decir, fuera de la nómina. Pero antes de volver al entumecimiento invernal, la supercomputadora, a la que no asustan los más modernos y bondianos gadgets, envía con sus cables un cálido abrazo a los lectores, deseándoles un feliz y próspero 2014.

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