El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se puso de nuevo manos a la obra con una agenda política cargada, tras regresar este fin de semana de sus vacaciones navideñas en Hawai, y pasó ayer lunes la mayor parte de la jornada en reuniones a puerta cerrada con sus asesores.
Obama hace frente en primer lugar al vencimiento de los subsidios por desempleo, que expiraron hace una semana y cuya desaparición se calcula que está afectando a 1.3 millones de estadounidenses.
El mandatario reiterará hoy martes, en un acto público desde la Casa Blanca, la necesidad de que el Congreso prorrogue una vez más las ayudas para los desempleados de larga duración, con el objetivo no sólo de ayudar a esas familias sino de mantener el camino de recuperación económica que lleva el país.