Con fervor. Como cada año, desde hace 26, la familia Canelo agradeció a San Judas los favoreces recibidos.
El fervor lagunero a San Judas Tadeo "invadió" las calles de la ciudad. Como cada 28 de octubre, el sonar de los tambores y los guajes de las danzas se escuchaban por aquí y por allá, como agradecimiento por los favores concedidos por su intercesión, por parte de cientos de familias que se encomiendan a él.
Como la familia de don Armando Canelo, que por 26 años ininterrumpidos, lo ha hecho con la misma devoción como la del primer año.
Don Canelo, como lo conocen, agradece al santo patrono el haberlo salvado de la muerte luego de que un automóvil le cayera encima en la ciudad de Las Vegas, Nevada, en una visita que realizó a su cuñado hace ya 26 años. Y también, por resultar ileso de un accidente automovilístico sufrido hace seis años en Torreón.
Cada 28 de octubre en casa de don Armando es motivo de fiesta y alegría. Familias del extranjero, amigos y conocidos, se reúnen para celebrar a San Judas desde un día antes para cantarle Las Mañanitas.
En esta ocasión fue un mariachis quien deleitó a los presentes con las tradicionales Mañanitas, a quienes se les ofreció un plato de pozole rojo para disfrutar de la velada.
Y es que doña Martha Quiralte, esposa de Armando, es quien se encarga de cocinar la reliquia que se ofrece a decenas de personas que acuden con sus viandas para disfrutar el banquete especial: asado rojo y una gran variedad de sopas.
Para este año se prepararon 150 kilos de asado, 12 kilos de arroz, y 12 más de diferentes pastas, las cuales se prepararon desde la noche anterior.
El asado fue cocinado por don Canelo.
Fue el padre de la parroquia de San Judas Tadeo, Ramón Sevilla, quien se encargó de bendecir los alimentos antes de ofrecerlos a los fieles devotos de San Juditas.
Dificultades
Aunque este año fue el más difícil que los anteriores, gracias al apoyo de sus familiares, amigos y vecinos, se pudo cumplir con la promesa que se estableció hace 26 años.