Rojinegros del Atlas y Tigres de la UANL empataron anoche sin goles, en un monótono y aburrido encuentro de la fecha uno. (Jam Media)
Un punto para cada uno. Y nada más que recordar. Un empate 0-0 es, la mayoría de veces, insípido. Pero cuando se consigue con un futbol tan pobre como el visto entre Atlas y Tigres, en duelo de la primera jornada del Torneo Apertura 2014, es todavía peor. Por eso, la fuerte silbatina tras el silbatazo final.
El resultado y, sobre todo, el desarrollo del encuentro, arroja una pregunta: ¿Por qué tan pobre espectáculo? Quizá porque es la primera jornada. Quizá porque los equipos aún vienen duros de la pretemporada. Quizá porque los cuadros del "Tuca" Ferreti privilegian la solidez defensiva y más como visitante. Muchos "puede ser", mas lo único cierto es que lo observado en la cancha del Estadio Jalisco es decepcionante.
No de arranque, porque ahí al menos hay alguna emoción cerca del arco. Primero porque Guido Pizarro se levanta dentro del área para conectar un cabezazo que Federico Vilar controla con apuros, a dos tiempos, sobre la línea de gol ('7) y después, porque la respuesta del Atlas es comandada por el brasileño Maikon Leite, quien después de sacudirse la marca de dos defensores, saca un zurdazo que ataja el portero Nahuel Guzmán ('10).
Lo realmente decepcionante viene a partir de ese momento. Zorros y Tigres se enfrascan en un duelo de esos que los técnicos juran llenos de riqueza táctica, pero que en la traducción mundana de cualquier aficionado, significan minuto largos de aburrimientos.