Recuerda.- Cada 1 de noviembre, Clementa acude a la tumba de su hijo que murió al nacer para llenarla de flores.
Desde hace 26 años Clementa López Martínez y Pedro Méndez, acuden al Panteón ejidal de San Antonio de los Bravos para visitar la tumba de su pequeño que falleció al nacer.
Aunque fue poco tiempo el que estuvieron con el único hijo varón de la familia, no lo olvidan y aprovechan el 1 de noviembre, fecha en la que los "angelitos" bajan del cielo, para que su pequeño Pedro sepa que está presente en sus corazones.
Ayer, los panteones del municipio de Torreón comenzaron a recibir a cientos de personas que como Clementa y Pedro, acuden a revestir de flores las tumbas de niños o adultos.
Clementa y Pedro comentan que por tradición el primero de noviembre lo dedican a visitar a su "angelito" y el día dos, regresan para visitar a sus seres queridos que fallecieron en edad adulta, pues la tradición dicta que las ánimas de los pequeños y jóvenes se hacen presentes primero para dar paso a la visita de los demás.
"Es un día muy bonito, pero a la vez triste, porque recuerdas todo, es como si regresara 26 años atrás, él fue nuestro único hijo, Dios nos bendijo con otras dos mujercitas, pero sí nos hizo falta el varoncito, sólo Dios sabe porqué pasan las cosas", dice Pedro Méndez, mientras su mujer riega la pequeña tumba para comenzar a llenarla de flores de cempasúchil.
Las pequeñas tumbas lucieron con flores o coronas en color rosa pastel, algunas con juguetes o globos por ser de niños o niñas, mientras que las lápidas de los adultos comenzaron a llenarse de cempasúchil, mano de Léon, gladiolas, nubes o margaritas, entre otras especies tradicionales de la época. Para hoy se espera una mayor afluencia de visitantes en los diferentes cementerios.