Teniendo como antecedente la crisis financiera y temiendo la pérdida del territorio, el 30 de marzo de 1867 Rusia decide vender el territorio que ahora conforma el estado de Alaska a los Estados Unidos.
Como dato histórico es de saberse que el territorio adquirido tiene una extensión de un millón quinientos dieciocho mil ochocientos (1,518,800) metros cuadrados.
Como dato curioso es de saberse que la adquisición del ahora estado de Alaska, nombre escogido por los estadounidenses, no fue bien vista por los representantes de Cámara, pues consideraban que era un gasto innecesario provocando que la asignación del dinero fuera retrasada.