Rumbo al altar. Peregrinos suben el cerro donde se ubica la iglesia del Señor de Mapimí de La Flor de Jimulco para agradecer los favores recibidos y acompañarlo en esta comunidad.
Con la salida de los primeros rayos del sol partieron los peregrinos en sus carretas a dar gracias por los favores recibidos al templo del Señor de Mapimí.
El Cristo es símbolo de fe, unión y tradición, entre las comunidades de Torreón que se ubican en el Cañón de Jimulco y de Cuencamé, Durango, quienes lo veneran fervientemente desde hace casi 300 años.
El motivo es la leyenda, las historias, los milagros y el amor que el Señor de Mapimí tiene hacia estas comunidades, dice la gente.
Y es que el Cristo que se veneraba en Mapimí, por un ataque de los indios fue trasladado a Jimulco y de ahí a Cuencamé a donde llegó el 6 de agosto de 1715 y que no quiso salir desde entonces, lo que ha dado origen a la leyenda y ha mantenido viva la devoción.
Según la tradición, cada año los peregrinos del Cañón de Jimulco recorren 80 kilómetros a Cuencamé, Durango, por el cañón de San Diego, ruta que fue seguida por los soldados escolteros que encontraron al Cristo, en el traslado de la imagen de Jimulco a Cuencamé. El recorrido lo hacen en carretas.
Ahora es gente de Cuencamé, a la que se unen habitantes de Juan Eugenio, La Ventana, San José de Zaragoza y otros ejidos del Cañón de Jimulco y aledaños, los que llegan al ejido La Flor a visitar el santuario del Señor de Mapimí, a manera de agradecimiento por venerar al Cristo a inicios de mes.
El trayecto es más corto. La mayoría de las carretas parten de Juan Eugenio, municipio de Torreón, rumbo a Flor de Jimulco. Son poco más de 28 kilómetros la distancia que recorren los carretas que son haladas por dos equinos y que tienen como sello particular un techo hecho de ramas entrelazadas y cubierto con lonas y cobijas.
María Enriqueta Martínez, vecina de Flor de Jimulco, dice que el vehículo permaneció con el techo hechizo desde que acudió a visitar al Señor de Mapimí en su templo. "Nosotros visitamos al Cristo cada año para darle gracias por todo lo que nos da, la carreta la preparamos cuando vamos para Cuencamé y así la dejamos hasta hoy". Por lo largo del camino, cuando lo creen necesario los peregrinos hacen una pausa para que descansen los animales y puedan continuar.
Son pocos obstáculos los que se encuentran en el camino, a diferencia del recorrido que se hace hasta Cuencamé, pues de Juan Eugenio a la Flor de Jimulco, hay carretera. Es por eso que algunos devotos optan por hacer el viaje en automóvil, camión o bicicleta, haciendo a un lado la tradición.
Durante el trayecto vecinos de La Flor entregan comida y agua a las familias que viajan en las carreta para agradecer su esfuerzo.
La llegada es antes de las 12 del día, las carretas, al igual que el resto de los vehículos, se concentran en las faldas de un pequeño cerro en el que se encuentra la iglesia del Señor de Mapimí.
Diferentes grupos de danzas muestran los ancestrales movimientos a los asistentes para esperar que llegue la hora de subir y presenciar la misa.
En procesión suben los peregrinos hasta el templo que tuvo como particularidad en esta ocasión la bendición y entronización de la réplica del Señor de Mapimí.
"Lo característico es que para iniciar las fiestas jubilares de este año, mandaron hacer una imagen que es una copia fiel de la imagen que se venera en Cuencamé, es la que hoy vamos a bendecir y a entronizar para que esta iglesia se convierta en un pequeño santuario", dijo Monseñor José Guadalupe Galván, obispo de Torreón momentos antes de la ceremonia quien destacó la importancia de esta tradición como símbolo de unidad entre las poblaciones, las familias y de fe.
Durante el día se realiza una verbena popular y a la que se quedan a disfrutar los peregrinos. Hoy los visitantes parten a sus hogares con la bendición del Cristo y la promesa de que regresarán el año entrante.
MÁS PROYECTOS
En esta ocasión el ritual enmarcó el inicio del festejo de los 300 años del hallazgo de la imagen que se cumplirán en 2015. Para esto el Municipio en coordinación con el Estado, tienen programados eventos y una serie de proyectos que buscan dar a conocer esta importante tradición, así como impulsar el turismo en el área.
En esta parte, ayer se iniciaron los recorridos turísticos en Bicicleta, uno de los proyectos que impulsa el Instituto Municipal de la Mujer a cargo de Dulce Pereda, quien estará apoyando los festejos de aniversario.