Suaviza. El gobernador sonorense disminuyó la agresividad de su discurso en contra de la Federación. (ARCHIVO)
El gobernador de Sonora, Guillermo Padrés, aceptó ayer la investigación emprendida por el Gobierno de México en una represa ubicada en un rancho de su propiedad.
"Es una obra de defensa que hemos venido construyendo de un dique que existía" desde hacía décadas, explicó Padrés en una entrevista con la emisora MVS.
Recordó que pertenece a una familia de "cinco generaciones de ganaderos", explicó que "el rancho cumple con la Ley de Aguas Nacionales", que protege "el patrimonio nacional", y dijo estar "de acuerdo" con que "hay que investigarlo" y con que se haga "con toda transparencia".
En caso de que se detecten anomalías, se clausurará la obra y se liberará el agua para uso de quienes tienen legítimo derecho a ella.
Si se confirman las violaciones o afectaciones, la presa podría ser incluso demolida.
De acuerdo con versiones periodísticas, el rancho del gobernador, llamado Pozo Nuevo, cuenta con unas 3,000 hectáreas, de las cuales 60 son dedicadas al cultivo de forrajes ganaderos y 300 a una huerta de nogales.
Todo se da luego de que Padrés desconociera el miércoles a funcionarios federales por su presunta "negligencia" al responder al reciente derrame de 40 mil metros cúbicos de sulfato de cobre provenientes de la mina Buenavista del Cobre, propiedad del Grupo México, en el municipio de Cananea.
LE CANCELAN
Aunque Padrés aseguró que se reuniría hoy viernes con Miguel Ángel Osorio Chong, al final de cuentas el secretario de Gobernación canceló la cita.
"La reunión no se llevará a cabo hasta en tanto no existan las condiciones necesarias para un diálogo respetuoso y constructivo", precisó Osorio sin dar mayores explicaciones de qué ocurrió para cancelar la reunión tan abruptamente.