La reunión, a puerta cerrada y con la presencia de un traductor, se extendió por unos 20 minutos y tuvo lugar en la biblioteca del pontífice, ubicada en el segundo piso del Palacio Apostólico. (EFE)
El Papa Francisco y el presidente de Ghana, John Dramani Mahama, analizaron hoy el impacto de la “grave crisis humanitaria” causada por la epidemia del virus del Ébola en África occidental, durante un encuentro que sostuvieron en el Vaticano.
La reunión, a puerta cerrada y con la presencia de un traductor, se extendió por unos 20 minutos y tuvo lugar en la biblioteca del pontífice, ubicada en el segundo piso del Palacio Apostólico.
Además, ambos dialogaron sobre “diversos temas de carácter internacional” y sobre el papel de la Iglesia “en la promoción del diálogo entre los diferentes componentes de la sociedad en Ghana”.
Tras entrevistarse con el Papa, el mandatario ghanés sostuvo un encuentro privado con el “número dos” del Vaticano y secretario de Estado, Pietro Parolin, quien estaba acompañado por el arzobispo Dominique Mamberti, el saliente secretario para las Relaciones con los Estados de la sede de la Iglesia católica.
La emergencia provocada por la difusión del ébola movilizó a las organizaciones católicas de ayuda humanitaria, las cuales se reunieron el 4 de noviembre pasado en Roma convocadas por la “Caritas Internationalis”.
Durante el encuentro los activistas se centraron en los principales problemas a afrontar en los tres países más afectados por la epidemia: Guinea, Liberia y Sierra Leona.
Como consecuencia de la reunión se destacó la necesidad de aumentar y fortalecer la unidad de diagnóstico (laboratorios) y de tratamiento; así como la reapertura segura de los hospitales y centros de salud para el tratamiento de las enfermedades ordinarias.
Además se indicó la importancia de continuar la sensibilización a nivel comunitario; asegurar la alimentación y asistencia en artículos de primera necesidad a las familias en cuarentena; acogida y asistencia a los huérfanos y sobrevivientes.
Se abordó asimismo el problema de la discriminación de las personas procedentes de países con un alto número de infecciones.