El mexicano Manuel Osorio Arellanes fue sentenciado ayer a 30 años de prisión en Estados Unidos, por el homicidio de un agente de la Patrulla Fronteriza en 2010 en Arizona, en un incidente que implicaría armas de la Operación Rápido y Furioso.
El juez federal estadunidense David C. Bury dictó la sentencia ayer lunes, luego de una audiencia en la Corte Federal de Tucson, Arizona, en la que testificaron varios miembros de la familia del agente. Osorio Arellanes se declaró culpable en octubre de 2012 del cargo de homicidio en primer grado contra el agente fronterizo Brian Terry, ocurrido el 14 de diciembre de 2010, al ser baleado por varios hombres que traficaban droga en un área cercana a Nogales, Arizona.
Las autoridades han identificado a otros cuatro sospechosos de haber participado en el homicidio de Terry, dos de los cuales han sido detenidos, y los otros dos se encuentran prófugos.
Osorio Arellanes resultó herido en el tiroteo y fue el único detenido la noche misma en que ocurrieron los hechos. El mexicano sostuvo que él no fue el tirador que mató a Terry, una versión que comparten los fiscales, aunque sostienen que es igualmente responsable al ser un participante voluntario en los hechos.
De acuerdo con las autoridades, Osorio Arellanes y sus cómplices se enfrentaron a balazos con agentes de la Patrulla Fronteriza al ser sorprendidos transportando consigo un cargamento de marihuana la noche del 14 de diciembre de 2010.