Contentos. Ernestina regresó a casa con su hijo Angelito el pasado jueves.
Angelito está en casa y al igual que su madre agradece a Dios y a la Virgen de Guadalupe haber sobrevivido al balazo que accidentalmente le dio un amiguito cuando jugaban.
Pasó poco más de un mes para que Ángel Adrián, de 7 años, regresara con su familia a su hogar.
Mientras está sentado, esperando a que inicie la tradicional danza por la celebración de la virgen de Guadalupe, su madre, Ernestina Ramírez, platica la odisea que vivieron para estar de nuevo en su hogar.
"Esto es un milagro, la bala dañó el intestino, el hígado, el estómago, los doctores nos dijeron que también la vena aorta. Lo operaron cuatro veces y gracias a Dios está todo bien. Cada operación para nosotros era muy angustiante, los doctores nunca nos engañaron, siempre nos decían lo que podía pasar y el niño lo sabía", dice.
Comenta que en cada operación el niño le decía que no quería morir. "Él estaba consciente a pesar de ser tan chico, siempre me decía que no se quería morir y yo le respondía que eso no iba a pasar".
El menor salió de la Clínica 71 del Seguro Social el jueves por la tarde, y ayer viernes pidió salir a ver la danza. Antes de iniciar, tronaron un cohete y su tez empalideció, quiso llorar, pero su madre lo calmó. Hasta el momento ni el menor, ni la familia, han recibido atención psicológica, pero la madre dice que la pedirán.
Accidente
El accidente se registró el 9 de noviembre de este año. Angelito jugaba con un amigo en un terreno baldío, en donde se encontraron un arma de fuego. El amigo la accionó.