Inundadas. Viviendas rodeadas de agua mientras la gente estaba esperando ayuda para sacar sus cosas.
Habitantes de El Ancón y Graseros, en el municipio de Vicente Guerrero, sólo ven con impotencia cómo sus tierras y sus casas empiezan a inundarse; amas de casa están enojadas porque las autoridades ayudan cuando quieren el voto; productores de frijol se molestan con las autoridades municipales porque están echando el agua a las parcelas; el alcalde asegura que primero se ve por la población y luego por los cultivos.
Desde la mañana del martes, los habitantes de las dos comunidades ya mencionadas sólo veían cómo el agua se desbordaba del río Súchil e inundaba las parcelas de maíz y frijol.
La vivienda de Natividad Casas Gómez, en el poblado El Ancón, fue la primera en recibir agua, por lo que los vecinos le ayudaron a sacar sus pertenencias, pues su casa es la que se encuentra más cerca del cauce del río.
Sin embargo, la mayor parte del agua estaba del otro lado de la carretera, por lo que a los miles y miles de metros cúbicos de agua sólo les faltaba brincar la carpeta asfáltica para meterse al poblado.
En la comunidad de Graseros, el agua llegó y en cuestión de minutos empezó a inundar viviendas, las primeras de la comunidad, que es de poco menos de tres mil habitantes.
El agua fue subiendo poco a poco de nivel por lo que algunos querían partir la carpeta asfáltica que ingresa al pueblo para darle mayor cauce al agua, pero no lo hicieron porque otro grupo lo prohibió.
Mientras tanto, la gente de Graseros estaba molesta porque hasta las 13:00 horas no había llegado ninguna autoridad para brindar ayuda.
Al poblado llegaron camionetas del Ejército Mexicano para coordinar los trabajos para abrir un mayor cauce al agua y sacarla del poblado, situación que se logró a las 15:00 horas; sin embargo, seguía llegando cada vez más agua por lo que volvió a ser insuficiente, pero los militares se quedaron monitoreando el lugar para una posible evacuación.