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Verdades y Rumores

EL AGENTE 007

El cierre de calles en colonias residenciales ha dejado en evidencia la incapacidad de las autoridades municipales no sólo para dar seguridad sino también para tomar en serio la planeación urbana. Desde la dirección de Urbanismo, que según esto dirige Arturo Lozano, hasta el alcalde Eduardo Olmos, pasando por el Cabildo, quedó claro que a nadie le interesa poner orden en las peticiones de colonias para cerrar accesos o vialidades. Hasta ahora, el Municipio ha preferido hacer las cosas al aventón, sin formalizar ninguna de las siete peticiones que se han hecho hasta ahora. Con los trámites incompletos, las negociaciones con los colonos se hacen sobre acuerdos informales para que arranquen las obras siempre y cuando no se genere mucho ruido.

Los cierres simultáneos en Torreón Jardín y Los Ángeles en los últimos días, un mes después de que colonos del Campestre La Rosita hicieron lo propio, dejaron ver que el Cabildo no ha autorizado una sola de las siete peticiones de cierre de calles. Para que luego el regidor José Ganem declare que “ciertamente” ninguna colonia tiene permiso, de lo más quitado de la pena como si él no fuera miembro del Cabildo, con lo que revela la apatía, incompetencia e irrelevancia de este cuerpo que es el único facultado para dar tales autorizaciones, según los reglamentos municipales. Para no entrar en broncas, el Municipio da preferencia a colonias con la capacidad económica y las “palancas” para hacer las obras mientras otras deben someterse a la burocracia. Pero como ahora a los de Urbanismo se les hizo bolas el engrudo, los cierres fueron suspendidos echando para atrás los acuerdos que había dejado don Lalo antes de irse de viaje a Asia (¿a traer alguna inversión?). Lo curioso del asunto es que al menos las asociaciones de colonos en estos casos han intentado hacer las cosas en orden, con estudios y trámites formales para solucionar sus problemas viales y de seguridad. Pero cuando éstos llegan al Municipio se descomponen por el afán de hacer las cosas por debajo del agua para que las autoridades municipales no queden exhibidas, porque desarrollar políticas de planeación urbana y protección significa mucho trabajo.

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Nuestros subagentes infiltrados en la Policía Federal comentan que el recién nombrado comisionado, Enrique Galindo, tiene a la Comarca Lagunera como uno de los principales focos rojos de seguridad en el país. Como La Laguna se mantiene como la zona más violenta del país esto no sería tan significativo si no fuera porque los antecesores de don Enrique sistemáticamente ignoraron la región mientras ésta se incendiaba. Se dice que, desde antes de que formalizaran su nombramiento, el nuevo jefazo policiaco fue uno de los arquitectos de la intervención federal en el Cereso de Gómez Palacio para desalojarlo, medida que le dio un vistazo a la podredumbre criminal en la región. Después, uno de los primeros gobernadores en apersonarse en su oficina fue el de Coahuila, Rubén Moreira, aunque llama la atención que hasta ahora el gober de Durango, Jorge Herrera Caldera, no haya levantado el teléfono para buscarlo. Sin embargo, los subagentes advierten cautela ante el interés que don Enrique puede tener en la región pues por experiencia saben que en cuando explota otra región las miradas se desvían. Así sucedió en los últimos días de diciembre. Luego de que la zona conurbada de La Laguna registró la mayor racha de homicidios en el país al cierre del año y el Gobierno Federal desmanteló el Cereso de Gómez, las miradas voltearon hacia Guerrero, donde la violencia amenazaba con desbordarse en Acapulco en plena temporada vacacional, y luego la atención se trasladó a los límites de Jalisco y Michoacán, donde se desataron los homicidios y ataques de grupos armados. Así las cosas, con las fuerzas federales de seguridad apagando incendios en varios lados, fue fácil que a los jefazos en la Ciudad de México les pasara de noche la intensa balacera que se registró el fin de semana pasado en una decena de colonias residenciales de Torreón, derivada de una persecución en la que, por cierto, no participó ningún policía federal o elemento del Ejército. De modo que si La Laguna se mantiene alta en las prioridades de los nuevos jefes de la Federal es algo que todavía está por verse.

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Algunos grillos tricolores en Torreón todavía se preguntan si ya le avisaron al dirigente municipal del PRI, Francisco Dávila, que no va a ser candidato a la alcaldía. Y es que nuestros subagentes reportan que don Paco trae una intensa grilla con todas las marcas de un “pre-destape”. Sin embargo, otros subagentes no creen que el “Lázaro” del priismo local sea tan ingenuo como para ignorar todas las señales que apuntan a la candidatura del secretario de Desarrollo Social, Miguel Ángel Riquelme. Por lo mismo hay división de opiniones sobre las intenciones del jefazo tricolor. Por un lado se enfilaría a un suicidio político si se mantiene en su intención de pelear la candidatura, sabiendo que no la va a lograr. Como hace una década don Paco sacrificó su carrera tricolor por irse al PRD y ahora eso le fue perdonado, lo más probable es que un segundo acto de rebeldía sea severamente castigado. Sin embargo, en la versión contraria los subagentes ofrecen una teoría interesante según la cual don Paco estaría sirviendo para tapar al tapado. Con el PRI a punto de lanzar la convocatoria para elegir candidatos mediante el método de convención de delegados, el partido necesita al menos aparentar algo de competencia interna. En esta lógica, algunos especulan si el jefazo estatal del PRI, David Aguillón, no estará tramando contiendas ficticias antes de lograr el milagro de las candidaturas “de unidad”. Y si don Paco es materia dispuesta, el partido se lo puede agradecer con creces.

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El próximo año podría traer algunas grillas interesantes en los proyectos de infraestructura hidráulica para la Comarca Lagunera, con la entrada de un nuevo equipo en la Comisión Nacional del Agua. En Durango, el extitular de la Comisión de Aguas del Estado, Miguel Calderón, ya agarró hueso en la delegación de la dependencia federal, donde podría seguir impulsando proyectos que hasta ahora no cuentan con ningún tipo de consenso, como la instalación de filtros domiciliarios contra arsénico en La Laguna y el plan para construir una planta potabilizadora de agua de las presas para surtir la zona conurbada. Nuestros subagentes anticipan que don Miguel usaría su nueva plataforma para cabildear estas medidas, pero resulta que uno de sus jefes en la Ciudad de México será el exsecretario de Gestión Urbana de Coahuila, Óscar Pimentel, que ya se estrenó como coordinador de los Consejos de Cuenca, donde tendrá influencia sobre los proyectos de Conagua a nivel local, particularmente los que se refieren a las presas. La grilla que se anticipa es que don Óscar tiene una visión distinta a la de su colega de Durango sobre las soluciones al problema del agua en La Laguna. Por un lado, fue uno de los impulsores de la instalación de filtros contra arsénico, pero en norias, como ocurrió en Torreón donde ya se observan los primeros resultados. Y además, en La Laguna de Coahuila don Óscar trabajó cerca de grupos ciudadanos opuestos al proyecto de la potabilizadora e inclinados a buscar alternativas para la recarga del acuífero, algo que simplemente no está en el radar de los duranguenses. Así que en los próximos meses veremos un debate interesante y también se sabrá de cuál cuero salen más correas.

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