Ahora el histórico guardameta ya se encuentra retirado. (ARCHIVO)
Cualquier recuerdo de una Copa del Mundo es guardado con recelo hasta que, con el paso del tiempo, toma un valor incalculable, tal fue el caso de los guantes del portero alemán Oliver Kahn tomados por un aficionado brasileño.
El hecho se registró en la final Brasil-Alemania de la justa del orbe Corea del Sur-Japón 2002, pues luego de llorar la derrota sentado, recargado en un poste de su portería, el portero germano dejó olvidados sus guantes, mismos que Aníbal Pereira recogió y guardó.
Pereira bajó a la cancha a festejar el triunfo de la “verdeamarela”, tomó el preciado recuerdo, los metió debajo de su playera y los conservó para luego anunciar que los vendería por una buena suma de dinero en 2012.