Aberrante resulta ya la "polémica" sobre llamar o no a los "naturalizados" a la Selección Mexicana. Por eso México no avanza, porque no queremos avanzar.
Es decir, nos "atoramos" en discusiones que no suelen llegar a nada y nos olvidamos de los problemas reales. Si los jugadores que no nacieron aquí, pero que ya viven aquí, ganan dinero de forma honrada, pagan sus impuestos y cumplen con los requisitos necesarios, ¿por qué discriminarlos? Y la discriminación comienza desde llamarlos "naturalizados", qué flojera, en serio.
¿A quién queremos engañar con sentimentalismos baratos? O sea, ¿que porque el jugador "no siente" los colores de la Selección a la que ha sido convocada no merece ir? ¿Quiénes somos para juzgar los sentimientos de cada quien? Pero sobre todo, no me digan que los mexicanos "sienten" mucho los colores de los equipos en los que juegan en la Liga MX.
Oswaldo Sánchez, por ejemplo, salió del Atlas para irse al América y luego a Chivas... ¿ "sintió" de verdad todos esos colores? Rojinegro, crema y rojiblanco en cuestión de unos cuantos años; aquí no hay amor a la camiseta.
Ni qué decir de Cuauhtémoc Blanco, perdí la cuenta de cuántas camisetas ha sudado (que al final eso es lo importante, la entrega como profesional traducida en una playera sudada).
Volteemos a ver a las potencias. Alemania compite con polacos, españoles, brasileños, turcos y demás. No se estancan.
Hay un argumento que me gustó de alguien que prefiere jugar con puros mexicanos: "La idea de los Mundiales era ver qué alcance tenía cada país en el futbol", pero las cosas han cambiado.
No espero que "Chaco" o Damián Álvarez metan a México al Mundial o lo lleven al "quinto partido", eso no lo pudo hacer Sinha, "Guille", ni Caballero. Sólo me gustaría ver debates sobre cosas importantes.
A diario, los mexicanos atentamos en muchas formas contra los mexicanos y nadie dice nada.
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