Miedos. En los momentos en que crece la expectativa de paz, el fantasma de la guerra sucia regresa a Colombia. (ARCHIVO)
El fantasma de la guerra sucia y el exterminio de líderes de izquierda, empieza rondar en Colombia, en momentos que crece la expectativa por un acuerdo de paz entre el gobierno y la insurgencia.
La guerra sucia en Colombia tiene su principal antecedentes entre 1985 y 1994, época en la que en este país se desarrollaron los primeros diálogos de paz que se frustraron con las rebeldes FARC y las negociaciones que culminaron con la desmovilización de cuatro grupos insurgentes.
La Unión Patriótica (UP), que fue creada como partido político en el marco de los acuerdos de paz entre el gobierno de Belisario Betancourt (1982-1986), y las FARC, fue la principal víctima por parte de los grupos de extrema derecha y agentes de seguridad del Estado.
Este movimiento político fue exterminado en los años posteriores a los acuerdos en el gobierno de Betancourt, una época que se conoce en Colombia, como la "guerra sucia" y en donde fueron asesinados sus candidatos presidenciales, Jaime Pardo Leal y Bernardo Jaramillo Ossa.
También fueron acribillados durante la "guerra sucia", adelantada por grupos de extrema derecha con la complicidad de agentes del Estado, más de tres mil militantes de la UP entre ellos ocho congresistas, 13 diputados, 70 concejales y 11 alcaldes. Pero no solo cayeron militantes del Partido Comunista Colombiano (PCC), sino jefes rebeldes de los movimientos M19, Ejército Popular de Liberación Nacional (ELN) y un sinnúmero de defensores de los derechos humanos y periodistas.
Esta época también se caracterizó por el exilio de miles de colombianos que salieron de su país para proteger la vida y la de sus familiares de las balas de la extrema derecha.