Los integrantes del Cabildo de Torreón renunciaron ayer a la prestación por concepto de "gestoría social" que recibían; se trata de un monto de 20 mil pesos mensuales por cada uno de los 19 ediles.
Sumados, son cerca de 18.5 millones de pesos presupuestados para los cuatro años de administración que, supuestamente, deberían usarse para apoyar a personas de escasos recursos.
Dicho monto será reasignado a las áreas de Desarrollo Social, Desarrollo Intregral de la Familia y Salud Municipal para acciones específicas, lo que les permitirá aumentar acciones y programas sociales a los que, según síndicos y regidores, se les dará seguimiento.
Con ésta, es la segunda prerrogativa que ya no ejercerán los ediles del actual Cabildo, luego de que a partir de este año también perdieron la facultad de condonar multas por infracciones viales a ciudadanos que mantenían sus oficinas llenas.
Ayer, en una conferencia de prensa encabezada por los coordinadores de las bancadas del PRI, Miguel Mery; del PAN, Sergio Lara; del PRD, Roberto Rodríguez, y del Movimiento Ciudadano, Mayela González, se aseguró que esta medida fue consensuada y rechazaron que el factor electoral haya sido el que detonó la decisión.
Según los ediles, el acuerdo tomado por la Junta de Coordinación Política es que se elimine definitivamente la partida presupuestal asignada para gestoría social y que sea reorientada para que en el próximo ajuste al presupuesto municipal (finales de mayo) quede precisado a las áreas municipales a donde se destinará.
Según Miguel Mery, alrededor de cien personas acuden a diario a solicitar ayuda de los regidores y síndicos para acciones relacionadas principalmente con la salud.
"Nosotros consideramos que el apoyo a las personas necesitadas se potencia ahora que el dinero se distribuya a otras áreas y sean éstas las encargadas de apoyarlos", dijo el regidor priista.
Por su parte, Sergio Lara expresó que "no buscamos endosar la ayuda social a otras áreas, pero la gestoría es un tema que podemos pasar por alto y atender los trabajos de tantas comisiones que tenemos".
Roberto Rodríguez reconoció que, "finalmente, era un valor entendido el control clientelar que esta ayuda representaba para muchos".
Y Mayela González destacó que "el recurso (...) se diluía. Al final del día venía a ser insuficiente".
