Esta liga no es seria. Santos Laguna le gana 3-0 a Tigres en casa jugando bien. Pasan 14 días y pierde en el mismo lugar ante León, sin jugar a nada, un León que venía de pasarle por encima a los Rayados, pero que antes de eso acumulaba cuatro empates que van de lo insípido a lo insignificante.
Es una liga profesional donde Querétaro, el equipo que descendió el torneo anterior pero que sigue en Primera, es capaz de cortarle una racha de tres triunfos consecutivos al Cruz Azul, el equipo que regala una final en los últimos segundos de la manera más tonta. Hay que decir que en esa racha de victorias en el presente torneo, la Máquina no le ganó a nadie: Chivas, Atlante y Puebla.
Esta es la liga donde un viernes, unos "aficionados" "pueden" aventarle vasos con cerveza al técnico visitante y 14 días después, el subcampeón tiene que cambiar de sede por cuestiones que no tienen nada que ver con futbol, se va a un estadio chico (su "cuna") y de ahí salen 10 "barristas" directo al hospital.
Aquí un jugador puede salir de cambio antes del medio tiempo y no estar de acuerdo. Manotear, hacer berrinche, patear la banca y quedarse ahí mientras sus compañeros se van al vestidor del TSM.
En nuestra liga no hay seriedad ni siquiera en el calendario. Lo dan a conocer antes de que inicie el torneo y sin embargo, se vuelve necesario que cada lunes confirmen las fechas y horarios de la siguiente jornada. El campeón, equipo de Televisa, tiene dos partidos pendientes y no se pondrá "al corriente" hasta la jornada 16, una antes de que termine el campeonato. América debe los juegos de las primeras fechas y en la octava protagonizarán una emergente versión del Lunes por la Noche de la NFL.
Y las Águilas ya no pueden mover más su agenda aunque Monterrey, su rival de la fecha 9, haya pedido un cambio por contar con cuatro seleccionados mexicanos y dos de otras nacionalidades, misma razón por la que América no ha jugado los primeros partidos del torneo. Esos Rayados que despidieron al técnico que les dio cinco títulos (tres internacionales) por una mala racha en seis partidos y que no pudieron retener más de seis fechas a su contratación bomba (que amarraron hace de seis meses).
Mientras, Atlante mantiene a su director técnico que no les entrega nada y que quizá el único mérito que tiene para dirigirlo es que alguna vez jugó ahí. En el banquillo en Primera División, Graniolatti ha dado más pena que cualquier otra cosa. Pero, ¿quién le entraría a dirigir a un equipo sin gracia?
La Liga MX es de risa. Pasa de todo y a la vez no pasa nada. Aquí es imposible dar pronósticos. Ya no sé si la sigo por morbo o porque es lo que hay. Por fortuna, también hay Premier, Serie A, Bundesliga, Grandes Ligas y ahí viene la NFL.
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