Aficionados de Alemania, y algunos de otros países que se les unieron, disfrutaron del primer triunfo de la selección de su país.
Los aficionados han respondido llenando los estadios o las zonas públicas para ver los partidos, con un ambiente general de fiesta que contrasta con los temores previos al inicio del torneo provocados por los retrasos en la construcción de los estadios y manifestaciones por los costos del Mundial.
El campeonato apenas comienza y los organizadores no pueden bajar la guardia. Aunque ha habido protestas afuera de los estadios, sobre la cancha, el torneo ha superado las expectativas, y por ahora la única duda es si se puede mantener este frenético ritmo goleador.
"Es una gran fiesta", exclamó el seguidor de Holanda Paul Rolleman, mientras caminaba por la playa de Copacabana, con una enorme resaca luego de una noche de juerga. "Pero ahora necesito dormir".