Voz del Dihablo
Estimados hijos del Creador, el año se acaba y la nostalgia me embarga. Hace unos días, instalados en la Yarda 20, charlaba con el buen Dante (el mismo del Infierno) y el multifacético Rafa Carreón sobre la música que tanto nos apasiona. En realidad, los dos amigos tenían una discusión sobre géneros (o desviaciones) del rock. Rafa defendía el 'glam'; Dante le rebatía con puro 'grunge'. Así que irrumpí en su acalorada plática con el atronador sonido del 'thrash' para aplacarlos.
Si bien, el 'glam' no es tan malo como algunos lo quieren hacer ver. Dejó buenos grupos y las tan aclamadas por las multitudes 'rock ballads'. Sin embargo, en cuanto el estilo comenzó a tener éxito, se multiplicaron las bandas, salieron copias de las copias y el mercado se saturó. De sobra está decir que su imagen poco les ayuda. En lo personal, de ese subgénero del rock me quedo con Mötley Crüe (hasta el Decade of Decadence). Se me hace de los más agresivos y me remonta a una época casi feliz de mi vida.
Por supuesto que hubo otros buenos exponentes, hacer un recuento en este espacio sería insuficiente. Pero el 'glam' se agotó con su sobreexplotación y el grunge, a principios de los 90, le dio un último "empujoncito" para sacarlo de la escena.
En 1991, con el popular Nevermind, Nirvana alcanzó un éxito comercial que ni ellos esperaban. Con un sonido "rasposo", que tiene antecedentes en The Pixies y Sonic Youth, por ejemplo, la agrupación de Seattle le abrió el camino a otras como Pearl Jam, Soundgarden, Stone Temple Pilots, Alice in Chains, Mother Love Bone, Mudhoney, y sus derivados, Mad Season, Temple of the Dog o M.A.C.C. Y de las cabelleras de "barbie" y rostros maquillados pasamos al aspecto desaseado, barbas de tres días y camisas de franelas. Ya no hubo solos de guitarra y las letras de las canciones pasaron de lo banal (aunque divertido) a lo deprimente. Igual, el género se agotó pronto. Si bien la muerte de Cobain le entregó la inmortalidad (aunque suene contradictorio), quedaron pocos caminos por explorar.
Layne Staley tampoco aguantó el ritmo y alcanzó a Kurt en el más allá. Scott Weiland pasó de un grupo a otro, de un sonido a otro, de una alineación a otra. Y Eddie Vedder siguió con álbumes poco comprensibles. Chris Cornell también cambió de aires; se hizo solista, casi popero, y aunque con buenos materiales, evidenció la muerte el 'grunge'. Recién Soundgarden sacó un nuevo disco, mismo que ni siquiera pude escuchar hasta el final. Quién sabe qué intentaron.
Durante todos esos años de transiciones estuvo detrás el 'thrash'. Metallica con su rudeza inicial, seguida por Megadeth, Slayer, Anthrax, Testament o Exodus. Sodom, Kreator y Destruction del otro lado del Atlántico haciendo lo propio. A la fecha, algunas de estas bandas han caído en desgracia, pero otras se mantienen con trabajos nuevos y contundentes.
La discusión terminó con unas cervezas. A fin de cuentas, cada quien sus gustos. Sin embargo, no está de más echarle un oído a las nuevas propuestas, quizá haya algo que logre interesarnos. Nuevos géneros, otros sonidos. La evolución es algo que no se puede ni se debe frenar.
Cambiando de canal, hoy a las 17:30 horas la organización del Hell & Heaven anunciará el cartel definitivo del festival del próximo año; hay que estar pendientes. El 2014 iniciará con la visita de Dark Tranquillity al país. ¿Ya apartaron? Sé de un lugar aquí por la Acuña que los lleva hasta el umbral de los grandes del 'heavy'. No lo dejen pasar y allá nos vemos.
Sígueme y hablemos ‘heavy’: @Foko_54
