Devoción. Desde los 9 años de edad, Rosy y su esposo han participado en el Vía Crucis y ahora su hijo también lo hace.
Rosa y su esposo han participado en el Vía Crucis de la colonia Santa Rosa de Gómez desde hace 12 años y ahora preparan a su hijo de un año y medio para que siga con la tradición de la familia y algún día llegue a escenificar a Jesús.
A los 9 años Rosa Isela Hernández comenzó a integrarse en las actividades de la Iglesia católica de Santa Rosa de Lima, hasta que la invitaron a participar en el Vía Crucis infantil.
"Yo asistía al catecismo y me gustaba mucho ir a la iglesia y participar en las actividades, y cuando me invitaron a formar parte del Vía Crucis infantil para mi fue lo mejor, por que ya tenía tiempo queriendo participar", comentó Rosa.
DEDICACIÓN
La participación de Rosa comenzó con la escenificación de mujer de Jerusalén. Luego de su constancia y participación en las actividades de la iglesia, a los 15 años le dieron el papel de María en el Vía Crucis de los adultos, en el que luego de participar logró convertirse en la actual coordinadora del Vía Crucis infantil.
El esposo de Rosa, Jonathan Omar Córdoba, también asistía al catecismo y a la par de ella, participaba en el Vía Crucis infantil hasta que obtuvo un papel en la representación de los adultos.
Jonathan ha participado con la escenificación de ladrón y soldado fariseo, y para este año participará como el personaje de Caifás en la representación que se celebra hoy.
Rosa y Jonathan se conocieron en el catecismo, luego de la convivencia en los eventos de la iglesia, comenzó un noviazgo y posteriormente tomaron la decisión de unir sus vidas y formar una familia.
Su hijo, Hian Tadeo Córdoba, a su corta edad, de un año y cuatro meses ya participa en el Vía Crucis con el papel de soldado fariseo.
"Desde pequeño le estamos inculcando a nuestro hijo las cosas de la iglesia para que cuando crezca no se aparte y siga fiel a Dios por el buen camino. Ojalá que un día llegue a representar a Jesús en el Vía Crucis, yo creo que sería una de las mejores alegrías que me puede dar mi hijo" comentó Rosa.
Para Rosa, participar en el Vía Crucis es una forma de agradecerle a Dios por las bendiciones que le da a ella y su familia, y le pide a Dios para que su hijo y su familia estén bien.
Su labor como organizadora comienza desde septiembre, con la elección de los pequeños que harán la representación del Vía Crucis y posteriormente los ensayos que no terminan hasta unos días antes de la escenificación de la Pasión de Cristo.
SE PREPARAN
"La preparación espiritual para el Vía Crucis la comenzamos desde el mes de agosto, ya que no sólo es llegar y montar una obra, sino que también implica involucrarse con el momento de la crucifixión y el amor que Dios nos tiene" dijo Rosa.
A pesar de que el trabajo de preparación es mucho, a Rosa no le representa una carga más, sino una forma de vivir la Semana Santa sirviendo a Dios.
"Si quieren participar en el Vía Crucis háganlo con una devoción de todo corazón, vivan cada Semana Santa con gran amor hacia Dios y ofrézcansela a Él con todo su ser" finalizó Rosa.
