La vida de cada cual está llena de recuerdos; memoria que nos da la oportunidad de hacer recuentos de lo bueno y malo que como experiencias nos ha dejado la vida.
En lo personal, pasada la adolescencia, me quedan gratos recuerdos de Viesca, Coahuila, a donde fui a parar en mis años de primera juventud, como médico pasante del ISSSTE, lo que me ayudo a fraguar mucho del sentimiento de solidaridad y subsidiaridad que ahora pudiera tener.
Vienen a mi memoria momentos en que pude aquilatar el significado de la vida, al atender la salud de derechohabientes en situaciones precarias, quienes, a pesar de todo, enfrentaban su realidad con alegría.
Con ellos, aprendí el significado del "orgullo por su tierra", semidesierto salino que en sólo unas décadas atrás fuera un verdadero vergel, que llegará a ser nombrado por sus visitantes como "Acapulco Chiquito".
Si le parece exagerado el término, sólo le menciono que por los años cuarenta del siglo anterior, la flora y fauna eran vastas y la agricultura daba frutos suficientes para mantener a las personas y hacerlas felices en compañía de sus familiares.
El entonces pueblo, alimentado por manantiales, gozaba de agua en abundancia, que generaba huertos frutales que ahora nos son inimaginables.
Piense en situaciones extremas, donde el agua, en temporada de lluvias, llegaba a brotar del suelo; o bien poder perforar y a los sesenta centímetros encontrar agua potable.
Claro que en ese ambiente de abundante flora, la fauna estaba presente y muchas personas organizaban cacerías para alimento y por deporte; los venados cola blanca, jabalíes, conejos y otros animales de caza, se reproducían relativamente fácil. Además, coyotes y otros depredadores habitaban la zona de los alrededores de la Laguna de Viesca, que ofrecía alternativas de pesca y diversión en sus aguas.
Los caserones de altas y gruesas paredes de adobe, techadas con terraplén, creaban ambientes frescos en verano y calientes en invierno; casi todas, con huertos que incluían todo tipo de cítricos, manzanos, peras y chabacanos, sin faltar las higueras, que estaba acompañadas de enormes nogales que además de las nueces aportaban sombras majestuosas.
Y todo eso se acabó; algunos afirman que por movimientos telúricos que segaron los veneros de agua; otros, que se debió a la construcción de las presas que cortaron el flujo de agua a las regiones de lo que antes eran las Lagunas de Mayrán y Viesca.
Hoy es una de las zonas más pobres del Estado de Coahuila y de la Comarca Lagunera; inhóspita, árida y salina; con laguneros en estado de miseria, abandonados. Estamos en deuda con ellos, la naturaleza y particularmente con esa región y sus habitantes.
El "Diálogo" tiene que ver con un texto escrito por Salvador Hernández Vélez, originario de esa ciudad, que atinadamente tituló "Viesca, de Oasis a Páramo", donde describe situaciones y personajes que ya forman parte de la historia de La Laguna y que se presentará en la UAL, el viernes 26 de abril, a las siete de la tarde. Se que va a regalar libros entre los asistentes.
Del texto, les comparto una "Receta secreta para la felicidad", escrita por la Sra. Chayito Martínez Valdés, que Salvador rescató para nuestro disfrute; dice:
"Ingredientes.
2 kilogramos de recuerdos infantiles; 2 kilogramos de amor; 1 caja de esperanzas; 10 latas grandes de cariño; 4 tazas de sonrisas; 3 pizcas de locura; 300 gramos de ternura; 10 paquetes de alegría y 1 kilogramo de paciencia.
MODO DE PREPARAR
Limpia bien los recuerdos; quita los que se están echando a perder o que no sirvan; mézclalos con el amor y las esperanzas y revuélvelos muy bien. A lo anterior agrega poco a poco las diez latas de cariño hasta formar una pasta suave y dulce, y déjala reposar un poco.
Agrega una a una las sonrisas y las pizcas de locura, vuelve a amasar y acomoda la pasta en un molde untado en el fondo con 300 gramos de ternura. Enciende tu corazón y cuece a fuego moderado.
Mientras tanto, prepara un rico betún batiendo con fuerza la alegría y la paciencia; lo pintas de tu color preferido y lo decoras a tu gusto.
Rinde para la familia, los amigos y los vecinos… y puedes convidar a los que nunca prueban de esto".
Indudablemente es un buen texto, que sirve como memoria de algunos detalles importantes de Viesca, Coahuila, que como usted recordará, fue uno de los primeros asentamientos humanos de españoles y tlaxcaltecas, que venidos desde Parras de la Fuente, debieron enfrentar los retos de la tierra lagunera, el ataque de los últimos grupos de indios rebeldes -¿y cómo no?, si les quitamos sus espacios- y de forajidos que amenazaban a los primeros pobladores de la Comarca Lagunera".
Es un excelente texto breve que merece nuestra atención.
ydarwich@ual.mx