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¿Y el ICESI?

FEDERICO REYES HEROLES

Son varias las notas relacionadas. Consulta-Mitofski reporta una caída entre agosto y septiembre de 6% -de 36.5% a 30.1%- en el problema que más preocupa a los mexicanos, la inseguridad. No es marginal. Algo muy importante está ocurriendo en la percepción. Por su parte el Secretario de Gobernación, en una aparición muy cautelosa, sin triunfalismos, anuncia que en los cuatro meses de la gestión del presidente Peña Nieto hay una reducción muy importante en, por lo menos, dos de los principales delitos que sangran a los mexicanos: homicidios 17%, secuestros 25%. O sea que la información de Consulta casa con un hecho real.

En paralelo la CNDH reporta que las quejas contra el Ejército se redujeron un 50% en el mismo período. El asunto se vuelve interesante, dos instancias independientes del Ejecutivo Federal hablan de un cambio significativo en la percepción y en una de las más graves consecuencias de la "Guerra" emprendida por Calderón: la exposición del Ejército en actividades que no le son propias. Podemos dudar de la palabra del Secretario -es juez y parte- pero ¿por qué habría Consulta -una de las firmas más acreditadas en México en demoscopía- de modificar sus cifras de percepción? Tampoco para la CNDH es políticamente correcto, de hecho se podría pensar que es incómodo, admitir un cambio tan radical en las tendencias a partir de la nueva gestión. Algo está ocurriendo y es muy relevante, de seguir las tendencias tanto en homicidios, en secuestros, en quejas ante la CNDH y en percepción pública, el flagelo que nos ha perseguido por seis años estaría siendo arrinconado en cuestión de un par de años.

Se podría suponer que el gobierno mexicano se está retirando de forma silenciosa, pero con rapidez de la persecución de narcos. Eso estaría provocando menor tensión en las bandas criminales que repercute en menos homicidios entre ellos. Y por esa misma razón las quejas contra el Ejército ante la CNDH también disminuyeron. Menos persecución, menos homicidios dolosos, menos quejas mejor percepción. Es una especulación coherente pero, ¿por qué cayeron los secuestros? Esa pieza no encuentra acomodo. Eduardo Guerrero documentó hace tiempo la división de los grandes cárteles -provocada por la "guerra". El procurador Murillo Karam lo ratificó en diciembre, entre 60 y 80 nuevas bandas. Esa división generó además una migración delictiva: de los delitos federales a los locales incluido secuestro y extorsión. Ni las policías municipales, ni las estatales, -más de 2,000 corporaciones -si se les puede llamar corporaciones a agrupamientos muchas con menos de 10 elementos- dispersas, mal equipadas, mal entrenadas y con muy pocos recursos, estaban capacitadas para atender esta migración.

Cuando Calderón afirmaba que las acciones de su gobierno habían debilitado a los grandes cárteles no mentía. Cuando reclamaba en el Consejo Nacional de Seguridad a los gobernadores no ser capaces de contender con el acenso del crimen, resbalaba en una grave imprecisión. De ahí la reacción de ellos, señor presidente, el problema es que antes no teníamos esas bandas criminales. La discusión derivó en el mando único para combatir la dispersión y la formación y depuración de los cuerpos policíacos. Otro punto importante fue la asignación de recursos, Calderón incrementó sensiblemente los recursos al área de seguridad, pero la mayor parte fue en el nivel federal, siendo que los responsables directos de la nueva inseguridad eran los gobernadores y ciertos presidentes municipales.

Pero hay otra nota reciente, menos vistosa, pero igual de importante. Me refiero al séptimo informe del Observatorio derivado del Acuerdo para la Cobertura Informativa de la Violencia que cubre el período de diciembre del 2011 a febrero de 2012. La palabra "asesinatos" disminuyó 50% su presencia en las portadas de la prensa capitalina. Lo mismo ocurrió con "crimen organizado" y "narcotráfico". En la televisión de paga las mismas palabras dejaron de usarse en un 65% y un 41% respectivamente.

Ya tenemos tres fuentes independientes que señalan un cambio muy significativo. Invirtamos el orden: el gobierno federal cambió sus prioridades. Ya no se trata de colgar cabezas de narcos como trofeos. La comunicación gubernamental no se centra en la violencia con lo cual ya no se genera el círculo vicioso que asfixió a la opinión pública. El gobierno federal apoya a las entidades en la persecución de los otros delitos no vinculados al narco, incluido secuestro. Las bandas disminuyen sus ataques recíprocos. Buenas noticias, primero va la seguridad de los mexicanos. El único problema es que Calderón decidió -cuando no le gustaron las cifras- acabar con el ICESI dirigido por un referente moral, Luis de la Barreda. Ahora ya no tenemos una fuente independiente de medición de la criminalidad. Si tuviéramos el ICESI Osorio Chong no estaría en la incómoda situación de ser juez y parte y los mexicanos podríamos confiar en la evidente mejoría. Otro de los costos de una obsesión.

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