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Al Larguero

EL GRAN PODER

Alejandro Tovar

Aunque el futbol siempre será un gran seductor, nunca debemos perder la capacidad de sorpresa, que de él emanan siempre sucesos que no parecen apegados a lógica y se dan porque las fuerzas están desniveladas y surgen los espacios donde circulan las especulaciones, que no dejan de ser solamente eso y conforme pasa el tiempo ellas son relevadas por otras nuevas, simplemente porque el futuro no es el tiempo del amor; lo que el hombre quiere, lo quiere ahora.

¿Quién puede explicar que Antonio Mohamed se vaya del América cuando fue líder todo el trayecto y finalmente ganó el campeonato?, seguramente que nadie, como nadie tampoco puede negar que en el futbol y en la vida, el gran poder siempre va a decidir lo que es bueno y lo que es malo. Como nunca habrá acción sin motivo, los hechos se dan por decisiones que se toman en la gran cúpula, esas donde sólo habitan quienes tienen a la mano liderazgo político y económico, o ambos.

En estos medios no se puede hablar de respeto, sino solamente de hechos, por más que agraden o no y el pueblo mira desde su nivel con los ojos del sentimiento, ese que a veces queda oculto entre la supervivencia y el polvo de la miseria, pues la gente se adapta diariamente a su rol del abatimiento, ese que surge cuando vedado el acceso a lo sublime, no da para otro destino que luchar a brazo partido por la subsistencia y pasado un tiempo todo será sólo una anécdota.

Ahí mismo, en la muy legítima celebración americanista, nadie paró en recordar o dar un sitio en la euforia a Paul Aguilar, sacrificado en la mitad del camino al cetro, por situaciones que nadie explica y que solamente dan para otra vez mayores dosis de especulaciones y se ve entonces que ahora más que nunca, para muchos la gloria es efímera. Igual en todo el barullo, entre abrazos y risas, tanto Mohamed como Peláez y De Luisa se cuidaron siempre de no cruzarse con el DT, sólo miradas pero jamás un abrazo, que después de todo se lo merecían los tres. Valieron más los delicados asuntos internos.

Mohamed ahora ya es rehén de su propia leyenda y quien venga detrás suyo tendrá demasiada presión desde el arranque de su gestión. Y si como todos dicen es Matosas, ahora seguramente la encomienda va para realizar en este perseguido equipo de hacer un estilo que guste y defina o sea el ideal de todos los hombres del futbol, sólo que se intuye, las ilusiones son flechas en el aire que no siempre dan en el blanco.

arcadiotm@hotmail.com

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