Más de un millón y medio de adultos mayores sufren maltrato de algún tipo y 40 por ciento vive esa realidad dentro de su hogar, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). (ARCHIVO)
Los adultos mayores son quienes sufren mayores índices de abuso, incluso por encima de los niños, pero existen muy pocas denuncias, advirtió la psicoterapeuta Andrea Coronado.
En el marco del Día del Abuelo, que se celebra este 28 de agosto en México, expuso que más de un millón y medio de adultos mayores sufren maltrato de algún tipo y 40 por ciento vive esa realidad dentro de su hogar, de acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Por ello, dijo, es necesario y urgente que los abuelos identifiquen sus necesidades, organicen su tiempo, pongan límites a los familiares que les exigen demasiado y que tracen un plan de vida.
Una cosa es que los abuelos disfruten de la compañía de los nietos a la vez que los cuidan, pero en muchas ocasiones no les dan la posibilidad de elegir si cuidarlos o no, indicó.
Ante las condiciones laborales que se viven actualmente cada vez se les demanda más a los abuelos, quienes contribuyen al cuidado, atención y educación de los nietos, señaló la especialista en psicoterapia dirigida al adulto mayor.
Esa situación implica muchas veces una carga física y emocional significativa, que puede convertirse en abuso al adulto mayor, pues en muchos casos los tratan como sirvientes.
Al llegar a cierta edad “muchos abuelos quieren tiempo para sí mismos, y hay que respetar esta necesidad”, su independencia y su individualidad, ya que también es importante que los adultos mayores se relacionen con otras personas, fuera de su entorno familiar.
Ante la posibilidad de que coexistan múltiples generaciones en un hogar, lo que genera adversidad para la comunicación, propuso trabajar en la empatía y la paciencia a nivel familiar.
No obstante agregó que es imperativo el respeto a la autonomía del adulto mayor, la familia también debe realizar una labor de acompañamiento y cuidado, pero sin tratar a los abuelos como niños pequeños o sirvientes.
