En mayo de este año tuve la oportunidad de asistir a un curso-taller sobre Educación y Valores para el Desarrollo Sostenible con la Carta de la Tierra. Se llevó a cabo en una pequeña entidad llamada Centro de la Carta de la Tierra para la Educación en Desarrollo Sostenible en la Universidad de la Paz (UP), esta última es la Institución que acoge al Centro de una manera activa e interactiva, ya que los funcionarios y profesores de ambos organismos participan en las actividades docentes y de investigación, además, los estudiantes de la UP hacen una especie de servicio social y/o prácticas en el Centro, actuando como personal de enlace y organizadores de los cursos y talleres, y cuando hace falta se incorporan a los cursos para apoyar dinámicas. Es un ambiente extraordinario en donde se facilita el aprendizaje a través de la convivencia como forma de interacción y de vida comunitaria.
Aunque el tema del curso al que asistí me marcó y me ayudó a fortalecer conceptos aplicados a la educación para la sostenibilidad, dejaré para otras colaboraciones la narración del mismo; me interesa comentar ahora acerca de las personas con las que conviví una semana, aprendí muchísimo de ellas porque aunque proveníamos de una gran cantidad de países como Francia, Sudáfrica, Holanda, Brasil, Inglaterra, Jordania, Estados Unidos, Costa Rica y México, nos identificamos desde el primer día, estableciéndose una rápida empatía entre todos, lo que favoreció que se entablaran relaciones que dieron origen a una comunidad del curso. Desde luego esto fue catalizado por nuestro profesor el Dr. Sam Crowell, que desde el primer momento en uno de los bellísimos jardines del Centro, empleó una dinámica bastante original para presentarnos y conocernos, lo cual se repitió durante todo el curso.
En uno de los numerosos ejercicios que realizamos en pequeños grupos, siempre con diferentes integrantes, partimos de una opinión hecha por Thomas Berry: "La tierra no es una colección de objetos sino una comunidad de sujetos". El ejercicio consistía en comentar cada uno nuestra experiencia de trabajo con grupos en la comunidad donde vivimos. Desde luego todos lo hicimos, algo teníamos que comentar, pero la rueda de opiniones se detuvo cuando llegó con Trisha, una mujer inglesa con gran vitalidad e inteligencia, pero además con la curiosidad de una joven; hablaba con gran entusiasmo acerca de lo que estaba viviendo en su comunidad y como suele ocurrir en estos casos, llamó poderosamente la atención de todos.
Trisha vive en una comunidad de un poco más de 3,000 habitantes llamada Cuckfield en Inglaterra, comenta que el pueblo está organizado para resolver de una manera comunitaria todos los problemas que se les puedan presentar. Tal organización la define como una "comunidad de ideas para resolver problemas de justicia, ecología, alimentos, movilidad y en particular para tomar medidas de adaptación al cambio climático y de disminución de gases de efecto de invernadero a través de un menor consumo de combustibles fósiles como el petróleo, gas y carbón.
Desde luego la pregunta obligada era la de cómo estaba estructurada su organización y el papel que juegan los líderes o políticos en la misma. Nuestra sorpresa fue mayúscula cuando nos dijo que no había un gobierno propiamente dicho en el pueblo y que los líderes podrían ser cualquiera de los habitantes de la comunidad. Como siempre pasa, uno trata de relacionar lo que está escuchando con alguna experiencia previa y yo lo asocié con la forma como está organizado Encuentro Ciudadano Lagunero, en el que no hay una estructura formal y las decisiones se toman en una reunión de los integrantes siempre por consenso. Pero Trisha me corrigió, dice que no se trata de una forma horizontal ni vertical de trabajar, sino circular en la que las ideas de todos tienen el mismo peso e importancia, ¿cómo ven? Interesante sin duda, aunque de difícil replicación. En este momento han logrado bajar el consumo de combustibles a un mínimo a través de una movilidad organizada donde el coche no tiene el lugar preponderante que nosotros le damos, son más eficientes en sus hogares y la energía que consumen proviene de una fuente de energía limpia. También se está trabajando ahora, en la producción local de los alimentos que consume la comunidad. Alimentos orgánicos de todos tipos llegan a los mercados del pueblo, los cuales además de ser seguros tienen información sobre su huella ecológica.
Sin duda, la experiencia de los habitantes de Cuckfield no es un hecho aislado, cuando Trisha mencionó en su conversación que se trata de un Pueblo en Transición (Transition Town, en inglés) entonces me cayó el veinte; se trata de un movimiento que cuenta ya con una red, en la que el principal objetivo es dotar de control a las comunidades para soportar el doble desafío del cambio climático y del inicio del descenso en la producción de petróleo.
El movimiento cuenta actualmente con miembros de las comunidades en varios países de todo el mundo y lo que más me llama la atención es que se encuentran entre éstos, países latinoamericanos como Chile; entonces en qué quedamos: ¿se puede o no replicar en México?