Estado Islámico. En la imagen aparecen miembros del Estado Islámico a punto de ejecutar a algunos rehenes. (EFE)
El presidente turco advirtió ayer martes que el grupo extremista Estado Islámico está a punto de tomar el pueblo sirio de Kobani, fronterizo con Turquía, mientras las fuerzas curdas, superadas en armamento, intentan frenar a los milicianos con la ayuda limitada de los bombardeos de la coalición que encabeza Estados Unidos.
Con tanques y armas de grueso calibre, que los islamistas saquearon de bases del ejército capturadas en Irak y Siria, el Estado Islámico ha estado golpeando durante días a las fuerzas curdas en el estratégico poblado y plantaron su bandera a las afueras de la cuidad después de capturar varias villas cercanas en una ofensiva lanzada en septiembre. Ayer martes, el presidente turco Recep Tayyip Erdogan dijo que la campaña aérea internacional que comenzó el mes pasado no ha sido suficiente para frenar el avance de los extremistas y pidió una mayor cooperación por parte de la oposición siria, que enfrenta al Estado Islámico y a las fuerzas leales al presidente sirio Bashar Assad. "Kobani está a punto de caer", dijo a refugiados sirios en el pueblo turco de Gaziantep, cerca de la frontera.
"Pedimos tres cosas: una zona de exclusión aérea; que se declare una zona segura paralela a la región; y que la oposición moderada en Siria e Irak sea entrenada y equipada".
Tanques turcos y otras fuerzas terrestres se han estacionado a lo largo de la frontera a sólo unos cientos de metros de donde ocurren los combates en Kobani, pero no han intervenido.