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Voto razonado

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LUIS F. SALAZAR WOOLFOLK

La invitación al voto razonado, encuentra en las elecciones para alcalde de la Ciudad de Torreón, un marco de comparación en los últimos veinte años, en que han sido electas seis administraciones, de las cuales tres han sido priistas y tres panistas.

La primera de ellas corresponde al priista Mariano López Mercado (1994-1996), quien llegó tarde con una visión propia de los años sesenta. Su desconocimiento de la época le impidió formar un equipo digno y nuestra ciudad cayó en un abismo de corrupción, lo que provocó el disgusto de una ciudadanía participativa y demandante, que obligó a dimitir al alcalde al concluir el segundo año de su gestión.

Al abrirse las puertas de la alternancia con los beneficios de la competencia y el equilibrio institucional que tal implica, llegó el panista Jorge Zermeño (1997-1999) marcando un contraste entre las viejas formas del PRI y generando una forma de gobernar eficiente y transparente. Zermeño saneó las finanzas y mejoró los servicios públicos; construyó el Parque Fundadores e impulsó el Fideicomiso de Seguridad con el Gobierno del Estado. Simas heredó a la siguiente administración el proyecto constructivo de la planta de tratamiento de aguas con financiamiento disponible incluido, así como los recursos para la construcción de dos pozos.

El PRI regresó con Salomón Juan Marcos (2000 a 2002), quien conservó el mismo sistema de Seguridad Pública, construyó la planta de tratamiento y pozos con recursos heredados de su antecesor, inició la renovación de las redes de agua potable en el centro de la ciudad, creó los tribunales administrativos y mantuvo los servicios en buen nivel. El desempeño declinó cuando Salomón se retiró para competir por otro cargo público, dejando la tarea de gobierno inconclusa en manos de un sustituto.

Vuelve el PAN con Guillermo Anaya (2003 a 2005). Conservó le mismo modelo de Seguridad y llevó a la Academia de Policía a su mejor nivel histórico; mantuvo la calidad de los servicios públicos; modernizó los bulevares Independencia y Diagonal Reforma, el BosqueVenustiano Carranza y la Alameda Zaragoza y concluyó la reposición de las redes de aguaen el Centro. El desempeño de Simas fue bueno durante el gobierno de Anaya, aunque algunos señalan la existencia de un fraude que no ha sido ni precisado ni comprobado, a pesar de que las cuentas han sido revisadas obsesivamente y con lupa durante todo el Moreirato.

El quinto turno corresponde al panista José Ángel Pérez (2006 a 2009), bajo el régimen de Humberto Moreira. La aparición de un nuevo estilo de ejercer el poder, de talante autoritario y cuasi feudal, generó un conflicto entre niveles de gobierno. El fideicomiso de Seguridad que existía desde tiempos de Rogelio Montemayor fue desmantelado y Torreón fue vista y tratada como objeto de conquista, con miras a la instalación de un gobierno títere controlado desde el Palacio Rosa.

A pesar de lo anterior, José Ángel logró avances sin precedentes en la modernización del transporte público, repuso las redes de agua entre las calzadas Colón y Cuauhtémoc; reubicó a los comerciantes ambulantes del Centro en virtud de un proyecto que aunque ha recibido fuertes críticas, es justo recordar que fue consensuado con la Cámara de Comercio y otros organismos sociales e institucionales.

En un principio, el proyecto invasivo de Moreira no fue percibido por los torreonenses. La administración de José Ángel fue juzgada con severidad y a la postre, su mayor error fue haber cohabitado con el enemigo, como lo prueba el que su director de comunicación Jorge Hernández y su principal operador político Manuel Villegas, hayan acabado en las filas del Moreirato.

El malestar generado por el conflicto con el Gobierno Estatal, hizo pensar a muchos que volviendo a elegir a un alcalde priista las cosas iban a mejorar para Torreón y resultó electo Eduardo Olmos Castro, con lo que Moreira sustituyó el poder autónomo de los ciudadanos, con un gobierno sometido a sus particulares intereses facciosos. Los resultados de la gestión de Olmos están a la vista, por lo que no requieren ni memoria ni evocación.

En un plato de la balanza: Mariano, Salomón, Olmos y Riquelme; en el otro: Zermeño, Anaya, José Ángel y Chuy de León. Lejos de ofrecer un estudio exhaustivo, los anteriores comentarios son puntos de referencia y reflexión, para votar por quien vaya a regir los destinos de nuestra ciudad los próximos cuatro años.

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