Abuelos adolescentes
¿Qué pasa con los adultos mayores que no parecen pensar en su edad y realizan una gran cantidad de actividades recreativas, sociales o personales que pueden llegar a hacer pensar a sus hijos que volvieron a sentirse como adolescentes? Ser abuelos o pertenecer a la categoría de «adultos mayores» no tiene por qué interferir con las preferencias y pasatiempos de las personas.
Según el desarrollo psicológico tradicional, se dice que la vejez o adultez madura se presenta a partir de los sesenta años, la cual se acompaña de cambios físicos, emocionales y psicológicos; los primeros son evidentes, por ejemplo, el deterioro de las habilidades motoras, la baja en la condición física, cansancio o incapacidad de realizar labores que anteriormente se hacían con facilidad.
En cuanto a cambios emocionales y psicológicos, estos varían de acuerdo a cada individuo. Sin embargo, existe un patrón común en las conductas dentro de las cuales puede mencionarse la tristeza por los años perdidos en la juventud, soledad y aislamiento, un estado de ánimo irascible y cambio de humor frecuente dentro de las negativas. Por otra parte, también pueden manifestarse algunas conductas positivas, como una mayor experiencia, tolerancia a los cambios de la vida, significado de la existencia, incremento en la capacidad del cuidado psicológico de otros, e incluso, un disfrute de la soledad.
FAMILIAS MEXICANAS Y ABUELOS
En México, las características psicológicas de las familias van orientadas a hogares tipo «muégano», donde los límites entre los distintos miembros no son claros, existe una mayor dependencia y los nietos conviven más con sus abuelos. Esto acarrea repercusiones positivas tales como una mayor cercanía, un gran involucramiento entre sus miembros, así como mayor participación y cooperación.
De la misma forma, todo lo anterior no permite el desarrollo de la independencia de los individuos involucrados y podría generar encono o frustración, que en la mayoría de los casos no es expresada por los canales de comunicación adecuados.
Además de los cambios que se presentan con la edad acompañados del contexto cultural, es posible incluir otra variable interesante que detona muchas conductas observables en el fenómeno «adulto adolescente» de nuestros días, que es la llegada del internet y el incremento de la utilización de redes sociales en los hogares mexicanos, dentro de las que destacan Facebook y Twitter, siendo la primera de ellas la más utilizada por los mexicanos.
Debido a la situación económica que vive nuestra nación, con un crecimiento por debajo del uno por ciento en 2013, la necesidad de los padres de trabajar ha incrementado, debido a que los sueldos percibidos por una pareja no satisfacen las necesidades básicas de los dependientes, razón por la cual con frecuencia se involucra a los abuelos en la crianza de los nietos, ya sea estando a cargo del hogar o en tareas que implican convivencia, como recogerlos en los centros educativos, comer con ellos o apoyarlos en la realización de las tareas.
Otro fenómeno fundamental es el incremento en la utilización de las tecnologías de la información y la comunicación, que los nietos desarrollan, las cuales incluyen habilidades en el uso de Facebook, Google, celulares y «tuits». De manera frecuente los nietos involucran a sus abuelos en la dinámica del mundo virtual, ya sea a través de una tableta o un teléfono inteligente. De esta manera, los abuelos intervienen no sólo en la crianza del menor, sino que además adquieren habilidades para ingresar en el fascinante mundo tecnológico de la última generación, a una edad en la que se esperaría de ellos una actitud más pasiva respecto a los acelerados ritmos digitales.
El temor a envejecer es un factor determinante, sobre todo porque los adultos mayores
piensan que el envejecimiento se traduce en un deterioro físico evidente que denota la edad, por tal motivo, recurren a cirugías estéticas y reconstructivas, que han ido en aumento durante los últimos diez años.
PASIÓN POR LA VIDA
¿Qué tan bueno o malo es esto?, ¿cómo reconocer si el abuelo se resiste a envejecer o tiene una vitalidad que lo hace saludable?, ¿qué tanto se debe cuidar o aceptar el cambio en sus facultades físicas y mentales?, ¿es bueno ser un abuelo adolescente? Éstas son algunas de las preguntas que muchas personas se hacen, en el intento por clasificar una acción con las etiquetas de «bueno, malo, positivo o negativo», otorgándole un juicio de valor que en repetidas ocasiones es adjudicado por la cultura, y que más que normativo parece limitativo para no generar angustia con los cambios inesperados.
Sin embargo, psicológicamente existen parámetros para saber si un adulto mayor sugiere resistencia a la aceptación del paso de la edad o muestra un envejecimiento sano. Permanecer activo a nivel físico y, por consecuencia, asistir al gimnasio es adecuado, la limitante está en no exceder las capacidades físicas exponiendo al cuerpo a una lesión. Otro parámetro es involucrarse en los asuntos familiares, pero no tomar decisiones que realmente sólo le atañen a los hijos. Tener acceso y habilidades para el manejo de redes sociales, pero no utilizar toda la mañana en la computadora de manera que dejen de realizarse otro tipo de actividades.
Los abuelos pueden ser económicamente productivos si lo desean, pero no llegar al extremo de no dormir las horas adecuadas con tal de mantener dos o tres empleos a la vez. En la película Antes de partir, protagonizada por dos grandes actores del cine de Hollywood, Jack Nicholson y Morgan Freeman, los protagonistas deciden realizar en las postrimerías de la vida actividades que siempre habían deseado pero que por diversas circunstancias no habían experimentado, específicamente uno más que el otro.
Dentro de estas experiencias se encontraba saltar de un paracaídas, correr un auto a alta velocidad, escalar una montaña, entre otras. La historia es un ejemplo maravilloso de la pasión por la vida y una espera tranquila y consciente de la muerte, sin embargo, al tratarse de un filme, encontramos sus limitantes, desde luego las actividades que se exponen no podrían realizarse, aunque habrá quien piense lo contrario.
Lo importante es que las actividades a realizar no pongan en riesgo la integridad del adulto mayor, tanto física como psicológicamente, aunque quizá sí resulte adecuado contagiarse de esa intensidad por la vida y aceptar que la edad es un elemento que forma parte de la existencia del ser humano.
Es importante recordar que cada ser humano tiene su propia lista de prioridades, urgencias, pendientes, o incluso, culpas qué reparar, y todas ellas serán respetables. Lo que sí se espera de esta edad, es que los abuelos lleguen con la vitalidad emocional suficiente como para asumir esta etapa de duelo por todas las pérdidas o disminuciones que experimentan (habilidades físicas, psicológicas y emocionales), al mismo tiempo que se preparan para enfrentar el duelo final de la existencia, en el que cada ser humano realiza el recuento de sus actos.
Quizá esta última parte llegue a sonar fuerte, pero se trata de la única certeza que acompaña al ser humano a lo largo de este transitar por incertidumbres, cambios y crisis, que vistos de manera positiva, encaminan a las personas a ser mejores y a construir su vida de manera más plena, otorgándoles un sentido y significado a cada una de sus acciones.
Correo-e: antoniomiranda72@hotmail.com