La revancha se acerca. La afición en La Laguna espera que sus Guerreros regresen a la final de la Liga de Campeones, donde no quieren otro rival que no sea el Monterrey (el mismo que les arrebató la gloria hace un año en el Estadio Corona).
Los Rayados, a su vez, esperan volver por tercer año consecutivo a la lucha directa por un boleto para el Mundial de Clubes y jugar por primera vez el partido de vuelta en casa. Una final de equipos mexicanos (y orgullosamente del norte) puede darse si ambos conservan la ventaja que sacaron de sus respectivas visitas a equipos de la MLS.
Santos no tuvo ni tendrá problemas para pasar por encima del Seattle Sounders. En su casa los derrotó 1-0 y en el Corona seguro anotarán dos o tres más, mínimo.
El club lagunero ha aprendido. Su presidente, Irarragorri, despidió a su director técnico (el que los llevó a conseguir la cuarta estrella) antes de que empezara la segunda vuelta de la "Concachampions", donde no hay margen de error. Cuando se deshizo de los servicios de Daniel Guzmán y Rubén Omar Romano (a punto de disputar partidos decisivos), coincidentemente fueron eliminados con premura en el torneo internacional.
Con Benjamín Galindo al mando, Santos perdió la ida de la final de "Conca" en Monterrey y luego ganó en Torreón. Pero un gol de Neri Cardozo en la última parte del juego echó al traste el posible festejo local.
Un mes después, Santos cobró su primera revancha, la de la final del Apertura 2010, cuando cayó ante los regios en la final de la Liga mexicana.
Se puede decir que Santos ya está del otro lado. Sólo resta esperar a su odiado rival.
A diferencia del año pasado, en esta edición la final de vuelta se jugará en la casa del mejor equipo en la fase de grupos. Es decir, de avanzar sería en el Estadio Tecnológico. Como dato curioso, el actual bicampeón del área consiguió sus dos títulos en patio visitante (2011 en Utah ante el Real Salt Lake y en 2012 en el Corona).
Si la final esperada llega, el campeón cerrará en casa y Santos buscará su primer título fuera de La Laguna y primero internacional al mismo tiempo.
De los cuatro conjuntos que ahora disputan las semifinales, veo más fuerte a los laguneros. Y si no se da la revancha, lo más probable será porque Galaxy dé una sorpresa de último momento y los Guerreros se coronen ante su gente.
Los aficionados santistas no saben lo que se siente ser campeones de la Concacaf, quizá por eso no han querido darle el valor que este torneo (en una de las zonas futbolísticas más pobres del planeta) se merece, pero ya están muy cerca de saber qué se siente. A menos que el todavía campeón tenga otra cosa que decir.
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