Cuando el cuerpo experimenta un cambio de temperatura extrema, ya sea frío o calor, manifiesta cambios emocionales, mientras se adapta el organismo. (ARCHIVO)
Las altas temperaturas pueden provocar que las personas sufran cambios psicológicos como ansiedad, irritabilidad y estrés, que de no controlarse pueden ocasionar problemas en las relaciones interpersonales.
Cuando el cuerpo experimenta un cambio de temperatura extrema, ya sea frío o calor, manifiesta cambios emocionales, mientras se adapta el organismo.
El cuerpo humano tarda aproximadamente siete días en adaptarse a un cambio climático, lapso en el que la persona se muestra poco tolerable y se siente incomoda física y psicológicamente.
Esta situación se manifiesta más cuando no está acostumbrada a temperaturas extremas, por lo que al presentarse se sienten agobiadas y de mal humor.
Un ejemplo son las altas temperaturas que se registran en el metro, al subirse, las personas de inmediato siente el golpe de calor, si a esto se le agrega la saturación, es “normal” que se ponga de malas, ansiosa y hasta agresiva.
Algunas medidas que se pueden tomar para disminuir la sintomatología son tener una adecuada hidratación del cuerpo, ya que el consumo de líquidos, sobre todo agua, permite reducir la temperatura corporal y en consecuencia el estrés y ansiedad.
Asimismo se recomienda el uso de ropa ligera (algodón), de colores claros, tener una adecuada ventilación en el hogar y sitios de trabajo, o llevar a cabo una dieta ligera a base de frutas y verduras.
Otras de las actividades que se pueden realizar para reducir el estrés acumulado en el transcurso del día es realizar algún tipo de ejercicio o simplemente caminar por la tarde o noche, cuando haya descendido la temperatura.