Los únicos presidentes de Estados Unidos de América que han sido asesinados lo fueron Abraham Lincoln y John F. Kennedy, ambos recibieron la bala de un arma de fuego un día similar, esto es un viernes. En efecto, Lincoln fue asesinado un viernes, lo mismo que Kennedy. Se dice que ambos compartieron destinos idénticos. Vidas llenas de similitudes con un destino común que dada su complejidad dejaron de ser simples casualidades. El secretario de Lincoln se apellidaba Kennedy a su vez la asistente del presidente Kennedy llevaba el apellido Lincoln. Los dos secretarios pidieron a sus presidentes no asistieran al lugar donde serían inmolados.
A Lincoln le dispararon en el Teatro Ford y a Kennedy a bordo de una limosina, modelo Lincoln de la marca Ford. Estaban sentados, Lincoln en el palco número 7 y Kennedy en el vehículo séptimo de la caravana presidencial. Los dos fueron sucedidos por los vicepresidentes cuyo apellido paterno era el de Johnson, que eran senadores demócratas del Sur, nacidos en 1808 y 1908. Lincoln y Kennedy medían 1.83. Los apellidos contienen cada uno de ellos siete letras. Lincoln fue electo presidente en 1860, Kennedy lo fue en 1960. El asesino de Lincoln, John Elikes Booth nació en 1839, en tanto el de Kennedy, Lee Harvey Oswald en 1939. El primero disparó en un teatro y se refugió en un almacén y el segundo hizo fuego en un almacén y se refugió en un teatro.
Los dos magnicidas pagaron su osadía con su vida pues fueron asesinados antes de ser sujetos a juicio; esto dio pie de sospechas de un complot por parte de las altas esferas del poder. (En el caso de Colosio, aquí en México, el asesino dejó muchas dudas que parece ser común cuando participan capistotes de la vida pública, aunque debe decirse que el autor goza de cabal salud en el presidio). Cabe anotar que para el sepelio de Kennedy se utilizó la misma carroza fúnebre usada para transportar el cadáver de Abraham Lincoln, elegantes caballos jalando una cureña y y amarrado un caballo de la brida sujeto al carro mortuorio. En el funeral de Kennedy se vio a su viuda y sus dos hijos pequeños saludando a su padre y cuadrándose militarmente a su paso.
Los dos presidentes yacen sepultados, uno junto al otro, en el Cementerio Nacional de Arlington. Sus despojos mortales fueron conducidos en un féretro desde el sitio de velación hasta el punto final del entierro. Dicen que por las noches de luna llena se ven sus figuras caminando juntos por algún sendero. Al parecer traban tremendas charlas sobre la Proclamación de la emancipación de la esclavitud. De vez en cuando se les une Martin Luther King, entonces los tres se sientan tranquilamente a platicar de sus vidas pasadas, de los derechos civiles y del moreno que actualmente ocupa la sala oval de la Casa Blanca. Una de las almas con sombrero de copa dice con solemnidad mientras mece las barbas: "no los fijé, era cuestión de tiempo".