Considerado uno de los mejores decoradores al fresco del siglo XVI y precursor del estilo barroco, Antonio Allegri da Correggio dejó amplia huella en la plástica universal, perceptible a 480 de su partida, que se cumplen este miércoles.
Antonio Allegri nació en agosto de 1489, en Correggio, una localidad del norte de Italia, misma que heredaría su nombre al pintor renacentista.
Representante de la escuela de Parma, Correggio fue impulsado al arte plástico desde su seno familiar, de acuerdo con sus biógrafos.
Aunque los datos sobre su vida son escasos, se sabe que a los 20 años dejó su población natal y se instaló en Mantua, donde tuvo contacto con Andrea Mantegna, de quien aprendió la concepción de perspectiva y volumen.
Un texto consultado en la hemeroteca digital del periódico “El País”, señala que Correggio, considerado pionero en el uso de la luz, estuvo por un corto lapso de tiempo en Roma, entre los años 1517 y 1518, donde pudo sacar provecho a su aprendizaje artístico, para luego regresar a Parma.
En el texto se menciona también que, no obstante que no se cuenta con documentación sino más bien, con pruebas indirectas, su viaje a Roma fue patrocinado por la humanista Giovanna da Piacenza (1479-1524).
En los inicios de su producción, su obra contuvo principalmente temáticas religiosas; sus primeros trabajos fueron la capilla funeraria de Mantenga y el atrio de la misma iglesia, en San Andrés Mantua, según información del Museo del Prado, de España.
Su primer encargo importante fue la decoración de la bóveda del Convento de San Pablo, al que le sucedió la decoración de la cúpula y la ábside del convento de San Juan Evangelista.
Como muchos de los pintores renacentistas, algunas de sus obras contienen alegorías hacia las mitologías del mundo antiguo.
Cabe destacar que gran parte de su obra se encuentra repartida y exhibida dentro de los recintos culturales de mayor tradición mundial, entre ellos el Museo de Louvre, en París, Francia; la Galería Nacional de Londres, en el Reino Unido; el Museo del Prado en Madrid, España, y otros más repartidos en Europa.
De su producción se desprende “Escuela del amor”, “Venus y cupido con un sátiro”, “La virtud y el vicio”, además de los cuatro lienzos que configuran “Los amores de Júpiter”.
A la producción de este pintor, quien falleció el 5 de marzo de 1534, se suman “Danae”, “Leda con el cisne”, “El rapto de Ganímedes”, “Júpiter e Ío”, “La virgen adorando al niño” y “la adoración de los pastores”, entre varias obras más.