Todo se reduce a nada. Tras cinco meses de emoción, llegó el fin de la temporada y ahora a esperar otra vez. Está dicho, la afición al futbol americano es cruel; hay que esperar siete meses para ver 16 juegos de tu equipo favorito, con suerte y se mete a playoffs.
El tiempo pasa rápido y pronto, de los 32 conjuntos que iniciaron el camino ya sólo quedan dos, aunque sólo uno se llevará la gloria.
La vida es injusta para un aficionado a la NFL. ¿Qué hay después del Super Bowl? ¿Qué sigue? ¿A dónde voltear la mirada?
Los 49's sufrieron mucho para regresar al Gran Juego. Tuvieron que pasar años, tan llenos de mediocridad y malos resultados. Sus aficionados eran objeto de burlas. Su protagonismo de décadas anteriores había quedado sepultado bajo una realidad infumable, hasta el año pasado que se quedaron a un juego de ir al juego por el título. Luego tuvieron otra oportunidad y la dejaron ir apenas el domingo pasado ante Baltimore.
A la par de la fiesta en Nueva Orleáns está la celebración local que cada aficionado se organice.
El Super Bowl es el pretexto perfecto para apostar, comer y beber. Para reunirse con la familia o los amigos. Para apoyar… o burlarse del que pierde. Es un motivo perfecto para cerrarle las puertas al mundo por unas horas, para encerrarse en un suceso que sólo pasa una vez al año.
Es el momento ideal para soñar, para creer que todo es posible, es el momento de imaginar lo mejor. De retirar a Ray Lewis como los grandes y de enseñarle a Colin Kaepernick que aún tiene mucho por aprender. Pero sobre todo, es el mejor pretexto para convivir.
Al final, la victoria sólo la cantan algunos, pero el juego lo celebramos todos.
Ahora es tiempo de esperar, otra vez, a que pasen los meses. ¿Y por qué no? De ahorrar ilusiones para la próxima temporada, con la esperanza de ver ahora a nuestro equipo en la pelea.
Es tiempo de juntar dinero también, porque el tiempo pasa rápido y la siguiente vez queremos estar ahí, en el estadio.
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